– Supongo. Queria saber si vi a alguien tratando de levantar a esta mujer de la foto.
– ?Y viste a alguien?
El se encogio de hombros.
– Aqui todos hacen eso. No conservo un registro de cada uno.
– Pero recuerdas haber visto a esta mujer. Su nombre es Nina Peyton.
– La vi por aqui un par de veces, por lo general con una amiga. No sabia su nombre. Y no ha estado aqui por un tiempo.
– ?Sabes por que?
– No. -Tomo un repasador y comenzo a secar el mostrador; su atencion ya se habia desviado de ella.
– Te dire por que -dijo Rizzoli alzando el tono de voz-. Porque algun hijo de puta decidio divertirse un rato. Y vino aqui a cazar una victima. Miro alrededor, vio a Nina Peyton, y penso: «Ahi hay una vagina». Seguramente no vio a un ser humano cuando la miro. Todo lo que vio fue algo que podia usar y tirar a la basura.
– Mira, no necesito que me cuentes eso.
– Si, lo necesitas. Y tienes que escucharlo porque paso justo delante de tus narices, y elegiste no verlo. Algun hijo de puta echa droga en la bebida de una mujer. Enseguida ella se siente mal y va tambaleando hacia el bano. El hijo de puta la toma del brazo y la conduce fuera. ?Y no viste nada de eso?
– No -le respondio-. No lo vi.
El lugar habia quedado en silencio. Vio que la gente la miraba. Sin agregar palabra se alejo bruscamente de la barra y volvio a su mesa.
Tras un momento, el zumbido de la conversacion volvio a llenar el lugar.
Observo que el chico de la barra deslizaba dos whiskys en direccion a un hombre; el hombre tomo un vaso y se lo ofrecio a una mujer. Vio las bebidas elevarse hacia los labios y las lenguas lamiendo la sal de los margaritas, vio las cabezas echarse atras mientras el vodka y el tequila bajaban por sus gargantas.
Y vio hombres clavando sus ojos en mujeres. Sorbio su ginger ale y se sintio intoxicada, no de alcohol sino de rabia. Ella, una mujer solitaria sentada en un rincon, podia ver con sorprendente claridad lo que era ese lugar. Un coto de caza donde los depredadores y la presa se reunian.
Su localizador comenzo a sonar. Era Barry Frost.
– ?Que es todo ese escandalo? -pregunto Frost, apenas audible en el telefono celular.
– Estoy en un bar. -Se volvio y miro con colera a una mesa cercana donde estallaban las carcajadas-. ?Que cuentas?
– … medico de la calle Marlborough. Tengo la copia de su historia clinica.
– ?La historia clinica de quien?
– De Diana Sterling.
Rizzoli se encorvo sobre la mesa de inmediato, con toda su atencion enfocada en la debil voz de Frost.
– Repitemelo. ?Quien es el medico y por que Sterling fue a verlo?
– El medico es una medica. Doctora Bonnie Gillespie. Una ginecologa de la calle Marlborough.
Otra ruidosa explosion de risas ahogo sus palabras. Rizzoli se tapo la oreja con la mano para escuchar mejor.
– ?Por que Sterling fue a verla? -grito.
Pero ya sabia la respuesta; la podia ver frente a su cara mientras miraba la barra, donde dos hombres conversaban con una mujer como leones acechando a una cebra.
– Ataque sexual -dijo Frost-. Diana Sterling tambien fue violada.
– Las tres fueron victimas de ataques sexuales -dijo Moore-. Pero ni Elena Ortiz ni Diana Sterling denunciaron los ataques. Nos enteramos de la violacion de Sterling solo por investigar todas las clinicas para mujeres y los ginecologos locales, para saber si habia sido tratada al respecto. Sterling nunca hablo con sus padres acerca del ataque. Cuando los llame esta manana, se quedaron impactados con la noticia.
Era tan solo media manana, pero las caras alrededor de la sala de conferencias se veian agotadas. Estaban trabajando con deficit de sueno, y un dia completo se extendia frente a ellos.
– ?Entonces la unica persona que sabia sobre la violacion de Sterling era esta ginecologa de la calle Marlborough? -dijo el teniente Marquette.
– La doctora Bonnie Gillespie. Fue la unica consulta que hizo Diana Sterling. Fue a verla porque temia haber estado expuesta al sida.
– ?Que sabia la doctora Gillespie sobre la violacion?
Frost, que habia entrevistado a la medica, contesto esa pregunta. Abrio una carpeta que contenia la historia clinica de Diana Sterling.
– Aqui esta lo que escribio la doctora Gillespie. «Mujer blanca de treinta anos de edad pidio que se le hiciera un analisis de VIH. Sexo sin proteccion hace cinco dias. Estatuto de VIH del companero: desconocido. Cuando se le pregunto si su companero pertenecia al grupo de alto riesgo, la paciente se puso incomoda y llorosa. Revelo que el acto sexual no habia sido consensuado, y que desconocia el nombre del atacante. No desea denunciar el ataque. Rechaza derivacion al consejo de violacion». -Frost levanto la mirada. -Esa es toda la informacion que la doctora Gillespie pudo obtener de ella. Le hizo un examen pelvico, analisis de sifilis, gonorrea y VIH, y le dijo a la paciente que volviera en dos semanas para un seguimiento del analisis de sangre para el VIH. La paciente nunca volvio. Porque estaba muerta.
– ?Y la doctora Gillespie nunca llamo a la policia? ?Ni siquiera despues del asesinato?
– No sabia que su paciente estaba muerta. Nunca se entero de las noticias.
– ?Se le hizo un analisis de violacion? ?Recogio semen?
– No. La paciente… errr… -Frost se ruborizo avergonzado. Hasta un hombre casado como Frost encontraba dificil abordar ciertos topicos-. Se ducho un par de veces, apenas despues del ataque.
– ?Puede culparsela? -dijo Rizzoli-. Mierda, yo me hubiera duchado con desinfectante.
– Tres victimas de violacion -dijo Marquette-. Esto no es una casualidad.
– Encuentren al violador -dijo Zucker-. Creo que con el atraparemos a nuestro asesino. ?Cual es el estado del ADN de Nina Peyton?
– Esta en tramite -dijo Rizzoli-. El laboratorio tuvo la muestra de semen por cerca de dos meses, y no se hizo nada con ella. Asi que los zarandee un poco. Solo crucemos los dedos para que nuestro asesino ya figure en Sistema de indice de ADN.
El sistema de indice combinado de ADN era la base de datos nacional de estructuras de ADN que poseia el FBI. El sistema aun estaba en panales, y los perfiles geneticos de medio millon de convictos todavia no habian sido ingresados en el sistema. Las posibilidades de obtener un «acierto frio» -coincidencia con un ofensor conocido- eran debiles.
Marquette miro al doctor Zucker.
– Nuestro sospechoso primero ataco sexualmente a las victimas. ?Luego vuelve semanas mas tarde para matarlas? ?Eso tiene algun sentido?
– No tiene por que tener sentido para nosotros -dijo Zucker-. Solo para el. No es raro para un violador volver a atacar a su victima por segunda vez. Hay alli un criterio de propiedad. Una relacion, por patologica que sea, ya establecida.
Rizzoli bufo.
– ?Llama a eso una relacion?
– Entre el atacante y la victima. Suena enfermo, pero asi es. Esta basada en el poder. Primero se lo quita a ella, la hace sentir menos que un ser humano. Ella es ahora un objeto. El lo sabe y, lo que es mas importante, ella lo sabe. Es el hecho de que se sienta danada, humillada, lo que debe excitarlo lo bastante como para regresar. Primero, la marca con la violacion. Luego vuelve para reclamar su definitiva posesion.
«Mujeres danadas, -penso Moore-. Ese es el eslabon comun entre estas victimas». De repente se le ocurrio que Catherine Cordell se encontraba tambien entre las danadas.
– Nunca violo a Catherine Cordell -dijo Moore.
– Pero ella fue victima de una violacion.
– Su atacante esta muerto desde hace dos anos. ?Como pudo el Cirujano identificarla como victima? ?Como llego ella a aparecer en su radar? Ella nunca habla del ataque. Con nadie.
– Lo hace por computadora, ?no es verdad? Esa sala de chat privado… -Zucker se detuvo.