Emergio salpicado de mucosa mientras Nina tosia y jadeaba. Catherine le acaricio el pelo, murmurando palabras de aliento mientras Stephanie le aplicaba la mascara de oxigeno.
– Lo estas haciendo muy bien -dijo Catherine.
Pero los
Miro las correas que sostenian las munecas y los tobillos de Nina, y recordo lo aterrador que era estar atada. La manera en que habia sido atada por Andrew Capra.
– Quitele las correas -dijo.
– Pero puede arrancarse las sondas.
– Tan solo quiteselas.
Stephanie se ruborizo ante la orden. Sin decir palabra aflojo las correas. Ella no entendia; nadie mas que Catherine podia entender, pero incluso dos anos despues de Savannah, no soportaba las camas con correas ajustadas. Cuando la ultima atadura fue liberada, vio que los labios de Nina se movian en un mensaje silencioso.
«Gracias».
El sonido del electrocardiograma fue disminuyendo gradualmente. Con el ritmo regular de esos latidos como fondo, ambas mujeres se miraban a los ojos. Si Catherine habia reconocido una parte de si en los ojos de Nina, Nina tambien parecia reconocerse en los de Catherine. La callada fraternidad de las victimas.
«Hay mas de nosotras de lo que nadie imagina».
– Ya pueden pasar, detectives -dijo la enfermera.
Moore y Frost pasaron al cubiculo y encontraron a Catherine sentada al borde de la cama, sosteniendo la mano de Nina.
– Me pidio que me quedara -dijo Catherine.
– Puedo llamar a una mujer policia -dijo Moore.
– No. Quiere que sea yo -dijo Catherine-. No voy a abandonarla.
Miro a Moore con ojos desafiantes, y el advirtio que esta no era la misma mujer que habia sostenido en sus brazos unas pocas horas atras; se trataba de otro aspecto suyo, orgulloso y protector, y en un asunto como ese no daria el brazo a torcer.
El asintio y se sento al borde de la cama. Frost encendio la grabadora, y busco un lugar despejado a los pies de la cama. Era la suavidad de Frost, mas su tranquila urbanidad, por lo que Moore lo habia elegido para esta entrevista. Lo ultimo que necesitaba Nina Peyton era enfrentar a un policia agresivo.
Le habian quitado la mascara de oxigeno para reemplazarla por una sonda nasogastrica, y el aire silbaba por el tubo en sus narinas. Su mirada paso de uno a otro hombre, los ojos alerta a cualquier amenaza, a cualquier gesto brusco. Moore tuvo el cuidado de mantener la voz baja para presentarse y presentar a Barry Frost. La guio por los preliminares, confirmando su nombre, edad y direccion. Esta informacion ya era conocida, pero al hacerle estas preguntas para la grabacion, lograban establecer su estado mental, y asi demostrar si estaba en condiciones de atencion suficientes como para hacer una declaracion. Contesto a las preguntas con una voz chata y ronca, ominosamente privada de emocion. Su distancia lo enervaba; sintio que estaba escuchando a una muerta.
– No lo escuche entrar en mi casa -dijo-. No desperte hasta que estaba parado sobre mi cama. No deberia haber dejado las ventanas abiertas. No deberia haber tomado esas pastillas…
– ?Que pastillas? -pregunto Moore con cuidado.
– Tenia problemas para dormir, a causa de… -Su voz se desvanecio.
– ?La violacion?
Ella aparto la mirada, evitando sus ojos.
– Tenia pesadillas. En la clinica me dieron estas pastillas. Para ayudarme a dormir.
«Y una pesadilla, una pesadilla real, entro directo en tu dormitorio», penso Moore.
– ?Pudo verle la cara? -pregunto.
– Estaba oscuro. Podia escuchar su respiracion, pero no podia moverme. No podia gritar.
– ?Ya estaba atada?
– No lo recuerdo haciendolo. No recuerdo como sucedio.
«Cloroformo, -penso Moore-, para reducirla primero. Antes de que despertara por completo».
– ?Que paso entonces. Nina?
Su respiracion se acelero. En el monitor sobre su cabeza, la linea del corazon comenzo a moverse con mas velocidad.
– Se sento en una silla junto a mi cama. Podia ver su sombra.
– ?Y que hizo?
– El… el me hablo.
– ?Que dijo?
– Dijo… -Trago saliva-. Dijo que era sucia. Que estaba contaminada. Dijo que deberia estar asqueada de mi propia mugre. Y que el… iba a cortar la parte contaminada y que yo volveria a ser pura de nuevo. -Hizo una pausa. Luego, en un susurro, agrego-: Entonces supe que iba a morir.
Aunque la cara de Catherine se habia puesto blanca, la de la victima continuaba extranamente compuesta, como si hablara de la pesadilla de otra mujer, no de la suya. Ya no miraba a Moore, sino a algun punto lejano, donde veia de lejos a una mujer atada a la cama. Y en una silla, oculto por la oscuridad, un hombre describia tranquilamente los horrores que tenia pensados para ella. «Para el Cirujano, -penso Moore-, esto es el preludio. Eso es lo que lo excita. El olor del miedo de una mujer. Se alimenta de el. Se sienta junto a su cama y llena su mente con imagenes de muerte. El sudor brota de su piel, el sudor que exuda el olor agrio del terror. Un perfume exotico por el que se desespera. Lo aspira y se excita.
– ?Que sucedio despues? -dijo Moore.
No hubo respuesta.-?Nina?
– Enfoco la lampara sobre mi cara. Me la puso frente a los ojos, asi que no pude verlo. Todo lo que veia era esa luz brillante. Y me tomo una foto.
– ?Y luego?
Ella lo miro.
– Luego se fue.
– ?La dejo sola en la casa?
– No sola. Podia escucharlo caminar de un lado a otro. Y la television; toda la noche escuche la television.
«El patron ha cambiado», penso Moore, que intercambio con Frost una mirada de estupefaccion. El Cirujano estaba ahora mas confiado. Mas atrevido. En lugar de completar su asesinato en el lapso de unas horas, se habia retrasado. Toda la noche, y el dia siguiente, habia dejado a su presa atada a la cama, para contemplar su proximo suplicio. Ignorando los riesgos, habia llevado a Nina hasta las ultimas consecuencias del terror. Y el habia logrado su placer.
Los latidos en el monitor volvieron a acelerarse. Aunque su voz sonaba aplastada y sin vida, bajo esa serena fachada el temor continuaba.
– ?Que sucedio luego, Nina? -pregunto.
– En algun momento de la tarde debo de haberme quedado dormida. Cuando desperte, habia oscurecido nuevamente. Tenia tanta sed. Era en lo unico que podia pensar, en lo mucho que deseaba tomar agua…
– ?Te dejo sola en algun momento? ?Hubo algun momento en que estuviste sola en la casa?
– No lo se. Lo unico que podia escuchar era la television. Cuando la apago lo supe. Supe que volveria a mi dormitorio.
– Y cuando lo hizo, ?encendio la luz?
– Si.
– ?Viste su cara?
– Solo los ojos. Llevaba una mascara. De esas que usan los medicos.
– Pero viste sus ojos.