– No.

– ?Por que no?

– Si estuviera muerto, ?por que iban a seguirla a usted?

– Ha mencionado una operacion de la CIA. ?Tiene algo que ver con un hombre llamado Magus?

La mujer mostro cierta sorpresa.

– No debio hablarle de Magus.

– No fue el. Fue Eve.

– Ah -la miro con atencion-. Veo que conoce a Eve. Espero que no este celosa. No podemos permitirnos eso en este trabajo -sonrio-. ?La pequena Eve! Supongo que ya tendra cerca de cuarenta anos. Y supongo que sigue tan hermosa.

– ?No se ha enterado?

– ?De que?

– Eve ha muerto.

La mujer se detuvo. Palidecio.

– ?Como fue? -susurro.

– Un callejon en Londres… hace pocos dias.

– ?La torturaron?

Sarah asintio con la cabeza.

La mujer observo el parque con rapidez.

Aparte del conductor del Citroen, no habia nadie a la vista.

– Entonces no hay tiempo que perder -dijo-. Vendran a por mi. Escuche lo que tengo que decirle porque no volveremos a vernos. Hace dos semanas, su marido estaba metido en un asunto muy serio.

– ?Magus?

– Si. Lo que queda de el. A los tres nos dieron una mision hace cinco anos. Nuestro objetivo era Magus. Simon coloco los explosivos en su coche. El viejo siempre iba conduciendo a su trabajo. Pero aquella manana se quedo en casa. El coche lo uso su esposa.

La voz de la mujer mantenia a Sarah como en trance. Tenia miedo de escuchar el resto; podia adivinar ya lo ocurrido.

– La mujer murio en el acto. Despues de la explosion, el viejo salio corriendo de la casa e intento sacarla del coche. Las llamas eran terribles. Pero consiguio sobrevivir. Y ahora busca venganza.

– Venganza -murmuro Sarah-. Se trata de eso.

– Si. Contra Eve, contra mi. Y sobre todo contra Simon. Ya ha encontrado a Eve.

– ?Y que tengo que ver yo con todo esto?

– Usted es su esposa. Es su unico vinculo con Simon.

– ?Que debo hacer? ?Irme a casa…?

– Ahora no puede irse a casa. Tal vez nunca pueda -miro hacia el Citroen.

– ?Pero no puedo pasarme la vida huyendo! Yo no se vivir asi. Necesito ayuda. Si pudiera decirme donde encontrarlo…

La mujer la observo un momento, calculando sus posibilidades de supervivencia.

– Si Simon esta vivo, se encuentra en Amsterdam.

– ?En Amsterdam? ?Por que?

– Porque Magus esta alli.

El telefono seguia sonando. Nick daba golpecitos nerviosos con los dedos en la cabina. ?Donde se habia metido la operadora?

– Consulado Americano.

– Con el senor Wes Corrigan.

– Un momento, por favor -hubo una pausa-. ?Pregunta por el senor Corrigan? -dijo otra voz-. Creo que esta comiendo. Lo llamare a su busca. No cuelgue, por favor.

Se retiro sin darle tiempo a contestar y Nick espero cinco minutos. Estaba a punto de colgar cuando volvio la mujer.

– Lo siento, no contesta. Pero tiene que volver en cualquier momento para una reunion. ?Quiere dejar un mensaje?

– Digale que Steve Barnes ha llamado. Es por un problema con mi pasaporte.

– ?Y su numero de telefono?

– El ya lo sabe.

Segun su acuerdo, Wes tenia que salir de la Embajada y llamar a la cabina desde la calle. Nick le daria quince minutos. Si no llamaba en ese tiempo, lo intentaria de nuevo mas tarde. Pero algo le decia que era un riesgo esperar alli tanto tiempo.

Alguien golpeo la cabina. Una mujer joven agitaba una moneda desde el exterior. Queria usar el telefono. Nick salio con un juramento y espero a que terminara. Cuando vio que la conversacion se prolongaba, volvio a lanzar un juramento y echo a andar calle arriba. Pero ya habia esperado demasiado.

Un hombre con traje negro avanzaba hacia el desde una esquina. Metio una mano en la chaqueta y saco una pistola, con la que apunto a Nick.

– ?Quieto, O'Hara! -grito Roy Potter a sus espaldas.

Nick giro a la derecha, dispuesto a echar a correr hacia la calle. Aparecieron dos pistolas mas; el canon de una de ellas apreto su yugular. Oyo el ruido que hacian al quitar el seguro. Por unos segundos no se movio nadie. A pocos metros de ellos paro una limusina y alguien abrio la puerta.

Nick se volvio hacia Potter, quien le apuntaba con la pistola en la cabeza.

– Guarda eso -dijo-. Me estas poniendo nervioso.

– Sube al coche -ordeno el otro.

– ?Adonde vamos?

– A charlar con Jonathan Van Dam.

– ?Y luego que?

Potter sonrio con desgana.

– Eso depende de ti.

– ?Donde esta Sarah Fontaine?

Nick miro a Van Dam con gesto de malhumor.

– Senor O'Hara, me estoy impacientando. Le he hecho una pregunta. ?Donde esta?

Nick se encogio de hombros.

– Si le importa algo ella, nos dira donde esta ahora mismo.

– Me importa. Por eso no les digo nada.

– No durara ni una semana sola. No tiene experiencia. Esta asustada. Tenemos que traerla aqui.

– ?Por que? ?La necesitan para practicar el tiro al blanco?

– Eres un pesado, O'Hara -murmuro Potter-. Siempre lo has sido y siempre lo seras.

– Yo tambien te quiero mucho -gruno Nick.

Van Dam los ignoro a los dos.

– Senor O'Hara, esa mujer necesita nuestra ayuda. Esta mejor bajo nuestra tutela. Diganos donde esta y quiza le salve la vida.

– Estaba bajo su tutela en Margate y por poco la matan. ?Que esta pasando?

– No puedo decirselo.

– Quieren a Geoffrey Fontaine, ?verdad?

– No.

– Usted hizo que la soltaran en Londres y luego la siguio. Penso que lo llevaria hasta Fontaine, ?verdad?

– Ya sabemos que no puede.

– ?Que significa eso?

– No buscamos a Fontaine.

– Cuenteme otra historia.

Вы читаете Llamada A Medianoche
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату