?Sabria el Carnicero que el conocia su identidad? Seguramente se sentia amenazado y por eso lo habia atacado en la cabana.
Si asi era, no habia ninguna posibilidad de que el Carnicero le diera a Nick una oportunidad de escapar. Si no encontraba una manera de salir de ahi, sus horas estaban contadas.
– Pase lo que pase, cuando salgas de aqui, tienes que correr. No hagas lo que el espera de ti. Borra tus huellas. Evita gritar o incluso respirar demasiado fuerte. Quedate entre los arboles. Si se hace de noche y no puedes seguir, entierrate bajo la hojarasca y escondete. Pero, sobre todo, corre todo lo que puedas. -Nick trato de componer en su mente un mapa de los lugares donde el Carnicero cazaba a las mujeres. El territorio quedaba al sur de la interestatal y al oeste de la autopista de Gallatin-. Dirigete al noreste todo lo que puedas. Al final, en un dia o dos, llegaras al camino principal.
– ?Como lo sabe?
– Conozco sus territorios de caza.
– Y ?que pasara con usted?
– Me quedare contigo, si puedo.
Ella no dijo nada. Quiza supiera lo maltrecho que estaba. O quiza penso que a el no lo soltaria.
Paso un buen rato, y Nick penso que Ashley se habia quedado dormida.
– Me ha hecho dano -dijo la chica. Su voz era debil. Suplicante, casi infantil.
– Lo se, pequena. Lo siento mucho. -Y como lo sentia. El secuestro de Ashley se debia, en parte, a su fracaso. No habia sido capaz de proteger a las mujeres de su ciudad del desequilibrado que las perseguia.
Eso le provocaba un dolor casi peor que su cabeza.
Tendido ahi, sobre el suelo duro y frio, Nick sabia que su situacion era grave. El Carnicero volveria antes de que los encontraran. No importaba la cantidad de gente que los buscara, nunca conseguirian cubrir todo el territorio.
Tenia que pensar, idear un plan para salvar a Ashley y salvarse a si mismo.
Pero temia que ya fuera demasiado tarde.
Capitulo 24
Miranda llamo a la puerta del despacho del profesor Austin en el sotano de las instalaciones de Traphagen Hall, en la Universidad de Montana. Nada habia cambiado en quince anos, desde la epoca en que ella estaba matriculada en su asignatura. Las rocas eran los objetos de decoracion mas importantes en aquel despacho atiborrado de objetos. Unos mapas topograficos del oeste de Estados Unidos tapizaban las paredes, junto con graficos destenidos con comparaciones de piedras y tipos de tierra. Toda la sala olia a suciedad y papeles.
El profesor Austin ya era un hombre mayor cuando Miranda iba a sus clases, y no habia cambiado. Tenia el mismo pelo canoso y en punta, y necesitaba recortarse un poco la barba. Sin embargo, en sus ojos de color esmeralda aparecio un brillo de reconocimiento cuando ella carraspeo para llamar su atencion.
– Pero ?si es Miranda Moore! -Se quedo parado, sin darse cuenta, o sin importarle que un monton de papeles cayera al suelo y que algunos se deslizaran bajo la mesa. No era nada de raro que hubiera perdido los trabajos de mitad de curso en los tiempos en que ella era alumna, quince anos antes.
– Hola, profesor -dijo Miranda, mientras el la saludaba con una fuerte palmada en la espalda y una amable sonrisa.
– ?Tanto tiempo ha pasado que no te acuerdas de llamarme Glen?
– Lo siento. -Desde el primer dia de clase, el profesor Austin insistia en que todos lo llamaran por su nombre de pila. El problema era que realmente su aspecto era el de un profesor, y Miranda siempre se sintio incomoda llamandolo de manera tan informal. Quiza si su nombre fuera Archibald…
– ?Que te trae por aqui tan temprano?
– El asesinato de Rebecca Douglas.
– Pobre chica -dijo el profesor, con el semblante ensombrecido.
– En la investigacion han descubierto algo raro, y pense que quiza pudiera ayudarnos.
– ?Yo? -El profesor se sento a su mesa y mas papeles cayeron al suelo. Con un gesto, invito a Miranda a sentarse en una silla.
Ella quito una caja grande de libros de la silla antes de hacerlo.
– Han enviado una muestra de tierra al laboratorio del FBI en Quantico para que la examinen. Es roja. Como el ladrillo. La tecnico del laboratorio cree que se trata de arcilla. A mi no se me ha ocurrido ningun lugar en esta zona donde haya tierra o arcilla roja. Pense que quizas usted conociera algun lugar.
– Hmmm. -El profesor Austin miro mas alla del hombro de Miranda, hacia la pared, perdido en sus reflexiones -. Hay un lugar en Three Forks a lo largo del Missouri, aunque yo no diria que es de color ladrillo. Tierra roja. Hmm. -Volvio a pensar y, de pronto, dio un salto que hizo sobresaltarse a Miranda.
Se dirigio a la estanteria repleta de libros, saco un tomo grueso y volvio a su mesa. Asintiendo y murmurando para si, hojeo el libro y se detuvo.
– La tierra roja, especialmente la arcilla, es un producto de la erosion muy comun en las formaciones de piedra arenisca del paleozoico medio.
Miranda volvio a sentirse como una alumna universitaria.
– ?Que son las formaciones del paleozoico medio?
– Tu aprobaste mi asignatura, ?no? -pregunto, mirandola con el ceno fruncido.
– Si, senor. -Pero su cabeza ya no almacenaba esa informacion.
El sacudio la cabeza y suspiro.
– Las formaciones del paleozoico fueron creadas por los mares poco profundos que cubrian la mayor parte del oeste de Estados Unidos, hace entre quinientos y doscientos cincuenta millones de anos, sobre todo en los estados de las Cuatro Esquinas, es decir, Colorado, Utah, Arizona y Nuevo Mexico, asi como una buena parte de Nevada.
– Y ?que hay del sudoeste de Montana?
– Y bien, como he dicho, hay arcillas y tierras finas a lo largo de todo el rio Missouri. Los colores y texturas varian, pero nada que pudiera considerarse rojo. Aun asi -dijo, y fruncio el ceno-. Si veo la muestra, quiza pueda deciros algo mas.
– Gracias, profesor. Glen. -Miranda se incorporo de su asiento-. Vere si le puedo enviar a alguien con una muestra, pero se trata de una prueba, y no se cuanto habran conservado en el laboratorio.
– Espero que tu y el sheriff Thomas cojais a ese tipo. Hace demasiado tiempo que tiene aterrorizadas a las mujeres de Bozeman.
– Gracias. -Miranda salio con el corazon acelerado. Saco el movil y llamo a Quinn.
– Peterson.
– Quinn, soy Miranda. Acabo de hablar con el profesor Austin sobre la muestra de tierra. Me ha dicho que hay una pequena region en el oeste de Montana donde podria haber algo parecido. Tambien se encuentra en Utah, Colorado, Arizona y Nuevo Mexico. Quiere saber si puede echarle una mirada a la muestra. Puede que nos de mas informacion.
– Llamare a Olivia y preguntare si alguien puede llevarle una muestra a la universidad.
– Gracias.
– ?Nick esta contigo?
– ?Conmigo? No. No lo he visto esta manana.
– Habiamos quedado aqui hace media hora, en su despacho, y no esta. Lo he llamado a su casa y tambien a su movil, pero no contesta.
– Nick no suele hacer eso -dijo Miranda, frunciendo el ceno.
– Espera un momento. -Miranda oyo la voz apagada de Quinn que, al cabo de un momento, volvio a ponerse-. El agente Booker ha intentado encontrarlo, pero nadie ha sabido de el desde ayer por la tarde, cuando llamo para