Rowan oyo el zumbido familiar de un Volkswagen en la entrada y sospecho que Tess habia venido a decirle lo suyo. Cerro los ojos y se reclino en su silla preferida, una silla de leer muy acolchada que le habia fascinado al entrar en aquella casa esteril unos meses atras con Annette.

Habia pensado pasar alli el mes de julio y luego volver a su cabana en las afueras de Denver. Echaba de menos el unico lugar que consideraba su hogar desde aquella fatidica noche de hacia veintitres anos.

Pero ?podria irse dentro de dos meses? ?Atraparian al asesino? ?O seria ella su proxima victima? ?Seria la ultima?

Puede que valiera la pena sacrificar su vida si ella era la ultima. Y si pudiera desenmascararlo a la vez.

Aquella idea, en realidad, la calmo. Venganza, justicia, paz. Despues del asesinato de Michael, nada que no fuera la muerte le devolveria la paz. Aunque ella no habia apretado el gatillo, ?como podia vivir sabiendo que era responsable de su muerte? El asesinato de Michael estaba vivo en su alma, y temia que esa herida nunca sanara. Michael habia ido a reunirse con Dani. Y con Rachel, Mel y su madre.

Mientras ella yacia satisfecha en brazos de John, a Michael lo habian acribillado.

No sabia si seria capaz de volver a mirar a John a la cara. El dolor y la agonia que seguramente estaba viviendo… y la tristeza en su rostro. Sabia muy bien como se sentia. Algo se le retorcio dolorosamente en el estomago.

La puerta del estudio se abrio con tanta violencia que el pomo dio contra la pared y abollo el revestimiento. Entro Tess a grandes zancadas, la cara banada en lagrimas pero con ademan decidido. El dolor. El odio. Llevaba el pelo corto y negro todo enmaranado, y tenia el vestido arrugado.

Quinn estaba detras de ella, con cara de preocupacion, pero Rowan apenas le hizo caso. Se concentro en la hermana de Michael.

– ?Es todo culpa tuya! -exclamo Tess.

– Lo siento -dijo Rowan-. Creeme que lo siento. -Se incorporo y se giro para mirar de frente a Tess, dispuesta a asumir cualquier castigo.

– ?Mentiste! Tu te guardas tus secretos y Michael esta muerto. John me lo ha contado todo. Yo… no te perdonare jamas. Espero que te encuentre. Espero que acabeis los dos ardiendo en el infierno.

?Que podia decir Rowan? Ella tambien esperaba que el asesino la encontrara. Entonces tendria la oportunidad de detenerlo. Y, si moria en el intento, no seria una gran perdida para el mundo.

– Lo se. -Fue lo unico que dijo.

– Tess, no digas esas cosas -dijo Quinn, y le puso una mano en el hombro. Ella lo aparto con un gesto y avanzo un paso.

– Si, lo se.

Rowan no se habia dado cuenta antes, pero ahora vio que Tess tenia los mismos ojos verdes de sus hermanos, solo que un poco mas claros. Eran muy parecidos. Tess. Michael. John. No podia pensar en John ni en lo que habian hecho la noche anterior. ?Que error mas estupido y egoista! Un error que a Michael le habia costado la vida. Michael deberia haber estado alli, todavia vivo.

Pero si John hubiera vuelto a su piso, ?acaso el asesino le habria tendido la trampa mortal a el?

Michael no se habria enfadado con su hermano por obligarlo a tomarse la noche libre. Enfrentado a John a causa de ella.

La conciencia de esa verdad casi le hizo tambalearse. Michael se habia dado cuenta, o al menos intuido la tension y la atraccion que habia entre ella y John. Estaba celoso. Se habia peleado con su hermano a causa de ella, no solo porque John insistiera en que descansara aquella noche.

Era culpa suya.

Alzo el menton y, mirando a Tess, asintio.

– No te reprocho nada, Tess. Michael era un tipo excelente, y yo…

– ?No digas eso! -chillo Tess y avanzo hacia Rowan con las manos apretadas a los lados-. ?No hables de el! ?Era mi hermano! ?Perra! -Comenzo a golpear a Rowan con los punos y Rowan la dejo. Por dentro se sentia entumecida, muerta. ?Tenia algun dolor que comunicar? El dolor de los golpes era como la agonia de la muerte, las pesadillas, la culpa que le atenazaba el alma con su puno hiriente.

– Tess, por favor. -Quinn se acerco a ellas e intento suavemente que soltara a Rowan.

Se oyo un portazo en la entrada. Quinn desenfundo su arma y salio de la habitacion a toda prisa. Un instante despues, John irrumpio en el estudio con Quinn siguiendole los pasos.

– ?Tess! -John la cogio y le hizo girarse. Tess lloraba descontroladamente y comenzo a golpear a su hermano en el pecho. El la agarro por las munecas e intento dominarla con gestos suaves-. Tess, carino, para. Por favor, carino, no sigas. -Hablaba con voz tranquila, calmandola, controlando la situacion.

A Tess le temblo el labio inferior y tenia el rostro banado en lagrimas. Al final, se dejo caer en sus brazos, sollozando.

John alcanzo a cruzar una mirada con Rowan antes de salir del estudio. La mezcla de dolor y rabia que Rowan vio en su expresion dura y angulosa fue como una punalada.

Quinn se le acerco, le puso un brazo en el hombro y la ayudo a sentarse nuevamente en la silla.

– Rowan, no es culpa tuya. -Le acaricio la espalda y le aparto el pelo de la cara-. No te culpes a ti misma.

Ella no respondio. ?Que podia decir? Las ultimas dos semanas habian sido una larga e interminable pesadilla. ?Acabaria de una vez? ?La encontraria finalmente a ella para que pudiera tener un poco de paz?

La justicia.

No podia dejar que escapara. Cuando la encontrara, ?acaso le contaria sus crimenes entusiasmado? ?Buscaria sus halagos? ?Su horror? ?Su ira? Daba igual lo que el quisiera de ella, porque solo estaba dispuesta a darle un balazo.

Pero primero tenia que confirmar que Roger habia hecho lo que ella le habia pedido.

– Rowan. Tess no decia nada de eso en serio. Esta destrozada.

Rowan miro a Quinn. Su rostro atractivo traducia toda su tristeza y su inquietud.

– Protegela, Quinn. Cuando las personas se alteran, hacen tonterias. Y llama a la policia de Dallas y de Chicago, y al FBI. Asegurate que entiendan la importancia de advertir a las prostitutas. Sobre todo a las chicas de alto vuelo.

– Ya nos hemos encargado de eso…

– ?Vuelve a llamar! -exclamo Rowan, y se apreto el puente de la nariz. No servia de nada gritarle a Quinn. No era culpa suya.

– De acuerdo -dijo el, con voz queda-. Rowan, puede que te sorprenda, pero se lo que hago. Hace quince anos que trabajo como agente. Y Roger no ha descansado desde que esto comenzo.

– Lo se, lo siento mucho. -Rowan lo toco en el brazo-. Solo que… -dijo, y gesticulo hacia la estanteria donde guardaba los ejemplares de sus libros. Se acerco a ellos y se los quedo mirando.

– Sentia algo tan catartico al escribir estos libros, siempre consiguiendo que el bien triunfara sobre el mal, cuando los dos sabemos que los malos ganan a menudo. -Miro los titulos de la estanteria. Crimen de oportunidad. Crimen de pasion. Crimen de claridad. Crimen de corrupcion. Y su ultimo libro, cuyo lanzamiento habian postergado hasta que atraparan a aquel miserable, Crimen de riesgo.

Le habian enviado como adelanto veinte ejemplares, pero ella solo se habia traido cinco a Malibu, por si necesitaba enviarselos a alguien. Le habia dado uno a Adam…

Y quedaban tres en la estanteria.

Se los quedo mirando fijamente, y de pronto se le acelero el pulso. Quedan tres. Tenian que ser cuatro.

– Rowan… -alcanzo a decir Quinn.

– Ha estado aqui -dijo, con voz apenas audible.

– ?Quien?

– El asesino. Ha estado aqui. Aqui mismo -dijo, y senalo la estanteria-. Tiene el ultimo libro. Podria matar en cualquier momento.

Faltaban tres dias.

Se acerco a la ventana y miro hacia la oscuridad. Eran las tres de la madrugada y todo estaba muy, muy oscuro aqui en la costa. El lo detestaba. Odiaba el mar, las mananas frias y nebulosas y el aire salado. Verla a ella

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