– Lo prometo.
Adam se dejo llevar hasta el ordenador de Tess. Se quedo mirando la pantalla.
– Adam, ?es este el hombre que viste en el puesto de flores?
Adam asintio con la cabeza.
– ?Puedo irme a casa ahora? -pregunto, con lagrimas en los ojos.
Quinn le hizo una sena a Colleen, que permanecia en silencio en un rincon desde que habia entrado con John y Adam.
– Adam, Colleen te llevara a casa.
Rowan miraba la foto en la pantalla. ?Era Bobby el responsable de todo eso? ?Como era posible? Si se estaba pudriendo en la celda de una carcel, ?como podria haberlo visto Adam en Malibu?
– Gracias, Adam -dijo, intentando expresar su agradecimiento. Adam salio sin mirarla.
– Voy a mandar un boletin de busca y captura sobre Robert MacIntosh -dijo Quinn-. Buen trabajo, Tess. Si alguna vez quieres trabajar en el gobierno, llamame.
– Tenemos que irnos -dijo Rowan-. Tengo que verlo entre rejas. ?Que pasara si no esta alli? ?Y si se ha fugado? -Pero aquello era imposible. Habrian informado a Roger. Todo el pais habria estado alerta buscando a un asesino fugado de la carcel.
Nada tenia sentido.
John se mostro de acuerdo.
– Quinn, ?cuanto tardaremos en llegar?
– En el primer vuelo disponible. Vosotros, id a Burbank, y yo bajare a quien sea del avion si es necesario.
– Gracias -dijo John, y miro a Rowan-. ?Estas preparada?
Ella asintio con la cabeza. Preparada o no, tenia que enfrentarse a Bobby.
Capitulo 17
Rowan no hablo durante el trayecto al aeropuerto. John estaba agradecido con Peterson por haber removido cielo y tierra para encontrarles plaza en un avion que salia en menos de una hora y por haberse saltado los controles de seguridad.
El propio Peterson viajaba cerca de la cabina, ocupando la plaza de policia de aquel vuelo, ya que en ausencia de un guardia de seguridad aerea, en su condicion de agente federal el cumplia esa funcion. John y Rowan viajaban en la parte de atras.
John le dio a Rowan todo el espacio que necesitaba. Sufria por ella. ?Por que la habia arrastrado a aquello? El podria haber interrogado solo a Adam. Albergaba la peregrina idea de que la revision de los informes despertaria en ella recuerdos reprimidos y la impulsaria a recordar alguna cosa.
Y luego recordo que Rowan habia querido venir. Necesitaba venir.
Jamas habria imaginado que Bobby MacIntosh estaba vivo. Pero ahora no tenia ninguna duda de que la persona encerrada en aquella celda de la prision de Texas con el nombre de «Robert MacIntosh Junior» no era el hermano de Rowan.
Cuando la miro, supo que ella sospechaba lo mismo.
El avion despego casi al instante despues de que embarcaron. Rowan aun no habia dicho palabra y John empezaba a ponerse nervioso. Tras lanzar una mirada de reojo al ejecutivo que viajaba en la fila de al lado, John se inclino hacia Rowan y le hablo suavemente al oido.
– ?Te encuentras bien?
Ella no respondio, y se limito a seguir mirando por la ventanilla.
– Rowan, dime algo. -No pretendia sonar tan brusco pero, maldita sea, no podia soportar el silencio ni esa mirada inexpresiva suya.
– Es Bobby. Estoy segura.
– No tardaremos en averiguarlo.
– Roger me mintio. Desde el principio -dijo, con una voz temblorosa y llena de angustia. John sabia perfectamente como se sentia. Mentiras, enganos, traiciones. Tuvo que apartar esas ideas de su cabeza, no era ni el momento ni el lugar indicado. Anoraba tomarla y estrecharla en sus brazos, solo abrazarla para que supiera que no estaba sola. Pero caminaba sobre un tejado de vidrio. No sabia cuanto mas podia soportar despues del trauma emocional de tener que revisar las fotos del asesinato de su familia y descubrir que aquella figura paterna en la que ella habia confiado llevaba anos mintiendole sobre algo tan importante.
– Cuando Roger me interrogo -siguio-, despues de que me avisaron que a Bobby lo habian detenido, que estaba en la carcel y no podia hacerme dano, fue sincero conmigo. Me dijo que el caso era solido, aunque yo fuera la unica testigo. Con mi testimonio, estaba garantizado que Bobby pasaria el resto de su vida entre rejas.
El le cogio la mano y se la apreto suavemente. Ella acabo por apartar la mirada de la ventanilla, se volvio y miro las manos entrelazadas, pero no hizo ademan de romper la conexion.
John no sabia por que, pero se sentia aliviado.
– ?Que sentiste a proposito de eso? -Recordo que Rowan solo tenia diez anos en aquel momento. El habia visto las fotos. ?Que tragedia mas absurda! Una nina pequena que habia perdido a casi toda su familia en una noche tan espantosa. Y luego rechazada por la tia y por los abuelos. No le costaba imaginar lo valiente que habia sido Rowan.
– Enfadada. Confundida. Queria hacerle dano por lo que me hizo, pero por aquel entonces no entendia los procedimientos. -Tras una pausa, siguio-: Fue Roger tambien el que me conto lo de mi padre, que no habia dicho ni palabra desde que la policia lo encontro en la cocina. Yo insisti en verlo. Asi que Roger me llevo a Bellevue. No queria hacerlo, pero me llevo.
Sus miradas se cruzaron. Cuando John vio el dolor en su rostro le dieron ganas de tomarla en sus brazos y decirle que el la protegeria.
Pero ella no queria su proteccion sino su comprension.
– Roger tenia razon -dijo, con voz apenas audible-. Me vine abajo cuando vi la mirada vacia de mi padre. Habia cortado todo vinculo con la realidad. No estaba poseido por el diablo, no tenia una mirada diabolica. No gritaba ni deliraba. Sencillamente, no estaba presente -anadio, y volvio a mirar por la ventanilla.-. Supongo que por eso Roger me mintio -dijo, al cabo de un momento-. Penso que no seria capaz de enfrentarme a la declaracion, sin importar lo que yo pudiera decir.
Rowan nunca olvidaria la imagen de su padre aquella ultima vez. Ya no parecia aquel hombre fuerte, a veces enfadado, a veces maravilloso que habia llegado a admirar y temer.
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Tenia siete anos cuando hizo esa pregunta. Estaba poniendo a dormir a Dani en el sillon de su madre en su habitacion, y le susurraba suaves palabras al oido. Su madre dejo caer el cepillo sobre la mesa del tocador.
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