Mama miro a Dani y Lily supo, aunque no entendia por que, que su madre mentia.

– De acuerdo -dijo, con voz queda y temblorosa.

Mama le apreto la mano.

– A veces, me equivoco cuando digo o hago algo. Papa se enfada. Ya sabes que el trabaja mucho todos los dias, mucho. Y con seis hijos necesitamos mucho dinero, ?sabes? -Su madre hablaba muy rapido.

– De acuerdo, Mama.

– Pero Papa me quiere. Mucho, mucho. Y yo lo quiero a el. Y no es siempre asi, solo algunas veces. Casi nunca.

Lo que decia Mama no tenia sentido. Y entonces, se inclino y beso a Lily en la cabeza y fue como si el mundo mejorara un poco.

– ?Rowan?

La voz de John era suave, pero urgente.

– Rowan, ?estas bien?

– Estaba pensando -dijo ella, y respiro hondo. El ya lo sabia todo. Solo un secreto mas que compartir-. Mi padre maltrataba a mi madre. Le pegaba. Ella siempre lo justificaba. Decia que era culpa suya. En una ocasion, le pregunte por ello y me dijo que era ella la que se equivocaba en ciertas cosas. Lo defendio.

Tenia los nudillos blancos de apretar con tanta fuerza los punos. Hizo un esfuerzo consciente por liberarse de la tension en los musculos.

– No creo que lo de matarla haya sido algo salido de la nada -dijo John-. Es un patron, tu ya lo sabras. Las relaciones en que hay maltrato suelen acabar con una muerte.

– Llevaban diecinueve anos casados. Seis hijos. Y ella… ella siempre estuvo a su lado, hiciera lo que le hiciese. -Rowan recordo las flores que el solia comprarle. Los besos que le daba cuando volvia por la noche-. Era como el doctor Jekyll y mister Hyde. La golpeaba. Discutian mucho. Pero no podia creer que la hubiese matado. No queria creerlo. El solia llamarla «reina mia».

Ella respiro hondo. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que John le seco las lagrimas de las mejillas.

– Yo amaba a mi padre y lo odiaba. Podia ser una persona maravillosa, jugaba con nosotros, nos llevaba al parque, a comer helados… pero le pegaba a mi madre. -La voz le temblo-. Yo estaba muy confundida. Y luego, verlo tan… tan vacio -dijo, y volvio a respirar hondo-. Eso no supe aceptarlo. En aquel momento, no.

– Eras una nina, Rowan. Una nina obligada por la vida a madurar demasiado rapido.

– Bobby era diferente.

Rowan no habia olvidado la crueldad de su hermano. El terror silencioso que despertaba en ellos. Incluso en Mama.

– Hay personas que nacen malvadas.

Ella no dijo nada para contradecirlo.

– Creo que Bobby aprendio lo peor de mi padre y lo hizo mas retorcido. Quiero decir, era el mayor. Sabia lo que estaba pasando. Se portaba como un maton de barrio con Mel y Rachel, igual que Papa con Mama. Les pegaba.

– ?Y nadie hacia nada? -La voz de John estaba tenida por el asombro. Aquello no era raro, puesto que, al fin y al cabo, la suya habia sido una infancia feliz.

– En una ocasion, Mel se lo conto a mi padre. Le dijo que Bobby le habia pegado tan fuerte a Rachel que la habia tirado escaleras abajo. Papa y Bobby tuvieron una bronca muy fuerte en el garaje. Bobby se fue y estuvo ausente varios dias. Y yo me sentia feliz. Muy feliz.

– Pero volvio.

Con una venganza en mente, penso Rowan. Eso habia ocurrido un ano antes de los asesinatos. Ella tenia la esperanza de que cuando cumpliera dieciocho anos, Bobby se iria. Pero no se fue.

– Bobby le dijo a mi padre que era un debil y un enconado. Yo no sabia que significaba eso por aquel entonces. Pero nunca lo desafio cara a cara, excepto esa unica vez. Cuando mi padre no estaba en casa, Bobby nos aterrorizaba. Le rompio el brazo a Peter cuando todavia no sabia caminar. Yo lo vi. Pero el me dijo que si contaba la verdad, me mataria. Yo le crei, y le dije a Mama que habia sido un accidente.

– Nadie te habria culpado, Rowan -dijo John.

– ?Habria cambiado algo si yo hubiera dicho la verdad entonces? -siguio ella, como si no le hubiera oido-. ?Se habrian llevado a Bobby? ?Lo habrian castigado? ?Habrian hecho algo?

Rowan sacudio la cabeza y solto un suspiro profundo y cansado.

– Nunca lo sabre -concluyo. Rio, pero sin ver nada divertido en ello. Solo un vacio profundo y permanente. Se pregunto si algun dia volveria a sentir la felicidad de estar viva.

John le apreto la mano y la tomo entre las suyas. Rowan estaba fria. A John le escocia la garganta. Le venian lagrimas de indignacion y rabia, y el las reprimio. Ningun nino deberia vivir jamas lo que habia vivido Rowan. Pensar en la locura y el horror de todo lo que habia aguantado era como una estocada en el corazon.

Sin embargo, lo que de verdad le indignaba no era la maldad de Bobby. Eran los padres. ?Que hacian viviendo con un hijo que maltrataba a los demas, un joven que los atormentaba a ellos y a sus hijos? ?Como era posible que no lo remediaran? ?Como podia vivir la madre en esa casa, dejar que sus hijos fueran testigos del maltrato y no sacarlos de alli?

Habia otras dos chicas mayores. ?No podria una de ellas haber acudido a las autoridades? Era evidente que habian sufrido los maltratos de Bobby. Ellas mismas habian sido victimas. Sin embargo, Rowan cargaba con todo el peso, como si hubiera sido la unica que podria haber hecho algo y luego desistido.

Ojala pudiera explicarselo, darle seguridad, decirle que el hecho de que hubiera hecho algo o no, nada tenia que ver con lo que habia ocurrido.

– Rowan, nada de eso fue culpa tuya -dijo John, con voz queda.

Ella se encogio de hombros. ?Habria oido lo que le habia dicho?

– Supongo que quiero decir que sabia que Bobby algun dia haria algo malo. Algo muy malo.

– ?Por que crees que tu padre se vino abajo?

– No lo se. Es la razon por la que estudie psicologia criminal en la universidad. Por eso ingrese en el FBI. Queria respuestas. Y encontre respuestas. Pero no sobre mi padre. Solo lo habitual: sucede a menudo que los conyuges maltratadores matan o son asesinados.

John la atrajo hacia el. No soportaba escucharla torturarse a si misma. El mal no conocia limites. Ricos o pobres, hombres o mujeres, viejos o jovenes. No sabia que habia impulsado a Robert MacIntosh a matar a su mujer, pero lo habia hundido para siempre. Veintitres anos sin hablar, sin siquiera reconocer la presencia de otro ser humano.

Bobby MacIntosh era otra cosa. Si John estaba en lo cierto y el hermano de Rowan era el protagonista de aquel festin sangriento, expertamente disenado y premeditado que duraba ya tres semanas, tenia el corazon mas retorcido y estaba mucho mas sano que su padre.

Roger Collins se paseaba de arriba abajo por la sala de espera de Beaumont, la carcel de maxima seguridad adonde habian trasladado a Bobby MacIntosh hacia un ano. El alcaide ordeno llevarlo a una sala de reuniones privada, pero Roger esperaba a Rowan.

Tenia ganas de estrangular a John Flynn pero, al mismo tiempo, temia que su teoria fuera acertada. Que Bobby MacIntosh no estuviera en Beaumont sino en libertad, y que fuera el quien estuviera aterrorizando a Rowan.

Dejando de lado las buenas intenciones, habia cometido un grave error. Un error que habia costado la vida a siete personas. Y quiza serian mas.

A los dieciocho anos Bobby MacIntosh era apenas un joven, pero mas peligroso que muchos criminales curtidos con decadas de agresiones en su haber. Ningun remordimiento y, desde luego, se refocilaba pensando en la noche de su matanza.

– Mira, mira, mira. Si es el agente especial Roger Collins -habia dicho Bobby MacIntosh veintitres anos antes, cuando Roger lo interrogo en la celda de una carcel de Boston.

Roger estaba al otro lado de los barrotes y miraba al chico que habia matado a tres de sus hermanas.

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