Pierce le lanzo una mirada furiosa.

– Perdoneme por preocuparme por mis amigos. Supongo que mas me valdria ser un capullo como usted. Ahora mismo estaria sentado en mi despacho en lugar de aqui, y me habria ahorrado…

Se detuvo en seco al rememorar de nuevo la imagen. Su rostro seguia enrojecido, pero presentaba cierto matiz ceniciento cuando se volvio para mirar de nuevo por la ventana, como si la nieve, blanca y serena, pudiera apaciguarlo.

– ?Como entro en la casa? -pregunto Kovac-. ?Tiene usted llave?

– La puerta estaba abierta.

– ?Habia hablado Andy de suicidio? ?Parecia deprimido?

– Parecia mas bien… frustrado. Un poco bajo de moral, eso si, pero no hasta el extremo de suicidarse. No me lo trago. Nunca habria hecho una cosa asi sin intentar antes recurrir a alguien.

Era lo que los supervivientes siempre querian creer al principio, segun sabia Kovac por experiencia. Siempre querian creer que el ser amado habria pedido ayuda antes de dar el paso definitivo. Nunca querian reconocer que tal vez habian pasado por alto algun indicio. Si resultaba que Andy Fallon en efecto se habia suicidado, en algun momento dado, Steve Pierce empezaria a preguntarse si tal vez no habria mostrado docenas de indicios que el, en su egoismo, temor o ceguera, no habia advertido.

– ?Bajo de moral por que?

Pierce hizo un gesto de impotencia.

– No lo se… El trabajo, tal vez, o la familia. Se que tenia ciertos problemas con su padre.

– ?Que me dice de otras relaciones? -tercio Liska-. ?Salia con alguien?

– No.

– ?Como lo sabe? -persistio Kovac-. No vivia usted aqui, y ultimamente se habian visto poco. Usted mismo ha dicho que solo quedaban de vez en cuando.

– Eramos amigos.

– Pero no sabe que le preocupaba. No sabe hasta que punto estaba deprimido.

– Conocia a Andy y se que no se habria suicidado -aseguro Pierce, a punto de perder la paciencia.

– Aparte de que la puerta no estaba cerrada con llave, ?recuerda algun otro detalle inusual? -inquirio Liska.

– No note nada, claro que tampoco me fije. Queria ver a Andy.

– Steve, ?sabe si Andy practicaba alguna clase de ritual sexual poco habitual?

Pierce se levanto de un salto con tal brusquedad que la silla patino hacia atras.

– ?No me lo puedo creer! -grito mientras miraba a su alrededor como si buscara un testigo o tal vez un arma.

Kovac recordo los cuchillos y la furia que habia visto en los ojos de Pierce mientras golpeaba a Ogden. Se levanto y se interpuso entre el hombre y el soporte de los cuchillos.

– No es nada personal, Steve, solo nuestro trabajo -aseguro-. Necesitamos hacernos una idea lo mas precisa posible.

– ?Son ustedes unos putos sadicos! -chillo Pierce-. Mi amigo esta muerto y…

– Y yo no lo conozco de nada, Steve -lo interrumpio Kovac en tono razonable-. Y tampoco a usted lo conozco de nada. Podria haber matado a Andy, y yo sin enterarme.

– ?Eso es absurdo!

– ?Y sabe otra cosa? -prosiguio Kovac-. Cuando encuentro a un tipo desnudo ahorcado delante del espejo… pues mire, le parecere un mojigato, pero me resulta extrano. Se me ocurre que tal vez le gustaban cosas un poco raras, y puede que a usted tambien, y por eso ni se inmuta. Yo que se… Puede que se asfixie usted un poco cada dia para correrse. Puede que le vaya que le fustiguen con una vara. En tal caso, si usted y Fallon estaban metidos en algo asi juntos, sera mejor que nos lo diga ahora, Steve.

Pierce estaba llorando. Las lagrimas le rodaban imparables por las mejillas, y los musculos de su rostro se habian tensado como si quisiera contener todas las emociones que se acumulaban en su interior.

– No.

– ?No en el sentido de que no andaban metidos en nada raro, o no en el sentido de que no quiere responder? -pincho Kovac.

Pierce cerro los ojos y bajo la cabeza.

– Dios mio, no puedo creer que este pasando todo esto.

De repente, la carga se le hizo demasiado pesada; cayo de rodillas al suelo, se inclino hacia delante y sepulto el rostro entre las manos.

– ?Por que esta pasando todo esto?

Kovac lo observaba, acometido por aquellos remordimientos cansinos que tan familiares le resultaban. Se puso en cuclillas junto a Pierce y le apoyo una mano en el hombro.

– Eso es lo que pretendemos averiguar, Steve -musito-. Puede que no siempre le gusten nuestros metodos ni le haga gracia lo que descubramos. Pero en ultima instancia, lo unico que buscamos es la verdad.

Mientras pronunciaba esas palabras, Kovac supo que, cuando hallaran la verdad, nadie la querria. Sencillamente, jamas hallarian una buena razon para la muerte de Andy Fallon.

Capitulo 5

Por algun motivo, la casa de Mike Fallon parecia mas desolada a la grisacea luz del dia. La noche poseia la virtud de extender un manto aterciopelado sobre los barrios, de forma que las casas parecian arracimarse como rebanos, separadas tan solo por gajos de suave oscuridad. De dia, se las veia separadas y aisladas por la luz, los senderos de coches, las vallas y la nieve.

Kovac alzo la mirada hacia la casa y se pregunto si Mike ya lo sabria. A veces la gente se enteraba de esas cosas, como si del escenario de la muerte hubiera partido una onda expansiva para alcanzarlos a mas velocidad que el sonido o que el mensajero.

Para mi esta muerto.

Dudaba de que Mike Fallon recordara haber pronunciado aquellas palabras, pero resonaban en los oidos de Kovac mientras conducia a casa del ex policia. Habia dejado a Liska en comisaria para que pusiera en marcha la investigacion. Se pondria en contacto con la supervisora de Andy Fallon en Asuntos Internos para averiguar en que caso habia estado trabajando y que actitud habia mostrado en los ultimos tiempos. Se haria traer el expediente de Personal de Andy y averiguaria si habia acudido al psicologo del departamento.

Kovac se habria cambiado con ella sin pensarselo dos veces, pero su sentido de la obligacion era demasiado intenso. Se maldijo por ello y salio del coche. Algunos dias, la vida solo era una mierda cuando te comportabas como un tipo decente.

Escudrino el interior de la casa a traves de una estrecha ventana rectangular de la puerta principal. El salon parecia aun mas destartalado que la noche anterior. Las paredes necesitaban una mano de pintura, el sofa deberia haber aterrizado en alguna tienda de segunda mano anos atras… El sillon de masaje y el televisor de pantalla grande ofrecian un peculiar contraste.

Llamo al timbre y tambien con los nudillos por si acaso. Luego espero impaciente, intentando no preguntarse que pensaria un desconocido al ver su propio salon con el acuario vacio. Algun dia tendria que procurar montarse una vida privada al margen del trabajo.

Rebusco en los bolsillos de su abrigo y saco un chicle con sabor a frutas mientras el nerviosismo le erizaba los pelillos de la nuca. Llamo de nuevo. Imagenes de la noche anterior le surcaron la mente. Mike Fallon, el antiguo policia, quebrado, olvidado, deprimido, borracho…

Se hundio en la nieve hasta las pantorrillas y rodeo la casa en busca de la ventana del dormitorio. Menudo bombazo para las noticias de las seis si resultaba que dos policias, padre e hijo, se habian suicidado el mismo dia.

Con toda probabilidad, Paul Harvey se haria con la historia para deprimir a toda America durante el almuerzo

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