Kovac lo golpeo en el pecho con el dorso de la mano. Fue como golpear un bloque de granito
– ?Cierra el pico y largo de aqui!
Rubel echo a andar con paso furioso seguido de Ogden. Kovac fue con ellos hasta el salon.
– ?Que cono le has dicho?
– Nada -repuso Rubel.
– Estoy hablando con tu companero. Le has dicho alguna tonteria, ?verdad? ?Vaya pregunta! Es como preguntar si la mierda es marron -espeto Kovac, asqueado.
– Me ha atacado -se quejo Ogden, indignado-. Ha atacado a un agente.
– ?Ah, si? -siseo Kovac, acercandose mucho a el-. ?Que, Ogden? ?Te apetece escribir un informe sobre el incidente? ?Te apetece que el senor Pierce preste declaracion? ?Te apetece que tu supervisor averigue lo capullo que eres?
Con expresion malhumorada, el agente se saco un panuelo sucio del bolsillo y se tapono la nariz.
– Tendras suerte si no acude a la oficina del ciudadano para demandar al departamento -prosiguio Kovac-. Ahora largaos de aqui y haced vuestro trabajo.
Rubel se dirigio a la puerta principal con los dientes apretados y los ojos entornados. Ogden lo siguio a la calle, sosteniendo con una mano el panuelo ensangrentado para detener la hemorragia y gesticulando con la otra para explicar algo a su companero, que no le hacia caso.
La furgoneta de los tecnicos forenses estaciono tras el coche patrulla. Un par de coches pequenos y destartalados se acercaron desde direcciones opuestas como buitres. Periodistas. Kovac percibio que se le encogia el estomago. Entro de nuevo en la casa y sorprendio a Burgess a punto de coger un monton de cintas de video colocadas junto al televisor.
– ?No toques nada! -ordeno-. Sal al jardin y manten alejados a los periodistas. Di «Sin comentarios». ?Te ves capaz de hacerlo o tiene demasiadas silabas?
Burgess bajo la cabeza.
– Y quiero que anotes y hagas verificar las matriculas de todos los coches aparcados en la manzana, ?entendido?
– Si, senor -mascullo el policia entre dientes antes de salir.
– ?De donde sacan a estos tipos? -se pregunto Kovac al volver a la cocina.
– Los crian en el norte como animales de carga -explico Liska desde el umbral abovedado-. Ogden dijo algo de que ahora quedaba un maricon menos en el mundo, y Pierce perdio el control. No lo culpo.
– Genial -suspiro Kovac-. Esperemos que no decida armar un escandalo. Bastante malo es ya que Andy Fallon haya muerto para que encima salga en todas las televisiones del area metropolitana que se lo hacia con tios.
En aquel momento pasaron por alli los tecnicos forenses cargados con camaras y cajas para volver a fotografiar y grabar en video el escenario de la muerte. Asimismo, buscarian huellas en toda la zona, y si localizaban alguna prueba, la fotografiarian, medirian su posicion exacta y la anotarian. Luego la registrarian, etiquetarian y guardarian con gran cuidado a fin de controlar cada paso del proceso y evitar que se traspapelara. Durante todo ese tiempo, el cadaver de Andy Fallon seguiria colgado en el dormitorio, aguardando la llegada del medico forense.
Kovac puso en antecedentes al criminalista y envio al equipo a la planta superior.
Liska habia llevado a Steve Pierce de vuelta a la mesa de la cocina. Masajeandose el cuello, el hombre se sento en el borde de la silla como dispuesto a levantarse de un salto en cualquier momento. La sangre de Ogden le manchaba los nudillos. Se habia aflojado la corbata y desabrochado el boton superior de la camisa. Su traje negro aparecia arrugado y un poco polvoriento.
– ?Le importa que nos sentemos, Steve? -pregunto Kovac.
Pierce no contesto, pero se sentaron de todos modos. Kovac saco una minigrabadora del bolsillo, la encendio y la dejo sobre la mesa.
– Vamos a grabar la conversacion, Steve -anuncio como quien no quiere la cosa-. Asi nos aseguraremos de tener todos los detalles cuando volvamos a comisaria para redactar los informes. ?Le parece bien?
Pierce asintio con ademan cansino mientras se mesaba el cabello.
– Necesito que responda en voz alta, Steve.
– Si, bueno, vale, perfecto -farfullo Steve antes de carraspear.
La tension habia dibujado finas arrugas junto a su boca.
– ?Van a… van a… bajarlo? -pregunto, apenas capaz de pronunciar la ultima palabra.
– Lo haran los de la oficina del forense -explico Liska.
Pierce se la quedo mirando como si acabara de ocurrirsele que practicarian la autopsia a su amigo. De nuevo se le llenaron los ojos de lagrimas, y se volvio para contemplar por la ventana la nieve que caia en el jardin trasero, intentando recobrar la compostura.
– ?A que se dedica, Steve? -inquirio Kovac.
– Inversiones. Trabajo en Daring-Landis.
– ?Vive usted aqui? ?En esta casa?
– No.
– ?Por que vino esta manana?
– Habia quedado ayer con Andy para tomar un cafe en el Uptown Caribou. Queria comentarme algo, pero no se presento ni contesto a mis llamadas. Me preocupe un poco, de modo que decidi pasar por aqui esta manana.
– ?Que relacion tenia con Andy Fallon?
– Somos amigos -repuso Pierce en presente-. De la universidad, ya sabe.
– No, no se. ?Por que no me lo explica? -insistio Kovac.
Pierce fruncio el ceno antes de responder.
– Bueno, pues saliamos de vez en cuando a comer una pizza y a tomar unas cervezas, a veces ibamos a algun partido de baloncesto, quedabamos para ver el partido de futbol de los lunes… Las tipicas cosas de tios.
– ?Nada mas… intimo?
Kovac observo detenidamente el rostro de Pierce, que se ruborizo hasta la raiz de los cabellos.
– ?Que insinua, detective?
– Le estoy preguntando si mantenian ustedes relaciones sexuales -replico Kovac con toda serenidad.
Pierce parecia a punto de estallar.
– Aunque no es asunto suyo, le dire que soy heterosexual.
– Hay un cadaver ahorcado en el dormitorio -senalo Kovac-, asi que todo es asunto mio. ?Que me dice del senor Fallon?
– Andy es homosexual -admitio Pierce con amargo resentimiento-. ?Convierte eso su muerte en un hecho justificable?
Kovac extendio los brazos.
– Oiga, a mi me trae sin cuidado quien la mete donde, pero necesito un marco de referencia para mi investigacion.
– Es usted de lo mas elocuente, detective.
– Dice que Andy queria comentarle un asunto -intervino Liska para distraer la atencion de Pierce y asi permitir que Kovac observara sus tics faciales-. ?Sabe de que se trataba?
– No, no me dijo nada por telefono.
– ?Cuando hablo con el por ultima vez? -quiso saber Kovac.
Pierce lo miro de soslayo, aun resentido.
– Esto… creo que fue el viernes. Esa noche, mi prometida tenia otros planes, de modo que pase a ver a Andy. Hacia bastante que no nos veiamos, de modo que le propuse que quedaramos para tomar un cafe o algo asi. Para charlar un rato.
– Asi que quedaron para ayer, pero Andy no se presento.
– Llame un par de veces, pero me salto el contestador, y no me devolvio las llamadas. Decidi pasar por aqui para asegurarme de que todo iba bien.
– ?Y no se le ocurrio pensar que sencillamente estaba muy ocupado? Tal vez habia tenido que ir a trabajar mas temprano de lo habitual.