– ?Que?

– Soy Beck -dije apresuradamente-. ?Me escucha alguien o gozamos de algun tipo de proteccion abogado- cliente?

Hubo un curioso momento de vacilacion.

– No hay peligro -dijo.

– Tenia motivos para huir -comence.

– ?La culpa, por ejemplo?

– ?Que?

Otro titubeo.

– Lo siento, Beck, pero he tirado la toalla. Cuando huyo de aquella manera, me retire del asunto. Primero dije una sarta de estupideces a Shauna y despues abandone su caso.

– Pues ella no me ha dicho nada -dije-. La necesito, Hester.

– No puedo ayudarle a escapar.

– Ya no quiero escapar. Lo que quiero es entregarme. Pero con unas condiciones.

– No esta en situacion de poner condiciones. Olvidese de fianzas. Van a encerrarlo bien encerrado.

– Suponga que presento pruebas que demuestran que no mate a Rebecca Schayes.

Un titubeo mas.

– ?Puede hacerlo?

– Si.

– ?Que clase de pruebas?

– Una coartada solida.

– ?Quien se la proporciona?

– Bueno -dije-, aqui esta el detalle.

El agente especial Carlson cogio el movil.

– ?Si?

– Hay algo -dijo su companero Stone.

– ?Que?

– Hace unas horas que Beck ha visitado a un abogado de tres al cuarto de nombre Flannery. Iba acompanado de un negro, un tipo de la calle.

Carlson fruncio el ceno.

– Creia que su abogado era Hester Crimstein.

– No buscaba un representante legal. Queria informarse de algunos datos sobre un caso antiguo.

– ?Que caso?

– Hace ocho anos detuvieron a un golfo llamado Gonzalez al que se acusaba de haber matado a Brandon Scope. Elizabeth Beck ofrecio una coartada al chico. Beck estaba interesado en conocer detalles.

Carlson sintio que la cabeza le daba vueltas. ?Como demonios…?

– ?Algo mas?

– Eso es todo -dijo Stone-. Oye, ?donde estas?

– Despues hablamos, Tom. -Carlson colgo y marco otro numero.

Respondio una voz:

– National Tracing Center.

– Trabajas demasiado, Donna.

– Estoy intentando salir cuanto antes, Nick. ?Que quieres?

– Un favor realmente muy grande.

– ?No! -dijo ella, pero despues anadio con un suspiro-. ?Que?

– ?Todavia tienes aquella treinta y ocho que encontramos en la caja de seguridad?

– ?Que pasa con ella?

Le explico lo que queria y, cuando termino, ella dijo:

– Estas de guasa, ?no?

– Ya me conoces, Donna. No tengo sentido del humor.

– Lo se -dijo con un suspiro-. Hare la peticion, pero dudo que la satisfagan esta noche.

– Gracias, Donna. Eres la mejor.

Cuando Shauna entro en el vestibulo del edificio, oyo una voz que la llamaba.

– Disculpe, ?senorita Shauna?

Miro al hombre de cabellos engominados y traje carisimo y dijo:

– ?Y usted es…?

– Soy el agente especial Nick Carlson.

– Pues que tenga muy buenas noches, senor agente especial.

– Sabemos que el le ha llamado.

Shauna se tapo la boca con la mano y fingio que bostezaba.

– Debe de estar orgulloso.

– ?Ha oido alguna vez los terminos instrumentacion, instigacion y encubrimiento?

– Mire, no me asuste -dijo Shauna en tono exageradamente monocorde- o me hago pipi ahora mismo sobre la mierda de alfombra que tengo debajo.

– Usted se figura que se trata de un farol, ?verdad?

Avanzo las manos juntando las munecas.

– Ande, detengame, guapo -y anadio mirando detras de el-. ?Sus chicos no suelen trabajar por parejas?

– He venido solo.

– Ya lo veo. ?Puedo marcharme ya?

Carlson se calo las gafas.

– Yo creo que el doctor Beck no ha matado a nadie.

Aquella frase la dejo muda.

– No interprete mal mis palabras. Hay multitud de pruebas que demuestran de sobra que el es el autor y mis companeros estan convencidos de que es culpable. Continua un gran despliegue de caza.

– Aja -dijo Shauna con un marcado matiz de desconfianza en la voz-. Pero en cierto modo, usted va mas alla.

– Creo que aqui hay algo mas que lo que se ve.

– ?Como que?

– Yo esperaba que usted me lo aclararia.

– ?Y si yo sospecho que todo eso es una artimana?

– Sobre eso poco puedo hacer -dijo Carlson encogiendose de hombros.

Shauna se quedo pensativa.

– No tiene importancia -dijo-, porque en realidad yo no se nada.

– Sabe donde se esconde.

– No.

– Y si lo supiera, ?que?

– Pues no se lo diria. Pero eso ya lo sabe usted de sobra.

– Lo se -dijo Carlson- y por eso se tambien que no me va a decir nada sobre la conversacion acerca del paseo del perro.

Shauna nego con un gesto.

– De todos modos, usted no tardara en descubrirlo todo.

– Usted sabe que esto lo dejara tocado. Su amigo ataco a un policia. Esto hace que se abra la veda para darle caza.

Shauna lo miro sin parpadear.

– En eso podre ayudarle muy poco.

– Lo supongo.

– ?Puedo hacerle una pregunta?

– Dispare -dijo Carlson.

– ?Que le hace pensar que no es culpable?

Вы читаете No Se Lo Digas A Nadie
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату