– ?Y usted me dira por que quiere saberlo? -replico Hoyt.

Carlson decidio cambiar de tactica.

– ?Por que se llevo las fotos que acompanaban la autopsia del expediente de su hija?

– ?Que le hace pensar que me las llevase yo? -ni actitud ofendida, ni negativas estentoreas.

– Hoy he examinado el informe de la autopsia -dijo Carlson.

– ?Por que?

– Perdone, pero…

– Hace ocho anos que mi hija esta muerta. Su asesino esta en la carcel. Pese a todo, usted hoy ha decidido examinar el informe de la autopsia. Me gustaria saber por que.

La conversacion no iba a ningun sitio y estaba yendo demasiado rapido. Carlson decidio reducirla, bajar la guardia, dejar que el otro vadeara un tramo, ver que pasaba.

– Ayer su yerno visito al forense del condado. Queria ver el expediente de su esposa. Me gustaria saber por que.

– ?Se lo dejaron ver?

– No -dijo Carlson-. ?Sabe usted por que tenia tanto interes en verlo?

– No tengo ni idea.

– Pero parece que le preocupa que pueda verlo.

– Yo, como usted, encuentro sospechoso su proceder.

– Pero aqui hay algo mas -dijo Carlson-. Lo que usted queria saber era si habia puesto realmente las manos en el informe. ?Por que?

Hoyt se encogio de hombros.

– ?Querra decirme que hizo usted de las fotografias de la autopsia?

– No se de que me habla -replico, imperterrito.

– Nadie mas que usted firmo el informe.

– ?Demuestra algo, quiza?

– Cuando usted vio el informe, ?estaban en el las fotografias?

Aunque le brillaron levemente los ojos, Hoyt no demoro la respuesta.

– Si -dijo-, estaban alli.

Carlson no pudo reprimir una sonrisa.

– Una buena respuesta -la pregunta era una trampa en la que Hoyt no habia caido-. Si hubiera dicho no, yo habria debido preguntarle por que no habia informado inmediatamente del hecho, ?verdad?

– Usted es desconfiado por naturaleza, agente Carlson.

– Aja. ?Sabe usted donde han ido a parar esas fotografias?

– Se habran traspapelado.

– Seguramente. Pero a usted eso no parece preocuparle demasiado.

– Mi hija esta muerta. Su caso esta cerrado. ?Para que andarse con mas preocupaciones?

Todo aquello era una perdida de tiempo. O tal vez no. Carlson no conseguia mucha informacion, pero la reaccion de Hoyt era muy elocuente.

– ?O sea que usted sigue pensando que KillRoy mato a su hija?

– Es un hecho indiscutible.

Carlson mostro el informe de la autopsia.

– ?Incluso despues de leer esto?

– Si.

– ?No le intriga que muchas de las heridas fueran post mortem?

– Al reves, me consuela -dijo-. Eso me dice que mi hija sufrio menos.

– No hablo de eso. Yo hablo de pruebas contra Kellerton.

– En el informe no veo nada que desmienta la conclusion.

– Pero no corresponde con los demas asesinatos de este hombre.

– En eso no estoy de acuerdo -dijo Hoyt-. Con lo que no corresponde es con la fuerza de mi hija.

– No se a que se refiere.

– Se que Kellerton disfrutaba torturando a sus victimas -explico Hoyt- y se que generalmente las marcaba cuando todavia estaban vivas. Pero nosotros supusimos que Elizabeth habia tratado de escapar o, en cualquier caso, que se habia resistido. Consideramos que el se habia visto obligado a dominarla y que, al final, la habia tenido que matar. Esto explica las heridas de navaja que mi hija tenia en las manos. Y esto explica por que la marca era post mortem.

– Ya comprendo -dijo Carlson, sorprendido.

Procuro, sin embargo, no perder pie. Pero la respuesta era buena, endiabladamente buena. Tenia sentido. Hasta las victimas mas debiles pueden causar problemas. Aquella explicacion hacia consecuentes las posibles inconsecuencias del caso. A pesar de todo, subsistian algunos enigmas.

– ?Que me dice del informe de toxicologia?

– Absurdo -dijo Hoyt-. Es como preguntar por su historial sexual a la victima de una violacion. Aqui no tiene importancia alguna que mi hija fuera abstemia o adicta al crack.

– ?Cual de las dos cosas era su hija?

– No tiene ninguna importancia -repitio.

– Cuando se investiga un asesinato importa todo. Y usted lo sabe.

Hoyt dio un paso adelante.

– Vayase con cuidado -dijo.

– ?Me esta amenazando?

– Ni por asomo. Lo que quiero es advertirle que no corra tanto, que no se ensane por segunda vez con mi hija.

Se quedaron donde estaban. Habia sonado la campana final. Ahora habia que esperar una decision que no iba a ser satisfactoria para nadie cualquiera que fuera el lado hacia el cual se inclinaran los jueces.

– ?Nada mas? -pregunto Hoyt.

Carlson asintio y dio un paso atras. Parker tendio la mano hacia la puerta.

– ?Hoyt?

Hoyt se dio la vuelta en redondo.

– Asi pues, aqui no hay malentendidos -dijo Carlson-. No creo una palabra de todo lo que acaba de decir. ?Esta claro?

– Como el cristal -respondio Hoyt.

37

Cuando entro en su apartamento, Shauna se desplomo en su rincon favorito del sofa. Tenia a Linda a su lado, que le indico su regazo con un gesto. Shauna reclino la cabeza sobre sus muslos. Permanecio con los ojos cerrados mientras Linda le acariciaba los cabellos.

– ?Esta bien Mark? -pregunto Shauna.

– Si -contesto Linda-. ?No me diras donde has estado?

– Es muy largo.

– Estaba aqui sentada por si oia algo sobre mi hermano.

– Me ha llamado -dijo Shauna.

– ?Que?

– Esta bien.

– ?Gracias a Dios!

– El no ha matado a Rebecca.

– Lo se.

Shauna levanto la cabeza para mirarla. Linda parpadeo.

– Todo ira bien -dijo Shauna.

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