Capitulo V

'No puede amarme todavia -penso el Mayor para consolarse-, porque no me conoce bien…'

Pero ni la modestia de esta reflexion lo consolo.

Subio rapidamente la avenida y llego cerca del auto de Fromental. Era un Cardebrye pintado en rojo competente, con una larga banda de metal cromado alrededor del tanque de nafta. El ultimo modelo, por supuesto, de doce cilindros dispuestos en hemistiquio, en V; el Mayor preferia los impares.

Fromental de Vercoquin aparecio en ese momento en la escalera, bailaba con Zizanie. El corazon del Mayor hizo 'Plum' en su pecho y se detuvo de golpe con la punta al aire. Al menos eso es lo que sintio el Mayor.

Siguio a la pareja con los ojos. El disco se detuvo. Era: Give me that bee in your trousers. Otro empezo: Holy pooh doodle dum dee do y Antioche aparecio en la escalera para invitar a bailar a Zizanie quien acepto, con gran alivio del Mayor, cuyo corazon volvio a latir.

Solo en la entrada, Vercoquin encendio un cigarrillo y empezo a bajar los escalones, descuidadamente.

Se unio al Mayor que seguia interesado por el Cardebrye y sintiendo mucha simpatia por el, dijo alegremente:

– ?Lo llevo? ?Quiere probarlo?

– Como no -dijo el Mayor con una sonrisa amable, velando con esa aparente gentileza un infierno de quinientos diablos girondinos.

A trescientos metros de la casa del Mayor, en el bajo de la avenida Gambetta, Fromental doblo a la derecha siguiendo las indicaciones del Mayor. Al llegar a la iglesia de Ville d'Avrille, doblo a la izquierda y tomo la ruta macadamizada que llevaba a Versalles.

En el restaurante del Pere Otto, el Mayor le hizo senas a Vercoquin de que se detuviera.

– Venga a tomar un trago -dijo-. Aqui tienen una cerveza portentosa.

Se acodaron en el bar.

– ?Un tanque para el senor y… para mi! -ordeno el Mayor.

– ?No toma cerveza? -pregunto Vercoquin un poco asombrado.

– No -respondio el Mayor-, es malo para mis articulaciones.

Era absolutamente falso. El unico efecto que la cerveza habia producido al Mayor era un crecimiento rapido y momentaneo de las extremidades inferiores.

Vercoquin bebio su tanque.

– ?Otro! -ordeno el Mayor.

– Pero… -protesto Fromental eructando con ruido.

– Pssst… Perdon -dijo el Mayor-. Se lo ruego… es una cosa minima.

Vercoquin bebio su segundo tanque y el Mayor pago las consumiciones, despues salieron, se reinstalaron en el Cardebrye y volvieron a partir en direccion a Versalles.

Atravesaron esta vieja ciudad todavia impregnada del olor del Gran Rey, olor poderoso y caracteristico, despues siguieron hasta la selva de Marly.

– El auto anda maravillosamente -senalo cortesmente el Mayor.

– Si -replico Fromental-, pero tengo ganas de orinar…

Capitulo VI

El Mayor, al volante de un soberbio Cardebrye rojo competente, subio de prisa la avenida de su jardin y se detuvo delante de la escalinata con una maestria notable. El auto retrocedio, pero el ya habia bajado y fue a estrellarse contra la pared que continuaba la reja del parque, sin estropear nada mas que un arbol del cielo no del todo seco y que fue ligeramente rozado.

Antioche recibio al Mayor en lo alto de la escalinata.

– No habia leido el capitulo V… -dijo simplemente el Mayor.

– Pero porque no cuenta -respondio Antioche.

– Es verdad -dijo el Mayor-. ?Pobre muchacho!

– Tienes mucha piedad -aseguro Antioche.

– Es verdad -dijo el Mayor-. ?Que individuo abominable! ?Que cretino testarudo! [3] (El Mayor no pronunciaba el acento circunflejo.)

– Perfectamente -aprobo Antioche.

– ?Y Zizanie? -pregunto el Mayor.

– Fue a arreglarse la cara.

– ?Hace mucho?

– Un cuarto de hora. Tuve el trabajo de buscarle aguja e hilo -prosiguio Antioche.

– ?Que hilo? -pregunto discretamente el Mayor, interrogando de costado.

– Del mismo color que su slip -respondio Antioche con la misma discrecion.

– ?Ese hilo, es solido? -continuo el Mayor con inquietud.

– No excesivamente -dijo Antioche-. Es rayon. No resiste nada cuando esta mojado.

Capitulo VII

En el gran salon del Mayor, la animacion estaba en su punto culminante. El dueno de esos lugares volvio seguido por Antioche y se dirigio al bar, porque se sentia seco como un cintado de comision agricola.

Se sirvio una naranjada, bebio y escucho a lo lejos una semilla de heristal que se le habia ido de abajo de la lengua. Antioche se preparaba 'Monkey's Gland' de atras de los fagots. Era caliente. Era bueno.

Habiendo bebido Antioche se deslizo detras de Zizanie que charlaba alegremente, de acuerdo con el termino consagrado, con una amiga. No esta mal por otra parte la amiga, penso el Mayor que, dejando a su complice empezar el ensayo, buscaba un ersatz con un alma gemela.

Deslizandose detras de Zizanie Antioche la agarro por el torax con toda la mano, muy delicadamente y de una manera perfectamente natural, y dandole un beso en la sien izquierda, le rogo que bailara.

Ella se separo y lo siguio al medio de la pieza. El la apreto bastante para disimular en medio de la pollera escocesa plisada de la rubia nina, la parte de su perfil comprendida entre la cintura y las rodillas. Despues se impregno con el ritmo de Cham, Jonah and Joe Louis playing Monopoly tonight cuyos acordes armoniosos se elevaban con insistencia.

Y el Mayor se inclino delante de la amiga de Zizanie, a quien abrumo completamente interrogandola durante seis piezas seguidas sobre el pedigree de Zizanie, sus gustos, la frecuencia de sus salidas, su infancia, etc. etc.

Sin embargo el timbre de la verja sono y el Mayor, aventurandose hacia la puerta, reconocio a lo lejos la silueta notable de Corneille Leprince, uno de sus vecinos, a quien no se habia olvidado de invitar. Corneille, cuya casa se levantaba a veinte metros de la del Mayor, siempre llegaba ultimo porque viviendo tan cerca, no tenia necesidad de apurarse para llegar a hora. De ahi su atraso.

Capitulo VIII

Corneille vivia afligido por una barba periodica cuya rapidez de crecimiento solo se igualaba con la prontitud de la decision a consecuencia de la cual, habiendola conservado seis meses, la sacrificaba sin prevenir pero rezongando. Corneille llevaba un ambo azul marino, zapatos amarillos espantosamente agudos, y cabellos muy largos que habia tenido el cuidado de lavar la vispera. Corneille estaba dotado de multiples talentos para las matematicas, el piano atormentado, y un cumulo de cosas que no se molestaba en cultivar. Pero no le gustaban ni

Вы читаете Vercoquin y el plancton
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×