activo en ella. Acciones microscopicas se llenaron de un sentido nuevo, las rutinas mas aridas se cargaron de una emocion insolita. Despues de varias horas le cogio tanto apego al detective que casi se olvido de que le estaba pagando. Cuando el le entrego su informe al final de la semana y ella estudio sus propias fotografias y leyo la exhaustiva cronologia de sus movimientos, se sintio como si se hubiese convertido en una extrana, como si se hubiese transformado en un ser imaginario.
Para su siguiente proyecto, Maria encontro un trabajo temporal como camarera de habitaciones en un gran hotel del centro. El proposito era reunir informacion sobre los huespedes, pero no con un afan de intromision o comprometedor. De hecho los evitaba intencionadamente y se limitaba a lo que podia averiguar por los objetos desparramados por las habitaciones. Una vez mas hizo fotografias; una vez mas se invento historias para acompanarlas basandose en la evidencia disponible. Era una arqueologia del presente, por asi decirlo, un intento de reconstruir la esencia de algo partiendo unicamente de minimos fragmentos: un trozo de un billete, una media rasgada, una mancha de sangre en el cuello de una camisa. Algun tiempo despues de eso, un hombre trato de ligar con Maria por la calle. Ella no le encontro nada atractivo y le rechazo. Esa misma noche, por pura coincidencia, tropezo con el en la inauguracion de una galeria en SoHo. Hablaron y esta vez supo por el que el hombre se marchaba a Nueva Orleans con su novia a la manana siguiente. Maria decidio ir alli tambien y seguirle con su camara durante todo el tiempo que durase su visita. No tenia el menor interes en el y la ultima cosa que buscaba era una aventura amorosa. Su intencion era mantenerse oculta, evitar todo contacto con el, explorar su comportamiento exterior y no hacer ningun esfuerzo para interpretar lo que veia. A la manana siguiente cogio un vuelo desde La Guardia a Nueva Orleans, se inscribio en un hotel y se compro una peluca negra. Durante tres dias investigo en docenas de hoteles, tratando de averiguar el paradero del hombre. Lo descubrio al fin y durante el resto de la semana camino detras de el como una sombra, tomando cientos de fotografias, documentando cada lugar que el visitaba. Tambien llevaba un diario escrito, y cuando llego el momento de volver a Nueva York, ella regreso en un vuelo anterior con el fin de estar esperandole en el aeropuerto para hacer una ultima secuencia de fotografias mientras el bajaba del avion. Fue una experiencia compleja y perturbadora para ella y le dejo la sensacion de que habia abandonado su vida por una especie de nada, como si hubiese estado haciendo fotografias de cosas que no estaban alli. La camara ya no era un instrumento que registraba presencias, era una forma de hacer desaparecer el mundo, una tecnica para encontrar lo invisible. Desesperada por revertir el proceso que habia puesto en marcha, Maria se lanzo a un nuevo proyecto unos dias despues de su regreso a Nueva York. Cuando iba andando por Times Square con su camara una tarde, entablo conversacion con el portero de un bar
Que yo sepa, solo en una ocasion fue demasiado lejos. Sucedio en la primavera de 1976, y los efectos ultimos de su erroneo calculo resultaron catastroficos. Se perdieron por lo menos dos vidas, y aunque esto paso anos despues, la relacion entre el pasado y el presente es ineludible. Maria fue el vinculo entre Sachs y Lillian Stern, y de no ser por la costumbre de Maria de cortejar cualquier tipo de dificultades que se le pusieran por delante, Lillian Stern nunca habria entrado en escena. A partir del momento en que Maria aparecio en el piso de Sachs en 1979, se hizo posible un encuentro entre Sachs y Lillian Stern. Fueron necesarias varias piruetas increibles mas antes de que esa posibilidad se realizase, pero el origen de cada una de ellas se remonta directamente a Maria. Mucho antes de que nosotros la conociesemos, salio una manana para comprar pelicula para su camara, vio una libreta negra de direcciones tirada en el suelo y la recogio. Ese fue el suceso que inicio toda la triste historia. Maria abrio la libreta y el diablo salio volando, salio volando un azote de violencia, confusion y muerte.
Era una de esas libretas de direcciones corrientes fabricadas por la Schaeffer Eaton Company, de unos quince centimetros de largo por diez de ancho, con las tapas flexibles de imitacion piel, encuadernacion con espiral y media circunferencia para cada letra del alfabeto. Era un objeto muy usado, con mas de doscientos nombres, direcciones y numeros de telefono. El hecho de que muchas de las anotaciones estuviesen tachadas y reescritas, que casi en cada pagina se hubiese utilizado una variedad de instrumentos de escritura (boligrafos azules, rotuladores negros, lapices verdes), sugeria que habia pertenecido a su propietario durante mucho tiempo. La primera idea de Maria fue devolverlo, pero, como ocurre a menudo con los objetos personales, el propietario no habia escrito su nombre en la libreta. Ella lo busco en todos los lugares logicos -la parte interior de las tapas, la primera pagina-, pero el nombre no aparecia por ninguna parte. No sabiendo que hacer con ella, la dejo caer en su bolsa y se la llevo a casa.
La mayoria de la gente se habria olvidado de ella, creo yo, pero Maria no era persona que rehuyese las oportunidades inesperadas o hiciese caso omiso de las insinuaciones del azar. A la hora de irse a la cama ya habia ideado un plan para su siguiente proyecto. Seria un trabajo muy elaborado, mucho mas dificil y complicado que todo lo que habia intentado antes, pero el alcance del mismo la puso en un estado de intensa excitacion. Estaba casi segura de que el dueno de la libreta de direcciones era un hombre. La escritura tenia un aspecto masculino; habia mas nombres de hombres que de mujeres; el cuaderno estaba muy deteriorado, como si hubiese sido maltratado. En una de esas repentinas y ridiculas iluminaciones de las que todo el mundo es presa, imagino que estaba destinada a enamorarse del dueno de la libreta. Duro solamente un segundo o dos, pero en ese tiempo le vio como el hombre de sus suenos: guapo, inteligente, carinoso; un hombre mejor que ninguno de los que habia amado hasta entonces. La vision se disperso, pero entonces ya era demasiado tarde. La libreta se habia transformado para ella en un objeto magico, un almacen de oscuras pasiones y deseos soterrados. El azar la habia conducido hasta ella, pero ahora que era suya, la veia como un instrumento del destino.
Aquella primera noche estudio las anotaciones y no encontro ningun nombre que le resultase conocido. Penso que aquel era el punto de partida perfecto. Emprenderia el viaje en la oscuridad, sin saber absolutamente nada, y hablaria una por una con todas las personas que aparecian en la libreta. Averiguando quienes eran empezaria a aprender algo acerca del hombre que la habia perdido. Seria un retrato en ausencia, un perfil trazado alrededor de un espacio vacio, y poco a poco del fondo iria surgiendo una figura, formada por todo lo que no era. Esperaba llegar a encontrarle finalmente de esa manera, pero aunque asi no fuese, el esfuerzo llevaria consigo su propia recompensa. Queria animar a las personas para que se abriesen a ella cuando las viera, para que le contasen sus historias de encantamiento, lujuria y enamoramiento, para que le confiasen sus secretos mas ocultos. Ansiaba trabajar en esas entrevistas durante meses, tal vez incluso anos. Habria miles de fotografias que tomar, cientos de declaraciones que transcribir, un universo entero que explorar. O eso pensaba. La suerte quiso que el proyecto descarrilase despues de un solo dia.
Con una sola excepcion, todas las personas estaban apuntadas por el apellido. En la
No podia acercarse a Lilli directamente, de ese encuentro dependian demasiadas cosas y temia arruinar sus