Librarse de aquel gracioso le costo dos millones de dolares.

Leila con Ted.

– Sammy, no va a durar. Nadie puede ser tan maravilloso. ?Que vera en mi?

– ?Estas loca? ?Has dejado de mirarte al espejo?

Leila siempre tan nerviosa cuando empezaba una nueva pelicula.

– Sammy, estoy pesima en este papel. No tendria que haberlo aceptado. No es para mi.

– Vamos, yo tambien he leido las criticas. Estas maravillosa.

Habia ganado un Oscar por esa actuacion.

Pero en esos ultimos anos le habian dado un papel inapropiado en tres peliculas. La preocupacion por su carrera se convirtio en una obsesion. Su amor por Ted solo era igualado por su temor a perderlo. Y luego Syd le habia llevado la obra de teatro.

«-Sammy, te juro que no tengo que actuar en esta obra. Solo debo ser yo misma. Es maravilloso.»

«Y luego, todo termino -penso Dora-. Al final, todos la dejamos sola. Yo estaba enferma; Elizabeth estaba de gira con su propia obra; Ted siempre en viajes de negocios. Y alguien que conocia bien a Leila la atacaba con esas cartas malditas, rompiendo su fragil ego y precipitandola a la bebida…»

Dora se dio cuenta de que le temblaban las manos. Miro alrededor de ella en busca de un restaurante. Tal vez se sentiria mejor si se detenia a beber una taza de te. Cuando llegara a «Cypress Point» revisaria el resto de la correspondencia.

Sabia que, de alguna manera, Elizabeth hallaria la forma de descubrir a la persona que habia enviado esas malditas cartas.

3

Cuando Elizabeth regreso a su bungalow, hallo una nota de Min pinchada junto a su programa en el albornoz. Decia:

Mi querida Elizabeth:

Espero que mientras estes aqui disfrutes de un dia de tratamientos y ejercicios. Como sabras, es necesario que todos los nuevos huespedes tengan una breve consulta con Helmut antes de comenzar cualquier actividad. Te anote para su primera cita.

Por favor, quiero que sepas que tu felicidad y tu bienestar son muy importantes para mi.

La carta estaba escrita con la florida letra de Min. Elizabeth echo un rapido vistazo a su programa. Entrevista con el doctor Helmut von Schreiber a las 8.45, clase de danza aerobica a las 9.00, masaje a las 9.30, trampolin a las 10.00; ballet acuatico, nivel avanzado, a las 10.30 (esa era la clase que daba ella cuando trabajaba en «Cypress Point»); masaje facial a las 11.00, masaje corporal a las 11.30 y un bano de hierbas al mediodia. El programa de la tarde incluia manicura, clase de yoga, pedicura y dos ejercicios acuaticos mas…

Hubiera preferido no ver a Helmut pero no queria hacer un problema por ello. Su entrevista con el fue breve. El le tomo el pulso, la presion sanguinea y luego le examino la piel bajo la luz de un potente foco.

– Tu rostro es como una fina escultura -le dijo-. Eres una de esas personas afortunadas que se tornan mas bellas con la edad. Todo depende de la estructura osea.

Luego, como si estuviera pensando en voz alta, murmuro:

– Salvajemente hermosa, como Leila. Su belleza era del tipo que llega a un punto culminante y luego comienza a desaparecer. La ultima vez que estuvo aqui, le sugeri un tratamiento con colageno y tambien habiamos pensado estirarle los ojos. ?Lo sabias?

– No. -Elizabeth se dio cuenta con remordimiento de que su reaccion ante el comentario del baron era la de sentirse herida porque Leila no le habia confiado sus planes. ?O el le mentia?

– Lo siento -se disculpo Helmut-. No tendria que haberla mencionado. Y si te preguntas sobre por que no te lo dijo, creo que debes darte cuenta de que ella era muy consciente de la diferencia entre su edad y la de Ted. Yo le asegure honestamente que eso no importaba entre personas que se aman, despues de todo, yo deberia saberlo, pero a pesar de eso, empezo a preocuparse. Y verte a ti cada vez mas hermosa mientras que ella comenzaba a descubrirse pequenos signos de la edad…, fue un problema para ella.

Elizabeth se puso de pie. Como el resto de las oficinas, esa tenia el aspecto de una sala bien amueblada. Los estampados azules y verdes de los sillones y las sillas eran claros y sosegados y las cortinas estaban abiertas para permitir que entrara la luz del sol. La vista incluia el campo de golf y el oceano…

Sabia que Helmut la estudiaba con interes. Sus cumplidos extravagantes eran la cobertura dulce de una amarga pildora. Trataba de hacerle creer que Leila habia comenzado a verla como una competidora. Pero ?por que? Recordo con que hostilidad habia estudiado la fotografia de Leila cuando no sabia que lo observaba. Se pregunto si Helmut trataba de vengarse de los comentarios ironicos de Leila sugiriendo que su belleza habia comenzado a declinar.

De pronto, el rostro de ella se dibujo en su mente: la exquisita boca, la deslumbrante sonrisa, los ojos color verde esmeralda, el glorioso cabello rojizo como un fuego ardiente sobre sus hombros. Para tranquilizarse, fingio estar leyendo uno de los anuncios publicitarios de «Cypress Point». Una frase le llamo la atencion: Como una mariposa que flotaba en una nube. ?Por que le resultaba familiar?

Se le habia aflojado el cinturon de la bata y mientras se lo ajustaba se volvio hacia Helmut.

– Si el diez por ciento de las mujeres que gastan una fortuna en este lugar tuvieran tan solo un fragmento de la belleza de Leila, no tendrias trabajo, baron.

El no respondio.

El sector femenino estaba mas concurrido que la tarde anterior, pero no al punto que lo fuera en otros tiempos. Elizabeth paso de la clase de ejercicios al tratamiento, contenta de poder hacer gimnasia y tambien de relajarse bajo las manos expertas de la masajista. Se encontro varias veces con Cheryl en los recreos de diez minutos entre las distintas citas. «Una borracha perdida.» No fue muy amable con ella, pero Cheryl parecio no darse cuenta ya que actuaba en forma despreocupada.

?Y por que no? Ted estaba alli y era obvio que ella seguia obnubilada por el.

Alvirah Meehan estuvo en la misma clase de aerobic que ella, una sorprendente Alvirah muy agil y con sentido del ritmo. ?Pero por que usaba ese broche de forma de sol? Elizabeth se dio cuenta de que Alvirah jugueteaba con el broche cada vez que entablaba una conversacion. Y tambien noto, divertida, los inutiles esfuerzos de Cheryl por librarse de la senora Meehan.

Regreso a su bungalow para almorzar; no queria volver a cruzarse con Ted junto a las piscinas. Mientras comia la ensalada de frutas y bebia te helado, llamo a la compania y cambio su reserva. Podria tomar el vuelo de las 10.00 desde San Francisco a Nueva York a la manana siguiente.

Habia estado desesperada por salir de Nueva York. Ahora ansiaba regresar con el mismo fervor.

Se puso la bata y se preparo para la sesion de la tarde. Habia estado tratando de apartar la imagen de Ted de su mente durante toda la manana. Ahora volvia a ver su rostro. Dolorido, furioso, implorante. ?Que expresion habia descubierto? ?Se pasaria el resto de la vida tratando de apartar esa imagen, despues del juicio y el veredicto?

4

Alvirah se dejo caer sobre la cama con un suspiro de alivio. Se moria por dormir un rato, pero sabia que era importante grabar sus impresiones mientras estaban frescas en su memoria. Se acomodo sobre las almohadas, tomo el cassette y comenzo a hablar.

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