fruncia el entrecejo, se humedecia los labios con la lengua y luego se mordia el labio inferior. Escucharon mientras el ladraba instrucciones.

– Quiero un informe con los cargos de ese tipo. Quiero saber que tipo de trato le ofrecieron. Quiero que saquen fotografias del balcon de esa mujer en una noche de lluvia. Ponganse a trabajar.

Cuando colgo el auricular, estudio a Ted y Craig: Ted se habia derrumbado en su silla mientras que Craig se habia enderezado en la suya.

– Vamos a juicio -anuncio-. Ese nuevo testigo habia estado antes en el apartamento. Describio el interior de varios armarios. Esta vez lo pillaron cuando puso los pies en el pasillo de entrada. Dice que te vio, Teddy. Leila estaba aferrada a ti, tratando de salvar su vida. Tu la levantaste, la pusiste del otro lado de la balaustrada y la sacudiste hasta que se solto. No sera una escena muy agradable cuando la describan en el juicio.

– Yo… la… sostuve… al otro… lado… de… -Ted tomo un florero que estaba encima de la mesa y lo arrojo contra la chimenea de marmol en el otro extremo del cuarto. Se hizo anicos, y pedazos del fino cristal quedaron desparramados por la alfombra-. ?No! ?No es posible! -Se volvio y corrio enloquecido hacia la puerta. La cerro detras de si con tanta fuerza que destrozo el panel de vidrio.

Lo vieron correr atravesando el parque hacia los arboles que separaban «Cypress Point» del Bosque Crocker.

– Es culpable -dijo Bartlett-. No hay forma de salvarlo ahora. Si me dan un mentiroso, puedo trabajar con el. Si lo llevo al estrado, el jurado encontrara que Teddy es arrogante. Si no lo hago, Elizabeth describira la forma en que le grito a Leila, y tendremos a los dos testigos relatando como la mato. ?Y yo tengo que trabajar con eso? -Cerro los ojos-. A proposito, acaba de demostrarnos que tiene un temperamento violento.

– Hay una razon especial para ese exabrupto -explico Craig con calma-. Cuando Ted tenia ocho anos, su padre, en un arranque de furia estando ebrio, sostuvo a su madre por encima de la terraza de su apartamento, que quedaba en el ultimo piso.

Hizo una pausa para recuperar el aliento.

– La diferencia es que su padre decidio no arrojarla.

4

A las dos de la tarde, Elizabeth llamo a Syd y le pidio que se reuniera con ella en la piscina olimpica. Cuando ella llego alli, estaba por comenzar una clase de ballet acuatico. Hombres y mujeres con balones hinchables seguian las instrucciones del profesor.

– Sostengan el balon entre las manos; muevanlo de un lado al otro… no, mantenganlo bajo el agua… Ahi es donde se hace la fuerza. -Pusieron la musica.

Eligio una mesa en el extremo mas alejado del patio. No habia nadie cerca. Diez minutos despues, oyo un ruido detras de si y se asusto. Era Syd. Habia cortado camino por entre los arbustos; aparto una silla y se sento. Movio la cabeza en direccion a la piscina.

– Cuando era pequeno, viviamos en la porteria de un edificio. Es sorprendente los musculos que mi madre saco barriendo con la escoba.

Su tono era agradable, pero su actitud reservada. La camiseta con cuello polo que llevaba y los pantalones cortos revelaban la fuerza de sus brazos y piernas. «Es gracioso -penso Elizabeth-, siempre considere a Syd un debilucho, tal vez porque le falta porte. Y es un error.»

Ese sonido que habia hecho al llegar. ?Era una silla lo que habia oido que movian la noche anterior al salir de la piscina? Y el lunes a la noche creyo haber visto a alguien o algo que se movia. ?Era posible que la hubiesen estado observando mientras nadaba? La idea era inquietante.

– Para pagar tanto por relajarse, hay bastante gente tensa por aqui -comento Syd. Se sento justo frente a ella.

– Y yo soy la mas tensa de todos, supongo. Syd, tu habias invertido tu propio dinero en Merry-Go- Round. Tu le llevaste a Leila el libreto. Y tambien te ocupaste de algunas correcciones Tengo que hablar con el autor, Clayton Anderson. ?Donde puedo encontrarlo?

– No tengo la menor idea. No lo conozco. El contrato se negocio a traves de su abogado.

– Dime su nombre.

– No.

– Es porque no hay ningun abogado, ?no es asi Syd? Helmut fue quien escribio la obra, ?no es verdad? El te la llevo a ti y tu se la llevaste a Leila. Helmut sabia que Min se enojaria si se enteraba del asunto. Esa obra fue escrita por un hombre obsesionado por Leila. Es por eso que la obra habria funcionado para ella.

Syd enrojecio.

– No sabes de que estas hablando.

Le mostro la nota que Ted le habia escrito.

– ?Que no se? Cuentame cuando te reuniste con Ted la noche en que Leila murio. ?Por que no me diste esa informacion hace meses?

Syd estudio la nota.

– ?Y lo puso por escrito! Es mas tonto de lo que creia.

Elizabeth se inclino hacia delante.

– Segun esta nota, el baron oyo a Ted luchando con Leila, y Ted te dijo a ti que Leila habia muerto. ?A ninguno de vosotros se os ocurrio ver que habia sucedido, si habia alguna posibilidad de ayudarla?

Syd echo la silla hacia atras.

– Te he escuchado demasiado.

– No, aun no. Syd, ?por que fuiste al apartamento de Leila aquella noche? ?Por que fue el baron alli? No esperaba a ninguno de los dos.

Syd se puso de pie. La ira le distorsionaba las facciones.

– Escucha, Elizabeth, tu hermana me arruino cuando dejo la obra. Iba a pedirle que lo reconsiderara. Nunca llegue al edificio. Ted paso corriendo junto a mi y yo lo segui. El me dijo que ella estaba muerta. ?Quien sobrevive a una caida como esa? No quise meterme. En ningun momento vi al baron aquella noche. -Le devolvio la carta-. ?No estas satisfecha? Ted ira a prision. ?No es lo que querias?

– No te vayas aun, Syd, todavia tengo que hacerte muchas preguntas. La carta que robo Cheryl. ?Por que la destruiste? Podia haberlo ayudado. Pense que estabas ansioso por ayudarlo.

Syd se dejo caer sobre la silla.

– Mira, Elizabeth, hare un trato contigo. Romper esa carta fue un error de mi parte. Cheryl jura no haber escrito esa carta ni ninguna otra. Y yo la creo.

Elizabeth aguardo. No iba a admitir que Scott tambien la creia.

– Tienes razon acerca del baron -continuo-, el escribio la obra. Ya sabes como se burlaba Leila. El queria tener poder sobre ella, hacer que le debiera algo. Otro tipo querria llevarsela a la cama. -Hizo una pausa-. Elizabeth, si Cheryl no puede irse manana y asistir a esa conferencia de Prensa, perdera la serie. El estudio no la contratara si descubre que esta detenida. Scott te tiene confianza. Convencelo de que Cheryl no tiene nada que ver con todo esto y te dare una pista acerca de esas cartas.

Elizabeth lo miro. Syd asumio que su silencio era una aceptacion. Mientras hablaba, golpeaba la mesa con la punta de los dedos.

– El baron escribio Merry-Go-Round. Tengo los cambios hechos a mano en los primeros libretos. Juguemos a las suposiciones, Elizabeth. Supongamos que la obra es un exito. El baron ya no necesita a Min. Esta cansado del juego de «Cypress Point». Ahora es un escritor de Broadway y siempre junto a Leila. ?Como podia Min evitar que eso sucediera? Asegurandose de que la obra es un fracaso. ?Como lo logra? Destruyendo a Leila. Y ella era quien sabia como hacerlo. Ted y Leila estuvieron juntos durante tres anos. Si Cheryl hubiera querido entrometerse, ?por que iba a esperar tanto?

Syd no aguardo la respuesta. La silla hizo el mismo ruido que habia hecho cuando la corrio para sentarse. Elizabeth se quedo mirandolo. Tenia sentido. Casi podia oir a Leila decir: «Oh, Sparrow, Min si que esta caliente con el Soldadito de Juguete. No me gustaria trabar amistad con el. Min me

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