aniversario, en septiembre. Y los que llevan la voz cantante, nuestros generales, por asi decirlo, tienen cierta nostalgia por los aniversarios.
Jacob y Teresa han hecho el amor y se tapan los cuerpos desnudos con las sabanas. La brisa que entra por la ventana del dormitorio es fresca. Septiembre se acerca. La vegetacion se debilita; empieza a mostrar, como chispas aisladas, las primeras hojas amarillas. Los dos, piensa el tras su calida inmersion en las carnes de su amante, podrian perder algun que otro kilo. Alli donde no hay pecas, la piel de Teresa es casi excesivamente palida, como la de una muneca de plastico salvo por el hecho de que cede si la aprieta con el pulgar, con la consecuente marca rosa que tarda un tiempo en desaparecer. Los vellosos brazos de Jack, y el pecho, le duelen solo de observar lo fofos y arrugados que estan; en casa, el espejo del bano le devuelve la imagen de unas pseudomamas incipientes y abultadas, y bajo los dos remolinos gemelos de pelo negro, su estomago ha sumado un nuevo michelin. En el pecho, los pelos blancos no tienen un solo rizo y despuntan como antenas indecisas: pilosidad de viejo.
Terry se acurruca contra el, le arrima la nariz respingona al sobaco. El amor que el siente por ella lo sacude como el inicio de una nausea.
– ?Jack? -suspira ella.
– ?Que? -La voz le ha salido mas desatenta de lo que pretendia.
– ?Que es lo que te pone triste?
– No estoy triste -dice-. Estoy follado. Realmente tienes buena mano. Creia que mi viejo chasis estaba para el desguace, pero tu sabes como poner en marcha las bujias. Eres fantastica, Terry.
– Como decia mi padre, dejate de paparruchas. No has contestado a la pregunta. ?Por que estas triste?
– Quiza porque pensaba… falta poco para el dia del Trabajo. * Sera mas dificil montarnoslo.
Ha aprendido a expresar lo que le cuesta tener enganada a su esposa sin mencionar a Beth, un nombre que, por alguna razon que a Jack se le escapa, Terry odia oir. Si la verdad saliera a la luz, deberia ser Beth la celosa e indignada. Terry intuye lo que esta pensando.
– Te da mucho miedo que Beth se entere -dice con rencor-. ?Y que si lo sabe? ?Adonde ira? ?Quien la querria, en el estado en que esta?
– ?De eso se trata?
– ?No? Entonces, ?de que se trata, jovencito? A ver, dime.
– De no hacerle dano a nadie -indica.
– ?Te crees que a mi no me hace dano? ?Crees que no duele que alguien se te tire y te deje al minuto siguiente?
Jack suspira. La lucha sigue, la misma lucha de siempre.
– Lo siento. Me gustaria estar mas contigo.
De hecho, marcharse antes de empezar a aburrirse va con el. Las mujeres pueden ser muy aburridas. Se lo toman todo como si fuera personal. Se preocupan demasiado por su preservacion, por el aspecto que ofrecen, por teatralizar su propia vida. Con los hombres no hacen falta tantas maniobras, simplemente tienes que golpear. Tratar con una mujer es como el jiu-jitsu, hay que vigilar por donde viene la zancadilla.
Ella nota el derrotero amenazador que estan tomando sus pensamientos e interviene, apaciguadora pero no obstante malhumorada:
– De todos modos lo averiguara.
– ?Como? -Y sin embargo, Terry anda en lo cierto.
– Las mujeres saben estas cosas -le dice con suficiencia, alardeando de genero, acurrucandose mas hacia el y jugando molestamente con el vello despeinado de su barriga flacida-. Y mira que me digo: «Amalo menos, por tu bien, chica, y tambien por el suyo».
Pero mientras Terry habla, siente un desprendimiento interior y vislumbra el alivio que experimentaria si el de verdad dejara de importarle, si esta burda relacion suya con un educador viejo, un perdedor melancolico, llegara, en efecto, a su fin. Con cuarenta anos se ha separado de bastantes hombres, ?y cuantos de ellos querria que volviesen? Con cada ruptura, le parece cuando lo piensa, regresaba a su vida de soltera con cierto descaro y energia, como al ponerse de nuevo ante un lienzo en blanco, tenso, imprimado, tras varios dias alejada del caballete. El circulo seccionado en que se habia convertido Terry, con un arco abierto en la esperanza de que llegara alguna llamada de un hombre, unos golpes en la puerta, una invasion y una transformacion desde fuera, se volvia siempre a cerrar. Este Jack Levy, con lo listo e incluso sensible que es a veces, no tiene arreglo. Esta aprisionado bajo el peso de su tristeza de judio culpable, y la aplastara tambien a ella si no lo impide. Terry necesita a alguien de edad mas cercana a la suya, y que no tenga esposa. Estos hombres casados siempre lo estan mas de lo que dicen al principio. Incluso intentan casarse con ella sin soltar antes a la legitima.
– ?Que tal le va a Ahmad? -inquiere pseudopaternalmente.
Aun sigue haciendo preguntas sobre Ahmad, pese a que lo que desea ella es dejar de ejercer de madre para pasar a algo que sabe hacer mejor.
– Como ultimamente estoy en el turno de noche -explica- y el de reparto, muchos dias hasta despues de que atardezca, apenas coincidimos. Esta mas llenito de cara, y tambien mas musculoso, con tanto levantar muebles… Por lo que se, a ese Charlie a quien aprecia tanto tambien le gusta acompanarle. Estos libaneses sacan provecho hasta del ultimo centavo. Los negros que contratan no les duran mucho, me ha contado Ahmad. Parece que hace poco lo han promocionado; como minimo vuelve a casa mas tarde y, las pocas veces que lo veo, esta preocupado.
– ?Preocupado? -se sorprende Jack, preocupado el tambien… aunque por la enorme Beth, claro.
Hay que reconocerlo: por mucho que, llegado a este punto, Terry echara de menos los halagos de Jack en la cama, tambien podria alegrarse de haberselo quitado de encima. Quiza necesite a otro artista, aunque sea como el ultimo, Leo: Leo el desaprensivo, encantado de haberse conocido, un tipo que pintaba con manchurrones y estropajo, exprimiendo a Pollock con sesenta anos de retraso, pero nada lento a la hora de devolver empujones y bofetadas cuando estaba desinhibido por el alcohol o las metanfetaminas, aunque al menos la hacia reir y no intentaba cargarla con culpas, insinuando que incluso el podria haber sido mejor madre para Ahmad. O tambien podria salir con un residente, como ese tio nuevo un poco tartamudo que daba sus primeros pasos hacia la neurocirugia; pero no, hay que reconocerlo, ya es demasiado vieja para un residente, y en cualquier caso estos siempre pasan de las enfermeras que se follan para intentar pescar a la hija del proctologo. Aun asi, el solo pensamiento sobre el mundo de hombres que hay ahi fuera, incluso a su edad, incluso viviendo en el norte de New Jersey, recubre su corazon con una coraza contra este hombre lugubre, de buenas intenciones empalagosas, que huele a viejo. Decide que todo ha terminado.
– Esta mas bien reservado -aclara-. A lo mejor ha encontrado a una chica. Eso espero. ?No va ya un poco rezagado?
– Hoy en dia los chavales tienen mas cosas de las que preocuparse que nosotros a su edad. Al menos, que cuando yo era joven… no deberia hablar como si fueramos igual de viejos.
– Oh, sigue. No te preocupes.
– No es unicamente el sida y todo eso; cuando todo es tan relativo y todas las fuerzas economicas los atiborran de gratificaciones instantaneas y recibos pendientes de las tarjetas de credito, tienen cierta hambre de, no se, el absoluto. No es algo que pertenezca en exclusiva a la derecha cristiana, al fiscal general Ashcroft y los servicios religiosos matutinos con su tropilla de nostalgicos de Washington D.C. Tambien lo puedes ver en Ahmad. Y en los musulmanes negros. La gente quiere volver a lo sencillo: blanco y negro, bueno y malo…; y las cosas no son tan simples.
– Mi hijo no es tan simple.
– Si lo es, en cierto modo. Como la mayoria de la humanidad. De otro modo, ser humano seria demasiado duro. A diferencia de los otros animales, sabemos demasiado. Ellos, el resto de animales, saben lo justo para hacer su parte y morir. Comer, dormir, follar, tener descendencia y morirse.
– Jack, todo lo que cuentas es deprimente. Por eso estas tan triste.
– Lo unico que digo es que los chavales como Ahmad necesitan algo que la sociedad ya no les da. La sociedad ha dejado de suponerles la inocencia. Esos arabes locos tienen razon: hedonismo y nihilismo es lo unico que sabemos ofrecer. Escucha las letras de las estrellas del rock y el rap, que ademas son tambien chavales, aunque con agentes espabilados. La juventud tiene que tomar mas decisiones que antes, porque los adultos no saben decirles que hacer. No sabemos que hacer, no tenemos las respuestas que antes teniamos; solamente vamos
