Rachel y Jeremy se mostraron sumamente prudentes, moviendose discretamente a cierta distancia de la multitud. Rachel se dedico a mostrarle los cuadros de diversos miembros de la familia Lawson, quienes compartian una increible similitud no solo de una generacion a otra sino, extranamente, tambien entre los dos generos. Los hombres tenian rasgos afeminados, y las mujeres mostraban una tendencia a ser masculinas, por lo que parecia que cada pintor hubiera usado el mismo modelo androgino. Jeremy aprecio que Rachel lo mantuviera ocupado y alejado del peligro, a pesar de que ella se negara a soltarse de su brazo. Podia oir como la gente murmuraba sobre el, pero no estaba todavia listo para mezclarse con el resto de los convidados. Lo cierto era que se sentia adulado ante todo ese montaje. Nate no habia sido capaz de reunir a mas de una decima parte de los alli congregados para ver su intervencion televisiva, y encima tuvo que ofrecer bebida gratis para asegurarse de que vendria el maximo numero de personas posible.
No obstante, en Boone Creek las cosas eran distintas. En los pueblos pequenos de Estados Unidos la gente se dedicaba a jugar al bingo o a los bolos, y a ver la reposicion de antiguas series televisivas. No habia visto tanto pelo azul ni tanto poliester desde… seguramente jamas, y mientras sopesaba la situacion, Rachel le apreto el brazo para llamar su atencion.
– Preparate, corazon; ha llegado el momento del espectaculo.
– ?Como dices?
Ella miro por encima del hombro de Jeremy, hacia la creciente conmocion que se estaba formando a sus espaldas.
– Hombre, Tom, ?que tal va? -saludo Rachel, luciendo su mejor sonrisa a lo Hollywood.
El alcalde parecia ser la unica persona en toda la estancia que sudaba. Su calva relucia como una bola de billar bajo la luz de las lamparas, y si estaba sorprendido de ver a Jeremy con Rachel, no lo demostro.
– ?Rachel! Estas tan guapa como siempre. Veo que te has encargado de mostrar el ilustre pasado de esta honorable casa a nuestro invitado.
– He hecho lo que he podido -repuso ella.
– Vaya, vaya; me parece perfecto.
Siguieron departiendo sobre cuestiones triviales antes de que Gherkin decidiera ir directo al grano.
– Rachel, ?verdad que no te importa si te robo a tu acompanante? Me parece que ya le has contado suficientes cosas sobre esta honorable mansion, y la gente tiene ganas de que empiece la funcion.
– Oh, no te preocupes, adelante -contesto ella con aplomo, y en cuestion de segundos, el alcalde sustituyo la mano de Rachel por la suya y empezo a guiar a Jeremy hacia la multitud.
Mientras caminaban, la gente dejo de hablar y se aparto hacia los lados, como si se tratara del mar Rojo dando paso a Moises. Algunos invitados contemplaban a los dos individuos con los ojos bien abiertos, o erguian el cuello y la barbilla para poder verlos mejor. La gente empezo a emocionarse y a susurrar lo suficientemente alto como para que Jeremy oyera lo que decian: «?Es el, es el!».
– No puedes ni imaginar lo contentos que estamos de que finalmente hayas podido venir -murmuro el alcalde, hablando por la comisura de los labios y sin dejar de sonreir a la multitud-. Por un momento habia empezado a preocuparme.
– Quiza deberiamos esperar a Lexie -dijo Jeremy, intentando evitar que sus mejillas se sonrojaran. Todo ese espectaculo, especialmente el ser escoltado por el alcalde como si fuera la reina de la fiesta, le parecia grotesco, excesivo, chocante.
– Acabo de hablar con ella, y me ha dicho que se reunira con nosotros alli -aclaro el alcalde.
– ?Alli? ?Donde es alli?
– Hombre, estas a punto de conocer al resto de los empleados del Consistorio. Ya conoces a Jed y a Tully y a los muchachos que te he presentado esta manana, pero todavia hay unos cuantos mas. Ah, y tambien estan los comisionados del condado. Igual que yo, estan bastante impresionados por tu visita, bastante impresionados. Y no te preocupes; tienen a punto todas sus historias sobre los fantasmas. Has traido la grabadora, ?no?
– Si, la tengo en el bolsillo.
– Vaya, vaya. Perfecto. Y… -Por primera vez dio la espalda a la multitud para mirar a Jeremy-. Supongo que esta noche piensas ir al cementerio.
– Asi es; y hablando de eso, queria asegurarme de que…
El alcalde siguio hablando como si no lo hubiera oido, sin dejar de saludar a la multitud.
– Como alcalde, considero que es mi obligacion decirte que no tienes nada que temer. Oh, es todo un espectaculo, es cierto, lo suficiente como para conseguir que le de un sincope a un elefante. Pero hasta el dia de hoy, nadie ha resultado herido, excepto por Bobby Lee Howard, y empotrarse contra esa senal de la carretera tuvo menos que ver con lo que vio que con el hecho de que hubiera ingerido doce pastillas antes de sentarse detras del volante.
– Ah -asintio Jeremy, empezando a imitar al alcalde con los saludos para quienes lo miraban con enorme curiosidad-. Intentare recordarlo.
Lexie lo estaba esperando entre el resto de los empleados del Ayuntamiento, y Jeremy suspiro aliviado cuando ella se coloco a su lado mientras le presentaban a la poderosa elite del pueblo. La mayoria de ellos demostraron ser francamente amables -a pesar de que Jed se paso todo el rato mirandolo con cara de malas pulgas y con los brazos cruzados-, pero Jeremy no pudo evitar observar a Lexie con el rabillo del ojo. Parecia ausente, y se pregunto que habia pasado entre ella y Rodney.
No tuvo la oportunidad de averiguarlo, ni siquiera de relajarse, en las siguientes tres horas, ya que el resto de la velada estaba organizado a modo de convencion politica a la vieja usanza. Despues de conocer a los del Consistorio -uno a uno, con la excepcion de Jed- y de ser agasajado por el alcalde, quien le aseguro que «podria ser la mejor historia jamas contada» y le recordo que «el turismo es una fuente de ingresos muy importante para el pueblo», fue conducido hasta el escenario, que estaba adornado con una espectacular pancarta que proclamaba: ?Bienvenido Jeremy Marsh!
Tecnicamente no era un escenario, sino una enorme tabla de madera engalanada con un mantel de color purpura brillante. Jeremy tuvo que recurrir a una silla para subirse al estrado, al igual que Gherkin, solo para ponerse frente a un mar de caras desconocidas que lo miraban con expectacion. Cuando la multitud se hubo calmado, el alcalde pronuncio un larguisimo discurso en el que alabo a Jeremy por su profesionalidad y su honestidad, como si se conocieran de toda la vida. Gherkin no solo menciono su intervencion en el programa
Sorprendentemente, los Mahi-Mahis no eran tan malos, aunque le costo comprender como podian sostenerse en pie sobre la tarima. Tenian embelesada a la multitud, y por un instante, Jeremy se dio cuenta de que estaba sonriendo y pasandolo francamente bien. De pie, encima del escenario, vio como Lexie le guinaba el ojo, lo cual solo consiguio que toda esa parafernalia pareciera todavia mas surrealista.
Despues el alcalde lo condujo hasta un rincon apartado y lo invito a sentarse en una silla tan antigua como comoda, delante de una mesa tambien antigua. Con la grabadora en marcha, Jeremy se paso el resto de la noche escuchando una historia tras otra sobre los encuentros con los fantasmas. El alcalde consiguio que la gente formara una fila, y todos empezaron a parlotear de forma excitada mientras aguardaban pacientemente su turno para hablar con Jeremy, como si este estuviera repartiendo autografos.
Desgraciadamente, la mayoria de las historias que escucho divergian en detalles significativos. Cada uno en la fila aseguraba haber visto las luces, pero cada uno le ofrecia una descripcion diferente del fenomeno. Algunos juraban que tenian aspecto humano; otros decian que se asemejaban a luces estroboscopicas. Un sujeto proclamo que esos fantasmas eran igualitos a los disfraces de Halloween, con forma de sabana blanca y dos agujeros negros por ojos. La explicacion mas original se la dio un muchacho llamado Joe, quien declaro que habia visto las luces mas de media docena de veces, y hablo con autoridad cuando asevero que tenian el mismo aspecto que la senal