Un par de minutos mas tarde ya estaban en el coche, conduciendo a traves del pueblo en direccion opuesta al cementerio. Entre tanto, la niebla continuaba espesandose, y Lexie se dedico a indicarle a Jeremy por que calles tenia que ir hasta que llegaron a una carretera mas amplia, flanqueada por unos magnificos robles que parecian centenarios. Aunque el no podia divisar la casa, aminoro la marcha cuando se acerco a una elevada valla de setos que supuso que debia de bordear toda la finca. Se inclino hacia el volante, preguntandose que direccion debia tomar.
– Aparca por aqui, si quieres -sugirio Lexie-. No creo que encuentres aparcamiento mas adelante, y ademas, seguramente te interesara poder sacar el coche mas tarde, cuando decidas marcharte.
– ?Estas segura? Si ni siquiera podemos ver la casa.
– Confia en mi. ?Por que crees que he cogido el abrigo largo?
Jeremy dudo solo unos instantes antes de decidirse. ?Por que no? Y unos momentos mas tarde, los dos estaban caminando por la carretera. Lexie luchaba para que el viento no le abriera el abrigo. Siguieron la curva de la valla de setos, y de repente, la vieja mansion georgiana aparecio en toda su gloria delante de ellos.
Sin embargo, lo primero que Jeremy vio no fue la casa, sino los coches: un monton de coches, aparcados de forma aleatoria, con los morros apuntando en todas direcciones como si planearan escapar de alli de la forma mas practica posible. Y seguian llegando mas vehiculos que, o bien daban vueltas alrededor de ese enorme caos de coches mal aparcados, mostrando las luces de los frenos constantemente, o bien intentaban entrar con calzador en los escasos espacios libres que quedaban.
Jeremy se detuvo y contemplo la escena.
– Pense que se trataba de una fiestecita, algo mas intimo, parecido a una reunion familiar.
Lexie asintio.
– Esta es la version que el alcalde tiene de una fiestecita. Note olvides de que conoce practicamente a todo el mundo condado.
– ?Y tu sabias que seria un acontecimiento de esta magnitud?
– Claro.
– ?Por que no me lo dijiste?
– No me canso de repetirtelo: porque no me lo preguntante. Y ademas, pense que ya lo sabrias.
– ?Como quieres que me imaginara que el alcalde a organizar una cosa asi?
Ella sonrio y desvio la vista hacia la casa.
– Realmente es impresionante, ?no crees? Aunque eso no significa que crea que te merezcas esta clase de recepcion.
Jeremy arrugo la nariz, con aire divertido.
– Empiezo a acostumbrarme a tu encanto sureno.
– Gracias. Y no te preocupes por esta noche. No resultara tan estresante como supones. Todos son muy afables, y si en algun momento te asalta alguna duda, recuerda que eres el invitado de honor.
Segun Rachel, Doris demostro ser la organizadora de cenas mas eficiente del mundo entero; habia montado todo el tinglado sin ningun tropiezo e incluso todavia les habia sobrado tiempo En lugar de ocuparse de servir la comida durante la velada, Rachel se estaba dedicando a contonearse entre la multitud con su mejor vestido de fiesta, una imitacion de Chanel, cuando diviso a Rodney subiendo las escaleras del porche.
Con su uniforme mas que impecable, se dijo que tenia aspecto de un verdadero oficial, como un marine en uno de esos antiguos posteres de la segunda guerra mundial que adornaban las salas de la asociacion de los Veteranos de Guerras en el Extranjero en Main Street. Los otros ayudantes del sheriff tenian las barrigas demasiado llenas de michelines y de Budweisers; pero en sus horas libres, Rodney se dedicaba a levantar pesas en el gimnasio que habia improvisado en su garaje. Siempre tenia la puerta del garaje abierta mientras practicaba, y a veces, cuando Rachel regresaba a casa despues del trabajo, se detenia para charlar un rato con el, como buenos y viejos amigos que eran. Habian sido vecinos desde chiquillos, y su madre guardaba fotos de los dos banandose juntos en la banera. La gran mayoria de los viejos amigos no podian jactarse de lo mismo.
Rachel saco una barra de carmin del bolso y se retoco los labios, plenamente consciente de lo que sentia por el. Cada uno habia hecho su vida por separado, pero en los dos ultimos anos las cosas habian cambiado. Dos veranos antes, habian acabado sentandose muy cerca en el Lookilu, y ella se habia fijado en la expresion de la cara de Rodney mientras este miraba atentamente las tragicas noticias en la television sobre un joven que habia muerto en un accidente de trafico en Raleigh. Ver como a Rodney se le humedecian los ojos por la perdida de un desconocido le afecto de una manera que no podia imaginar. Y le sucedio lo mismo, por segunda vez, durante la pasada Semana Santa, cuando el Departamento del sheriff patrocino la busqueda oficial de los huevos de Pascua que el Ayuntamiento organizaba en la Logia Masonica, y el la aparto hasta un rincon y le desvelo algunos de los lugares mas dificiles donde habia escondido los huevos. Parecia mas excitado que los ninos, lo que contrastaba plenamente con sus biceps hinchados, y entonces Rachel recordo que en esos momentos se dijo que Rodney seria la clase de padre de la que cualquier esposa se sentiria mas que orgullosa.
Mirando hacia atras, calculo que fue justamente entonces cuando sus sentimientos hacia Rodney cambiaron. No era que se hubiera enamorado de el en ese preciso instante, pero fue el momento en que se dio cuenta de que tenia alguna posibilidad con el, por reducida que esta fuera. Rodney bebia los vientos por Lexie. Siempre habia estado enamorado de ella y siempre lo estaria, y Rachel hacia tiempo que habia llegado a la conclusion de que nada podria cambiar lo que el sentia por ella. A veces no le resultaba nada facil, pero habia dias en que no le importaba en absoluto. No obstante, ultimamente tenia que admitir que las veces en que eso no le importaba eran cada vez mas escasas.
Rachel se abrio paso entre el hervidero de gente al tiempo que lamentaba haber sacado a colacion el tema de Jeremy Marsh al mediodia. Tendria que haber sabido que era lo que le preocupaba a Rodney. A esas horas parecia que todo el pueblo hablaba sobre Lexie y Jeremy; habia empezado el tendero que les habia vendido el refrigerio, y luego los cotilleos se habian expandido tan rapido como la polvora cuando el alcalde anuncio que los dos iban a ir juntos a la fiesta. Todavia le gustaria ir a Nueva York pero mientras recordaba mentalmente la conversacion con Jeremy, se dio cuenta de que posiblemente el no habia tenido intencion de invitarla, sino solo de charlar un rato con ella. No era la primera vez que malinterpretaba lo que le decian.
Pero es que Jeremy Marsh era simplemente… perfecto.
Era culto, inteligente, encantador, famoso y, lo mejor de todo forastero. De ningun modo Rodney podia competir con eso, y Rachel tenia la sospecha de que Rodney lo sabia. Pero Rodney, por otro lado, estaba ahi y no tenia intencion de marcharse, lo cual suponia otra clase de ventaja, dependiendo de como se enfocara. Y tenia que admitir que, a su modo, tambien era responsable y apuesto.
– Eh, Rodney -lo saludo ella, sonriendo.
Rodney miro por encima del hombro.
– Ah, hola Rachel. ?Que tal?
– Bien, gracias. Vaya fiestecita, ?eh?
– Genial -proclamo, sin ocultar el sarcasmo en su voz-. ?Que tal va todo ahi dentro?
– Muy bien. Ahora mismo acaban de colgar el cartel.
– ?Que cartel?
– El de bienvenida a Jeremy Marsh. Su nombre aparece en unas despampanantes letras azules.
Rodney solto un bufido al tiempo que sentia una ligera opresion en el pecho.
– Genial -volvio a repetir.
– Deberias ver la que el alcalde ha montado; no solo el cartel y la comida, sino que tambien le hara entrega de la llave de la ciudad.
– Eso he oido -dijo Rodney.
– Y tambien han venido los Mahi-Mahis -continuo ella, refiriendose a un cuarteto cuyos miembros llevaban cuarenta y tres anos cantando juntos, y a pesar de que dos de ellos necesitaban usar andadores y uno tenia un tic nervioso que lo obligaba a cantar con los ojos cerrados, eran sin lugar a dudas el grupo mas famoso a doscientos kilometros a la redonda.
– Cojonudo -bramo Rodney de nuevo. En ese momento, Rachel se dio cuenta de su tono disgustado.
– Supongo que no quieres oir nada mas sobre la fiesta, ?no?
– Has acertado.
– Entonces, ?por que has venido?