trazaba una linea recta entre Riker's Hill y la fabrica de papel, dicha linea pasaba por el cementerio. La distancia total era de un poco mas de tres millas, y sabia que era posible que una luz se refractara en esa distancia, incluso en una noche con niebla. Se pregunto si la fabrica contaba con un tercer turno de trabajo, porque eso implicaria que el lugar estaria totalmente iluminado incluso por la noche. Con la capa adecuada de niebla y con suficiente luminosidad, podria explicar todo el misterio en un santiamen.

En cuanto a la posibilidad del reflejo de la luz, penso que deberia haberse fijado en la linea recta entre la fabrica de papel y Riker's Hill cuando se hallaba en la cima de la colina. En lugar de eso, se habia dedicado a disfrutar de la panoramica, reconocer diversos enclaves del pueblo y pasar el rato con Lexie.

Todavia intentaba comprender el repentino cambio en el comportamiento de ella. Ayer no queria saber nada de el, y hoy…, bueno, hoy era un nuevo dia, ?no? Y lo mas preocupante era que no podia dejar de pensar en ella, y no precisamente en los aspectos habituales, como por ejemplo: que tal se comportaria en la cama. No podia recordar la ultima vez que le habia sucedido algo similar. Probablemente desde Maria, pero de eso hacia mucho tiempo. Casi toda una vida, cuando el era una persona completamente distinta a la que era ahora. Mas hoy la conversacion habia fluido de una forma tan natural, tan comoda, que a pesar de que sabia que debia acabar de analizar esos mapas que tenia delante, todo lo que deseaba era pasar mas tiempo con ella para conocerla mejor.

«?Que raro!», penso, y antes de que pudiera pararse a pensar en lo que estaba sucediendo, se levanto de la mesa y se encamino hacia las escaleras. Sabia que ella estaba leyendo historias a un punado de ninos, y no tenia intencion de molestarla, pero de repente le entraron unas enormes ganas de verla.

Bajo las escaleras y enfilo hacia las puertas de cristal. Solo necesito un instante para divisar a Lexie sentada en el suelo, rodeada de ninos.

Leia de un modo muy animado, y Jeremy no pudo evitar sonreir al ver sus exageradas muecas: los ojos abiertos como un par de naranjas, la boca abierta, su forma de inclinarse hacia delante cuando queria enfatizar algo en la historia. Las madres estaban sentadas con las caras complacidas. Habia un par de ninos tan quietos como estatuas; el resto tenia pinta de haberse tomado alguna pastilla para estar en movimiento constante.

– Realmente es especial, ?eh?

Jeremy se dio la vuelta, sorprendido.

– Alcalde, ?que esta haciendo aqui?

– He venido a verte, por supuesto, y tambien a la senorita Lexie, por lo de la cena de esta noche. Practicamente ya esta todo organizado; me parece que te quedaras bastante impresionado.

– No me cabe la menor duda -apunto Jeremy.

– Pero tal y como te decia, ella es realmente especial, ?eh?

Jeremy no contesto, y el alcalde le guino el ojo antes de proseguir.

– Me he fijado en el modo en que la miras. Los ojos pueden delatar los sentimientos de un hombre. Los ojos siempre dicen la verdad.

– ?Que se supone que significa eso?

El alcalde sonrio burlonamente.

– No lo se. ?Por que no me lo cuentas tu?

– No hay nada que contar.

– Claro que no -dijo el alcalde al tiempo que esbozaba una mueca de complicidad.

Jeremy sacudio la cabeza repetidas veces.

– Mire, senor alcalde… Tom…

– Oh, no importa. Solo estaba bromeando. Pero dejame que te diga un par de cosas acerca de la fiestecita de esta noche.

El alcalde le refirio donde se celebraria la cena y luego le explico como llegar hasta alli.

– ?Crees que seras capaz de encontrar el lugar? -le pregunto el alcalde cuando termino de darle las indicaciones.

– Tengo un mapa -murmuro Jeremy.

– Seguramente te ayudara, pero no olvides que esas carreteras no estan muy iluminadas, que digamos. Resulta muy facil perderse si uno no va con cuidado. Lo mas aconsejable seria que fueras con alguien que sepa como llegar hasta alli.

Cuando Jeremy lo observo con curiosidad, Gherkin miro insistentemente a traves de los cristales de la puerta.

– ?Cree que deberia pedirle a Lexie que me acompane? -pregunto Jeremy.

Los ojos del alcalde parpadearon.

– Eso es cosa tuya. Si piensas que ella accedera… Muchos hombres la consideran el bien mas preciado de todo el condado.

– Ella aceptaria -proclamo Jeremy, sintiendose mas esperanzado que seguro.

El alcalde lo miro con porte dubitativo.

– Me parece que sobreestimas tus habilidades. Pero si estas tan seguro, entonces supongo que sera mejor que no me interponga. Precisamente venia a invitarla para que fuera conmigo. Pero puesto que tu te ocuparas de ella, me retiro. Ya nos veremos esta noche.

El alcalde se dio la vuelta para marcharse, y unos minutos mas tarde Jeremy observaba como Lexie daba por terminada la sesion. Cerro el libro, y mientras los padres se levantaban del suelo, se sorprendio por lo nervioso que se sentia. ?Cuando fue la ultima vez que habia sentido una subida de adrenalina similar?

Algunas madres empezaron a llamar a los pocos ninos que no habian estado atentos a la narracion, y unos breves momentos mas tarde Lexie se incorporo al grupo que estaba a punto de abandonar la sala infantil. Cuando vio a Jeremy, fue directamente hacia el.

– Supongo que estas listo para empezar a examinar los diarios -conjeturo.

– Si todavia te queda tiempo para buscarlos, perfecto, aunque aun no he terminado con los mapas. De todos modos, hay otra cosa de la que queria hablarte.

– ?Ah, si?

Lexie irguio la barbilla ligeramente.

Mientras Jeremy pensaba en el modo de pedirle que fuera con el a la fiesta, se sintio invadido por una sensacion de embriaguez absolutamente extrana.

– El alcalde ha venido para contarme lo de la fiesta de esta noche en la plantacion de Lawson, y no esta seguro de si sere capaz de encontrar el lugar yo solo, asi que me ha sugerido que busque a alguien que sepa llegar hasta alli. Y bueno, ya que tu eres la unica persona que conozco en el pueblo, me preguntaba si no te importaria acompanarme.

Durante un larguisimo momento que parecio eterno, Lexie no dijo nada.

– ?Como no! -exclamo finalmente.

La respuesta cogio a Jeremy desprevenido.

– ?Como has dicho?

– Oh, perdona; no me referia a tu propuesta. Estaba pensando en la forma tan maquiavelica que tiene el alcalde de hacer las cosas. Sabe que evito asistir a eventos como el de esta noche siempre que puedo, a menos que no esten directamente vinculados con la biblioteca. Habra pensado que le diria que no si el me lo pedia, asi que ha urdido un plan para que me lo pidas tu. Y mira por donde se ha salido con la suya, ya que eso es precisamente lo que acabas de hacer: pedirme que te acompane porque el alcalde te lo ha dicho.

Jeremy parpadeo varias veces, intentando comprender el sentido de la disertacion que acababa de escuchar, aunque solo lo logro a medias. ?Quien habia sugerido que el fuera con Lexie? ?El alcalde, o el?

– ?Por que tengo la terrible sensacion de estar en medio de un culebron?

– Porque lo estas. Se llama vivir en una pequena localidad surena.

Perplejo, Jeremy se quedo callado un momento, y despues agrego:

– ?De veras crees que el alcalde ha planeado todo esto?

– Se que lo ha hecho. De entrada puede parecerte un pobre zoquete, pero tiene la habilidad de conseguir que todos hagan exactamente lo que el quiere, haciendoles creer que la idea no parte de el sino de ellos. ?Por que otra razon crees que todavia te alojas en el Greenleaf?

Jeremy hundio las manos en los bolsillos y considero la explicacion de Lexie.

– Mira, no te preocupes. No tienes que venir. Estoy seguro de que encontrare el lugar yo solo.

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