luminosa de Piggly Wiggly que habia en la ruta 54 cerca de Vanceboro.

Durante todo el rato, Lexie se mantuvo cerca de la zona charlando con diversas personas, y de vez en cuando, sus ojos se encontraban cuando tanto ella como el se hallaban inmersos en alguna conversacion con terceros. Como si estuvieran compartiendo una broma privada, ella sonreia enarcando las cejas, con una expresion como si le recriminara: «?Ves en que barullo te has metido tu solito?».

Jeremy penso que Lexie no era como ninguna de las mujeres con las que habia salido ultimamente. No ocultaba lo que estaba pensando, ni intentaba impresionarlo, ni tampoco se mostraba afectada por nada de lo que el habia hecho en el pasado. En lugar de eso, parecia evaluarlo por sus actos, por como reaccionaba en cada momento, sin apoyarse en prejuicios acerca del pasado o el futuro.

Esa era una de las razones por las que se habia casado con Maria. No fue simplemente la aglomeracion de emociones que sintio la primera vez que hicieron el amor lo que lo cautivo, mas bien fueron un par de cosas simples las que lo convencieron de que ella era la mujer que buscaba. Su falta de pretension delante de los otros, su forma fria de confrontarlo cuando hacia algo incorrecto, la paciencia con la que lo escuchaba cuando el estaba intranquilo a causa de algun problema imprevisto. Y a pesar de que el y Lexie no habian compartido ninguno de los pequenos detalles diarios de la vida, no podia dejar de pensar que seguramente esa mujer podria hacer frente a cualquier cosa, si se lo proponia.

Jeremy se fijo en que ella sentia un afecto genuino hacia la gente del pueblo, y parecia estar verdaderamente interesada en cualquier cosa que le contaban. Su conducta sugeria que no albergaba ninguna razon para cortar a nadie en medio de una conversacion -o para hacer que su interlocutor se diera prisa por acabar-, y mostraba un absoluto impudor a la hora de soltar sonoras carcajadas cuando algo la divertia. De vez en cuando, se inclinaba hacia delante para abrazar a alguien, y cuando retrocedia hasta la posicion inicial, asia las manos de la persona y murmuraba algo en la linea de: «Que contenta estoy de verte». Que no se sintiera diferente al resto, o incluso que no se fijara en que los demas eran obviamente distintos, le recordo a Jeremy a una tia que siempre habia sido la persona mas popular en las cenas de familia, simplemente por su destacado altruismo, porque centraba por completo su atencion en los demas.

Unos breves minutos mas tarde, cuando se levanto de la mesa para estirar las piernas, Jeremy vio a Lexie que se dirigia directamente hacia el, dejando a su paso una leve estela de seduccion con el suave balanceo de sus caderas. Mientras la contemplaba, hubo un momento, un brevisimo momento, en que la escena le parecio como si no estuviera pasando en ese preciso instante sino en el futuro; solo otra fiestecita en una larga procesion de fiestecitas en un pequeno pueblo del sur de Estados Unidos, en medio de la nada.

Capitulo 10

La noche caia sobre la plantacion de Lawson. Jeremy y el alcalde charlaban, apartados en un rincon del porche, mientras Lexie y Doris los observaban desde el otro extremo.

– Estoy plenamente convencido de que le habras sacado partido a esta noche -dedujo Gherkin-, y de que has sido capaz de ver por ti mismo la maravillosa oportunidad que tienes entre los manos con esta fabulosa historia.

– Asi es. Muchisimas gracias por todos los esfuerzos, aunque no teniais que molestaros tanto -afirmo Jeremy.

– Bobadas -replico Gherkin-. Es lo minimo que podemos hacer. Y ademas, queria que vieras lo que la gente de esta localidad es capaz de montar cuando se lo propone. Asi que ya puedes imaginarte lo que hariamos por los de la tele. Por supuesto, aun podras saborear un poco mas la hospitalidad surena durante este fin de semana. La atmosfera del pueblo, la sensacion de viajar hacia atras en el tiempo mientras te paseas por las casas antiguas: nada que te puedas imaginar es comparable a eso.

– No me cabe la menor duda -apunto Jeremy.

Gherkin sonrio.

– Bueno, mira, tengo que ocuparme de un par de cosas ahi dentro. Ya sabes; las obligaciones de un alcalde nunca tienen fin.

– Lo comprendo. Ah, y gracias por esto -agrego Jeremy al tiempo que levantaba la llave de la ciudad.

– De nada. Te la mereces. -Le tendio la mano-. Pero no te hagas ilusiones. No es que con ella puedas abrir la caja acorazada del banco ni nada por el estilo. Se trata simple y llanamente de un gesto simbolico.

Jeremy sonrio mientras Gherkin apretaba su mano efusivamente. Cuando el alcalde desaparecio dentro de la casa, Doris y Lexie se acercaron a Jeremy, mostrando unas amplias sonrisas burlonas. Pero a pesar de esas muecas divertidas, a Jeremy no se le escapo que Doris tenia aspecto de estar exhausta.

– Caramba, caramba -dijo Doris.

– ?A que viene eso? -pregunto Jeremy, desconcertado.

– Vaya con el urbanita encantador.

– ?Como dices?

– Tendrias que haber oido los comentarios de algunos de los muchachos -se rio Doris-. Simplemente me siento orgullosa de poder afirmar que yo ya lo sabia antes de que te hicieras famoso.

Jeremy sonrio, con cara de corderito.

– Menuda locura colectiva, ?eh?

– Ni que lo digas -contesto Doris-. Mis alumnas del grupo de estudios de la Biblia se han pasado toda la noche hablando sobre lo guapo que eres. Un par de ellas querian invitarte a sus casas, pero afortunadamente, he sido capaz de disuadirlas. Ademas, no creo que a sus esposos les hubiera hecho ni pizca de gracia.

– Te lo agradezco mucho.

– ?Has comido suficiente? Creo que todavia puedo rescatar algo de las mesas, si estas hambriento.

– No, estoy bien, gracias.

– ?Seguro? Tu noche no ha hecho mas que empezar.

– Aguantare -le aseguro. Jeremy aprovecho el silencio que se formo a continuacion para mirar a su alrededor, y se dio cuenta de que la niebla se habia vuelto mas densa-. Pero en cuanto a eso de que mi noche no ha hecho mas que empezar, supongo que tienes razon. Sera mejor que me vaya; no me gustaria perder la oportunidad de ver esa magnifica experiencia sobrenatural con mis propios ojos.

– No te preocupes. Veras las luces -lo tranquilizo Doris-. No aparecen hasta mas tarde, asi que todavia te quedan un par de horas.

Pillando a Jeremy desprevenido, Doris se abalanzo sobre el y le propino un abrazo fatigado.

– Solo queria darte las gracias por dedicar parte de tu tiempo a conocer a los del pueblo. No todos los desconocidos son tan pacientes como tu.

– No ha sido nada. Ademas, lo he pasado francamente bien.

Cuando Doris lo solto, Jeremy puso toda su atencion en Lexie, con la impresion de que criarse con Doris debia de haber sido muy similar a la experiencia de criarse con la madre de el.

– ?Estas lista para que nos marchemos?

Lexie asintio con la cabeza, sin dirigirle ni una sola palabra. En lugar de eso, beso a Doris en la mejilla, le dijo que la veria al dia siguiente, y un momento mas tarde, Jeremy y Lexie se hallaban camino del coche, con el ruido de la gravilla bajo sus pies como unico sonido reinante. Lexie parecia mirar fijamente hacia un punto en la distancia, aunque daba la impresion de que no veia nada. Despues de unos cuantos pasos en silencio, Jeremy le dio un codazo afectuoso.

– ?Estas bien? Te veo muy callada.

Ella sacudio la cabeza, y lo miro con tristeza.

– Estaba pensando en Doris. La preparacion de la fiesta la ha dejado absolutamente agotada, y aunque no deberia, estoy preocupada por ella.

– Pues a mi me ha parecido que estaba la mar de bien.

– Si, siempre acostumbra a poner buena cara. Pero deberia aprender a tomarse la vida mas sosegadamente. Hace un par de anos sufrio un ataque de corazon, aunque ella prefiera fingir que eso jamas sucedio. Y despues de

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