ganas por conocerla, a ella y a su amiga…

Jeremy colgo antes de que Alvin tuviera la oportunidad de acabar, y, como si quisiera rematar el incomodo dialogo, introdujo el movil en el fondo del bolsillo.

Por eso lo habia mantenido desconectado. Debia de haber sido una decision del subconsciente, basada en el hecho que sus dos mejores amigos a veces mostraban una tendencia a ser unos autenticos pesados. Primero Nate, el conejito incombustible de las pilas Energizer y su interminable busqueda de la fama. Y ahora esto.

Alvin no tenia ni idea de acerca de que estaba hablando. Quiza habian sido amigos en el pasado, habian pasado muchos viernes por la noche mirando a mujeres descaradamente por encima de las jarras de cerveza, a lo mejor habian hablado sobre temas trascendentales durante horas y, sin lugar a dudas, Alvin habia llegado a creer que tenia razon. Pero en esta ocasion no era asi, simplemente porque no podia serlo.

Despues de todo, los hechos hablaban por si solos. Basicamente, porque Jeremy no habia amado a ninguna mujer desde hacia una eternidad, y a pesar de que habia llovido mucho desde la ultima vez que estuvo enamorado, todavia recordaba lo que habia sentido. Estaba seguro de que habria reconocido ese sentimiento de nuevo, y francamente, no era asi. Y puesto que practicamente acababa de conocer a Lexie, la idea le parecia absolutamente ridicula. Incluso su madre, italiana de pura cepa y exageradamente sentimental, no creia en el amor a primera vista. Como con sus hermanos y sus cunadas, su madre solo deseaba que Jeremy se casara y tuviera hijos; pero si el apareciera por la puerta y anunciara que habia conocido a la mujer de su vida dos dia antes, su madre le propinaria un fuerte escobazo, proferiria insultos en italiano, y lo arrastraria derechito a la iglesia, convencida de que le ocultaba algunos pecados mas serios que necesitaban ser confesados.

Su madre conocia a los hombres. Se habia casado con uno, habia criado a sus seis hijos -todos varones-, y tenia la certeza de que lo habia visto todo. Sabia exactamente que era lo que los hombres pensaban cuando miraban a una mujer, y a pesar de que se fiaba mas del sentido comun que de la ciencia, estaba completamente segura de que era imposible enamorarse en tan solo un par de dias. El amor podia ser un dispositivo que se disparaba rapidamente, pero el verdadero amor necesitaba tiempo para madurar hasta convertirse en algo mas fuerte y duradero. El amor era, por encima de todo, un sentimiento que requeria compromiso y dedicacion y la creencia de que el compartir anos con una determinada persona derivaria a algo mas trascendental que la suma de lo que las dos almas podrian conseguir por separado. Unicamente el tiempo, sin embargo, seria capaz de demostrar si uno habia tomado la decision acertada al elegir a su pareja.

La lujuria, en cambio, podia suceder casi instantaneamente, y ese era el motivo por el que su madre le habria pegado con la escoba. Para ella, la descripcion de lujuria era simple: dos personas se dan cuenta de que son compatibles, nace una atraccion entre ellas y se activa el instinto primitivo de preservar la especie. Y todo eso significaba que mientras la lujuria era una posibilidad, el no podia amar a Lexie.

Asi estaban las cosas. Caso cerrado. Alvin se equivocaba, Jeremy tenia razon, y de nuevo la verdad le daba alas para ser libre. Sonrio con satisfaccion por un momento antes de fruncir el ceno.

Sin embargo…

Bueno, la cuestion era que tampoco estaba seguro de que fuera lujuria lo que sentia por Lexie, al menos no esa manana. Porque mas que desear abrazarla o besarla, simplemente sentia unas inmensas ganas de volver a verla, de pasar un rato con ella, de hablar con ella. Queria ver esa divertida mueca de fastidio cuando el soltaba alguna tonteria, queria volver a sentir la calidez de su mano sobre su brazo como el dia previo. Deseaba observar como se arreglaba nerviosamente el pelo detras de la oreja, y escucharla mientras ella le contaba anecdotas de su infancia. Anhelaba preguntarle cuales eran sus suenos y sus esperanzas para el futuro, descubrir sus secretos.

No obstante, eso no era lo mas extrano de todo. Lo mas extrano era que no podia percibir un motivo oculto para sus impulsos. Cierto, no diria que no si Lexie le insinuara que queria acostarse con el, pero aunque ella no quisiera, con solo pasar un rato con ella se daba por satisfecho, al menos de momento.

En el fondo, simplemente le faltaba un motivo oculto. Ya habia tomado la decision de que nunca mas pondria a Lexie en un aprieto, como habia hecho la noche previa. Se requeria un enorme coraje, mas del que el tenia, para decir lo que ella habia dicho. Despues de todo, en los dos dias que hacia que se conocian, Jeremy no habia sido capaz de contarle que ya habia estado casado.

Pero si eso no era amor ni tampoco parecia que fuera lujuria, ?que era? ?Que le gustaba Lexie? Por supuesto; pero esa explicacion tampoco definia exactamente lo que sentia. Era demasiado imprecisa. A la gente le gustaban los helados; a la gente le gustaba mirar la tele. No, era una expresion demasiado vaga, y francamente no reflejaba por que, por primera vez, el sentia la necesidad de contarle a alguien la verdad sobre su divorcio. Sus hermanos no sabian el motivo, ni tampoco sus padres. Pero, si bien no sabia por que, no podia dejar de pensar que deseaba contarselo a Lexie; y justo en ese momento ella se hallaba en algun lugar que el desconocia.

Dos minutos mas tarde sono el telefono de Jeremy, y el reconocio el numero en la pantalla de su movil. A pesar de que no estaba de humor, sabia que tenia que contestar, o si no a ese pobre hombre le daria un ataque al corazon.

– ?Que tal? -saludo Jeremy-. ?Como te encuentras?

– ?Jeremy! -grito Nate. La voz llegaba entrecortada a causa de las interferencias-. ?Tengo unas noticias increibles! ?No te vas a creer lo ocupado que he estado! ?Esto es peor que una casa de locos! ?He concertado una teleconferencia con los de la ABC a las dos del mediodia!

– Genial -respondio Jeremy.

– Espera, un momento. Te oigo fatal.

– Lo siento. Es por la escasa cobertura.

– ?Jeremy? ?Estas ahi? No te oigo.

– Si, Nate, estoy aqui.

– ?Jeremy? -grito Nate. Obviamente no habia oido su respuesta-. Escucha, si todavia me oyes, busca un telefono publico y llamame a las dos. ?A las dos! ?Tu carrera profesional depende de esa llamada! ?Tu futuro profesional depende de esa llamada!

– Vale, de acuerdo.

– ?Oh, no me lo puedo creer! ?Que desastre! -exclamo Nate contrariado, como si hablara consigo mismo-. No oigo nada. Escucha, pulsa una tecla si has entendido todo lo que he dicho.

Jeremy pulso la tecla del numero 6.

– ?Fantastico! ?Perfecto! ?A las dos! ?Y habla con la maxima naturalidad posible!, ?vale? Esta gente parece bastante estirada y…

Jeremy corto la llamada, preguntandose cuanto tiempo tardaria Nate en darse cuenta de que ya no lo escuchaba.

Jeremy espero. Luego espero un rato mas.

Se paseo por la biblioteca, paso por delante del despacho de Lexie, miro por la ventana para ver si habia senales de su coche, sintiendo una creciente sensacion de inquietud a medida que transcurrian los minutos. Solo era una corazonada, pero que Lexie se hubiera ausentado esa manana le parecia bastante extrano. No obstante, hizo todo lo posible por convencerse a si mismo de que se equivocaba. Se dijo que tarde o temprano apareceria, y probablemente mas tarde se reiria de su ridicula corazonada. Sin embargo, ahora que habia concluido su busqueda -a no ser que le interesara la posibilidad de hallar alguna anecdota excepcional en alguno de los diarios, que por cierto todavia no habia acabado de leer-, no sabia que hacer.

Regresar a Greenleaf quedaba descartado. No queria pasar mas rato del necesario en ese lugar, aunque tenia que admitir que le empezaban a gustar los extravagantes toalleros. Alvin no llegaria hasta la tarde, y lo ultimo que deseaba era merodear por el pueblo, ante el temor de que el alcalde lo acorralara. Pero tampoco queria pasarse todo el dia encerrado en la biblioteca.

Deseo que Lexie hubiera sido un poco mas explicita sobre cuando pensaba volver, o al menos que le hubiera indicado donde estaba. Habia algo en la nota que no acababa de encajar, ni incluso despues de haberla leido por tercera vez. ?Lexie no se habia parado a pensar en la absoluta falta de detalles del mensaje, o acaso lo habia hecho adrede? Ninguna de las dos opciones le hizo sentirse mejor. Tenia que salir de ese edificio; le costaba horrores no pensar en lo peor.

Recogio sus cosas, bajo las escaleras y se detuvo delante del mostrador de recepcion. La anciana que hacia las veces de conserje permanecia oculta detras de un libro. Jeremy carraspeo para llamar su atencion. La mujer levanto la vista y sonrio.

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