encantadora, ni tampoco cuadraba con la imagen deferente que tenia de las mujeres surenas.

Alvin penso que al fin y al cabo solo se trataba de un flechazo; seguramente su amigo se recuperaria del mal sabor de boca tan pronto como pusiera un pie en el avion que lo llevaria de regreso a casa a la manana siguiente.

Jeremy siempre se recuperaba de los desenganos.

En el baile, el alcalde estaba sentado solo en una mesa apartada en una esquina, con la mirada taciturna y la barbilla apoyada en la mano.

Habia supuesto que Jeremy se dejaria caer por alli, probablemente con Lexie, pero al llegar, oyo los cuchicheos de los voluntarios de la biblioteca sobre la bronca en la biblioteca. Segun ellos, habia sido una pelea sonada, y tenia que ver con uno de los diarios y con algo relacionado con un fraude.

Gherkin reflexiono sobre ello y decidio que no deberia haber donado el diario de su padre a la biblioteca, pero en ese momento no le habia dado importancia. Ademas, el relato contenia unas descripciones muy precisas sobre la historia del pueblo que podrian considerarse de interes local. La biblioteca era el lugar obvio para donarlo. Pero ?quien iba a suponer lo que sucederia en los siguientes quince anos? ?Quien iba a pensar que el molino textil cerraria sus puertas, o que la mina quedaria abandonada? ?Quien iba a saber que cientos de personas se quedarian sin trabajo? ?Quien habria dicho que unas cuantas familias jovenes se marcharian del pueblo para nunca mas volver? ?Quien se habria imaginado que el pueblo acabaria debatiendose entre la vida y la muerte, luchando por sobrevivir?

Quiza no deberia haber incluido la visita al cementerio en la gira. Quiza no deberia haber hecho publicidad sobre los fantasmas cuando sabia que simplemente se trataba de las luces del turno de noche de la fabrica de papel. Pero la verdad era que el pueblo necesitaba un milagro, algo que atrajera a los turistas, que animara a los curiosos a pasar un par de dias en Boone Creek con el fin de que se quedaran prendados de la magia del lugar. Con suficientes turistas, quiza lograrian salir del bache, quiza conseguirian mejorar la calidad de vida en la localidad. Gherkin se repitio que esa era la unica esperanza para el pueblo. Los ancianos retirados querian lugares acogedores donde poder comer y gastar su dinero, querian tiendas y centros comerciales. No sucederia de la noche a la manana, pero ese era el unico objetivo que tenia, y de algun sitio debia partir, ?no? Gracias al cementerio y a las luces misteriosas, habian conseguido vender unos cientos de billetes extras para la gira, y la presencia de Jeremy les habia ofrecido la oportunidad de sonar con dar a conocer el pueblo mas alla de sus confines, por todo el pais.

Desde el primer momento habia pensado que Jeremy era lo suficientemente listo como para averiguar lo de las luces. Pero eso no le preocupaba. ?Y que si Jeremy exponia la verdad en un programa televisivo o en su columna? Por lo menos, a la gente le sonaria el nombre de Boone Creek, y seguramente eso atraeria a mas de uno. Cualquier publicidad era mejor que ninguna. A menos, claro, que Jeremy usara la palabra «fraude».

Que palabra tan malsonante; ademas, no tenia nada que ver con lo que sucedia en el pueblo. De acuerdo, conocia el origen de las luces, pero practicamente nadie mas lo sabia, y de todos modos, ?que dano habia en ello? La cuestion era que existia una leyenda, existian unas luces, y alguna gente creia que eran fantasmas. Otros simplemente se limitaban a seguir la corriente, pensando que esa historia conferia al pueblo un aire diferente y especial. La gente necesitaba esa clase de historias mas que nunca.

Si Jeremy Marsh se iba del pueblo con un dulce recuerdo de la localidad, lo comprenderia. Pero si Jeremy Marsh se iba molesto y desalentado, no lo comprenderia. Y en esos momentos el alcalde no estaba seguro de con que impresion se marcharia Jeremy al dia siguiente.

– ?No te parece que Tom tiene pinta de estar preocupado? -comento Rodney.

Rachel levanto la vista, sintiendose orgullosa de haber pasado practicamente toda la noche con Rodney. Ni siquiera le molestaba que de vez en cuando el lanzara miradas furtivas hacia la puerta para ver si Lexie venia, por la sencilla razon de que el parecia estar a gusto a su lado.

– Si, pero es que Tom siempre parece estar preocupado.

– No -replico Rodney-. Esta vez no es lo mismo. Presiento que esta muy preocupado por algo.

– ?Quieres hablar con el?

Rodney considero la posibilidad. Al igual que el alcalde -al igual que todos los alli presentes, por lo que parecia-, se habia enterado de lo de la bronca en la biblioteca, pero a diferencia de los demas, creyo comprender por donde iban los tiros, especialmente despues de ver la expresion en la cara del alcalde. De repente se dio cuenta de que a Gherkin le preocupaba la forma en que Jeremy pensaba exponer su pequeno misterio al mundo entero.

En cuanto a la pelea, ya habia intentado prevenir a Lexie de lo que se le venia encima. Era inevitable. Pero Lexie era la mujer mas testaruda que habia conocido; jamas aceptaba ninguna clase de consejos, era necesario que experimentara las consecuencias en su propia piel para cambiar de rumbo. Podia ser volatil, y Jeremy finalmente lo habia comprobado en primera persona. A pesar de que Rodney deseo que ella no se hubiera expuesto nuevamente a andar por la cuerda floja, se sentia aliviado al saber que la aventura amorosa entre ella y Jeremy estaba a punto de tocar a su fin.

– No -dijo Rodney-. No hay nada que pueda hacer para ayudarlo. Ahora todo depende de el.

Rachel fruncio el ceno y lo miro con una curiosidad latente.

– ?Que es lo que depende de el?

– Nada, no es importante. -Rodney despacho el tema con una sonrisa.

Rachel lo estudio durante un momento antes de encogerse de hombros. La cancion termino, y la banda empezo a tocar una nueva melodia. Como la mayoria de los que ocupaban las sillas alrededor de la pista, Rachel comenzo a seguir el ritmo con los pies.

Rodney no parecia fijarse en las parejas que bailaban, preocupado como estaba. Queria hablar con Lexie. De camino hacia el granero, habia pasado por delante de su casa y habia visto la luz encendida y el coche aparcado en la acera. Un poco antes tambien habia recibido un informe de uno de sus companeros, segun el cual el urbanita y su acolito -que parecia sacado directamente de un comic- estaban organizando un tinglado con las camaras en el paseo entarimado; lo cual significaba que Jeremy y Lexie no habian hecho las paces.

Si cuando acabara el baile y pasara por delante de la casa de Lexie veia las luces aun encendidas, llamaria a la puerta, tal y como habia hecho la noche en que se marcho el senor sabelotodo. Tenia la corazonada de que ella no se sorprenderia al verlo. Penso que probablemente se lo quedaria mirando un momento antes de abrir la puerta. Le prepararia una taza de cafe descafeinado, y al igual que la vez anterior, el se sentaria en el sofa y escucharia durante horas como Lexie se desahogaba, maldiciendose por ser tan estupida.

Rodney asintio para si mismo. La conocia mucho mejor de lo que se conocia a si mismo.

Pero esta vez no se sentia listo para actuar del mismo modo. Sabia que ella necesitaria un poco mas de tiempo para ordenar sus pensamientos. Y tenia que admitir que empezaba a sentirse cansado de que Lexie lo tomara por su hermanito mayor. Ademas, tampoco estaba de humor para escucharla. En esos instantes se sentia sumamente comodo, y no tenia ganas de que la noche culminara de un modo deprimente.

Ademas, la banda no era tan mala. Era mucho mejor que la que habian contratado el ano pasado. Con el rabillo del ojo contemplo como Rachel movia las piernas al compas de la musica, complacido de que ella lo hubiera escogido por compania, igual que habia hecho la otra noche en la fiesta. Se sentia a gusto con ella, pero lo mas extrano era que ultimamente, cada vez que la veia, le parecia mas guapa de lo que recordaba. Seguramente solo era su imaginacion, pero no podia dejar de pensar que esa noche estaba especialmente atractiva.

Rachel se dio cuenta de que el la observaba y esbozo una mueca nerviosa al tiempo que decia:

– Lo siento, pero es que esta cancion me gusta mucho.

Rodney carraspeo antes de decidirse a hablar.

– ?Quieres bailar? -le pregunto.

– ?Lo dices en serio? -exclamo ella abriendo bien los ojos.

– No se me da muy bien bailar, pero…

– ?Me encantaria! -lo interrumpio ella, y acto seguido lo cogio de la mano.

Mientras Rodney la seguia hasta la pista, se disiparon sus dudas sobre lo que haria con Lexie mas tarde.

Doris se balanceaba lentamente en la mecedora del comedor, con la mirada perdida en direccion a la ventana, preguntandose si Lexie iria a visitarla. Ojala esta vez le fallara la intuicion. Sabia que Lexie lo estaba pasando mal -

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