El levanto una mano hacia su garganta y la movio de un lado a otro negando con la cabeza. Como si fuera un extranjero y estuviera frustrado por la barrera idiomatica.

– ?Hablas ingles?

El asintio y luego sus manos se elevaron al vuelo. El Lenguaje de Signos Americano. El usaba el LSA.

Mary volvio a su antigua vida, cuando habia ensenado a sus pacientes autistas a usar sus manos para comunicarse.

?Lees los labios o puedes oir? Ella hablo por senas tras el.

El se congelo, como si que ella lo comprendiera fuese lo ultimo que esperara.

Puedo oir muy bien. Solo que no puedo hablar.

Mary lo miro fijamente durante un momento. -Eres la persona que me llamaba.

El vacilo. Luego asintio con la cabeza. Nunca tuve la intencion de asustarle.

Y no llamo para molestarla. Solo me gusta saber que usted esta alli. Pero no hay nada extrano en ello, honestamente. Lo juro.

Sus ojos firmes encontraron los suyos.

– Te creo -?Pero que iba a hacer ahora? La linea directa prohibia todo contacto con las personas que llamaban.

Si, bien, ella no iba a sacar al pobre nino a patadas fuera de su propiedad.

– ?Quieres comer algo?

El nego con la cabeza. ?Tal vez podria sentarme con usted un rato? Me quedare el otro lado de la piscina.

Como si estuviera acostumbrado a que le dijeran que se mantuviera apartado de ellos.

– No- Dijo ella. El inclino la cabeza una vez y se marcho dando media vuelta. -Quiero decir, sientate aqui. Cerca de mi.

El se le acerco lentamente, como si esperara que ella cambiara de idea. Cuando todo lo que ella hizo fue sentarse y poner sus pies de nuevo en la piscina, el se quito un par de zapatillas de lona raidas, enrollo sus holgados pantalones, y se sento a mas o menos un metro de ella.

Dios mio, el era tan pequeno.

El puso sus pies en el agua y sonrio.

Esta fria, afirmo el.

– ?Quieres un sueter?

El nego con la cabeza y movio sus pies en circulos.

– ?Como te llamas?

– John Matthew.

Mary sonrio, penso que tenian algo en comun. -Dos profetas del Nuevo Testamento.

Las monjas me lo pusieron.

– ?Monjas?

Hubo una larga pausa, como si el debatiera que decirle a ella.

– ?Estabas en un orfanato? -Ella apunto amablemente. Ella recordo que habia uno en la ciudad, Nuestra Senora de la Gracia.

Naci en un cuarto de bano de una estacion de autobuses. El empleado de la limpieza que me encontro me llevo a Nuestra Senora. A las monjas se les ocurrio ese nombre.

Ella contuvo su respingo. -Ah, ?donde vives ahora? ?Te adoptaron?

El nego con la cabeza.

– ?Padres adoptivos? – Por favor, Dios, deja que tenga padres adoptivos. Padres adoptivos agradables. Que lo resguardaran del frio y lo alimentaran. Buena gente que le dijeran que les importaba incluso cuando sus padres habian desertado.

Cuando el no contesto, ella vio sus viejas ropas, y la vieja expresion en su cara. El no miro como si hubiera conocido muchas cosas agradables.

Finalmente, sus manos se movieron. Vivo en Tenth Street.

Lo que queria decir que vivia en un edificio no habitable o era el inquilino de una casucha infestada de ratas. Como lograba estar tan limpio era un milagro.

– Vives cerca de las oficinas de la linea directa, ?verdad? Por lo cual tu sabrias que estuve esta tarde a pesar del cambio.

El asintio. Mi apartamento esta enfrente. La observo ir y venir, pero no en una forma furtiva. Creo que pienso en usted como en una amiga. Cuando llame la primera vez… sabe, fue como un capricho o algo por el estilo. Usted contesto… y me gusto como sonaba su voz.

El tenia bellas manos, penso ella. Como las una chica. Graciosas. Delicadas.

– ?Y me has seguido hasta casa esta noche?

Bastantes noches. Tengo una bicicleta, y usted es una conductora lenta. Me figuro que si velo por usted, estara mas segura. Siempre se queda hasta tarde, y esa no es una buena zona del pueblo para que una mujer este sola. Aun si va en un coche.

Mary nego con la cabeza, pensando que era algo extrano. Parecia un nino, pero sus palabras eran las de un hombre. Y considerando las cosas, ella probablemente deberia marcharse. Este nino anexandose a ella, pensando que era una especie de protector, aun cuando parecia como si el necesitara que lo rescatasen.

Digame por que estaba llorado ahora, el le dijo por senas.

Sus ojos eran muy directos, y era raro ver la mirada de un adulto en la cara de un nino.

– Porque puede que se me haya acabado el tiempo. -Barbullo ella.

– ?Mary? ?No vas a presentarme a esta visita?

Mary miro sobre su hombro. Bella, su unica vecina, habia atravesado andando el prado de ocho mil metros cuadrados que habia entre sus propiedades y estaba de pie sobre el borde del cesped.

– Hey, Bella. Ah, ven a conocer a John.

Bella bajo hasta la piscina. La mujer habia llegado a la vieja granja el pasado ano y se habian dedicado a hablar por las noches. Con 1,80 metros de altura, y una melena de rizos oscuros que le caian un poco por la espalda, Bella te dejaba K.O. Su cara era tan hermosa que Mary habia tardado meses en dejar de mirarla fijamente, y el cuerpo de la mujer era el adecuado para la portada de la edicion en traje de bano del Sports Illustrated.

Naturalmente John parecia asombrado.

Mary se pregunto distraidamente como seria provocar esa percepcion en un hombre, incluso en un preadolescente. Ella nunca habia sido hermosa, entraba dentro de la vasta categoria de mujeres que no eran ni feas ni guapas. Y eso habia sido antes de que la quimioterapia la hubiera hecho sobre su pelo y en su piel.

Bella se inclino con una leve sonrisa y extendio su mano hacia el nino. -Hola.

John se levanto y la toco brevemente, como si no estuviera seguro de que fuera real. Tenia gracia, Mary a menudo habia sentido lo mismo por la mujer. Habia algo demasiado… mucho sobre ella. Parecia mayor que la vida, con mas vivencias que las que habia corrido Mary. Ciertamente mas magnifica.

Aunque Bella seguro que no desempenaba el papel de femme fatale. Ella era tranquila, modesta y vivia sola, aparentemente trabajaba de escritora. Mary nunca la veia durante el dia, y nadie nunca parecia verla ir y venir de la vieja granja.

John miro a Mary, sus manos moviendose. ?Quieres que me vaya?

Luego, como anticipandose a su respuesta, el saco sus pies fuera del agua.

Ella puso su mano en su espalda, tratando de ignorar los puntiagudos huesos que habia debajo de su camisa.

– No. Quedate.

Bella se saco sus calcetines y sus zapatillas y dio un golpecito con sus dedos de los pies encima de la superficie del agua. -Si, vamos, John. Quedate con nosotras.

Capitulo 4

Rhage vio lo primero que queria esa noche. Ella era una mujer humana y rubia, toda sexualidad y preparada. Como el resto de su clase en la barra, estaba emitiendo senales: Exhibiendo su culo. Ahuecando su desenredada

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