– Soy desconfiada por naturaleza.

– Y yo.

– Razon de mas para que establezcamos normas. Tengo intencion de pelear, pero te prometo que lo hare limpiamente si tu me aseguras lo mismo.

– Contrariamente a lo que puedas creer, nunca hago trampas. No necesito hacerlas.

– Yo tampoco. ?Trato hecho?

Ella extendio una mano y el se la estrecho.

Fue un contacto firme y simplemente profesional, pero Matt tuvo que resistirse a la tentacion de tomarla entre sus brazos y romper la norma de la desnudez en aquel preciso instante.

Era consciente de que estaba empezando a perder el control, de modo que hizo un esfuerzo y se recordo que Jillian no era una mujer encantadora, sino una ambiciosa companera de trabajo que competia con el por la campana de ARC.

A pesar de ello, estuvo a punto de gemir. Incluso vestida, le parecia tan bella, que no dejaba de imaginarla desnuda, en la ducha. Sin embargo, sabia que podria superarlo.

– Muy bien, en tal caso voy a recoger mis cosas y te dejare el cuarto de bano para ti solo.

– Gracias.

Jillian salio del cuarto de bano unos segundos mas tarde, con su bolsa de maquillaje. El la observo al pasar y clavo la mirada en su trasero. Le gusto tanto, que su ereccion empeoro y entro en el cuarto de bano tan deprisa como pudo, para ocultarse.

En cuanto se quedo a solas, bajo la mirada, contemplo su sexo y se pregunto como era posible que la encontrara atractiva.

Pero fuera como fuera, lo excitaba. Y el problema no tenia facil solucion.

Jilly cerro los ojos cuando se cerro la puerta del cuarto de bano y dejo escapar un suspiro.

Cuando volvio a abrirlos, su mirada se clavo en la cama donde habian dormido. O mas bien, en la cama donde ella habia intentado dormir, sin exito. Habia pasado toda la noche en vela, perfectamente consciente del hombre que estaba a su lado y preguntandose que se sentiria al hacer el amor con el.

Por fin, el despertador habia sonado a las seis en punto y se habia dirigido a la ducha con la esperanza de que el agua caliente borrara aquellos pensamientos. Pero en lugar de eso, se habia dejado llevar por imagenes nuevas y no menos inquietantes: Matt y ella en la ducha, acariciandose.

Disgustada con el rumbo que estaban tomando las cosas, habia decidido establecer las normas que acababa de plantearle. Era lo mejor para los dos. Aunque no tenia intencion alguna de ir desnuda por la habitacion estando en su presencia, tampoco queria verlo desnudo o semidesnudo a el. Y el problema no era tanto el deseo que sentia como el hecho, indiscutible, de estar compartiendo cama con su peor enemigo.

Abrio el armario, observo su ropa durante unos segundos y finalmente se decidio por ponerse el traje rojo. Era un color alegre y directo, y la falda le llegaba justo por encima de las rodillas; resultaba femenino y profesional al mismo tiempo.

En cuanto eligio el traje, se sintio mucho mejor. Ahora solo tenia que olvidarse de Matt Davidson y concentrarse en el proyecto de Jack Witherspoon y ARC Software.

De haberse tratado de una cuestion exclusivamente profesional, estaba segura de que se habria podido concentrar, sin ningun problema, en el trabajo. Pero, por desgracia para ella, su instinto femenino se habia despertado y no podia dejar de pensar en Matt Davidson.

Matt salio de la ducha y se enrollo una toalla alrededor de la cintura. El agua le habia sentado bien y se sentia mucho mas relajado.

El sonido de un secador de pelo le advirtio que Jillian seguia en la habitacion. Pero penso que todavia tenia que cepillarse los dientes y afeitarse, y que ella ya se habria marchado para cuando terminara. Despues, pediria que le subieran un cafe y se concentraria en la presentacion para Jack.

Acababa de aplicarse la crema de afeitar en la cara cuando ella llamo a la puerta.

– Siento molestarte, Matt, pero ?vas a tardar mucho?

Matt se puso en tension al oir su voz. -Tengo que afeitarme. ?Por que?

– Porque quiero cepillarme los dientes. Supongo que puedo soportar la vision de tu maquinilla si tu eres capaz de soportar la vision de mi cepillo dental. ?Que te parece si compartimos el lavabo?

El dudo, pero al final decidio dejarla entrar. A fin de cuentas, aquella no seria la primera vez que compartia cuarto de bano con una mujer.

– Claro, pasa…

Matt se quedo sin aliento cuando la vio. Llevaba un traje rojo que le quedaba maravillosamente bien y estaba muy guapa. Ademas, se habia dejado el cabello suelto: un detalle que le llamo la atencion.

– No te has recogido el pelo -dijo el, con tono de desconfianza.

Ella arqueo las cejas y lo miro como si acabara de decir la mayor estupidez del mundo.

– ?Ahora te preocupa mi aspecto? Imagino que en algunas partes del mundo seria ilegal, pero estamos en Nueva York y no creo que nadie se sorprenda -comento con ironia.

– No lo digo por eso, sino porque siempre lo llevas recogido.

Matt empezaba a pensar que Jilly le habia enganado al asegurar que jugaria limpio. Si utilizaba sus artes de seduccion con Jack, estaba perdido.

– Eso no es verdad. A veces, como hoy, me lo dejo suelto -declaro-. Ademas, te advierto que tu no eres quien para protestar por el aspecto de los demas… con tanta crema en la cara, pareces Papa Noel.

– Me estoy afeitando, eso es todo. Yo no pierdo el tiempo acicalandome, como otras personas.

– ?Acicalarme? ?Yo? Sera una broma. Pero ya que vamos a compartir habitacion durante el fin de semana, sera mejor que sepas que no soy de las que se pasan una hora en el cuarto de bano. Ademas de la ducha, apenas necesito un par de minutos para cepillarme los dientes, que es lo que voy a hacer ahora. Si no te importa, claro.

Matt se aparto un poco para dejarle espacio en el lavabo y ella se lo agradecio.

– Gracias -dijo.

Jillian empezo entonces a cepillarse. El intento aparentar desinteres y se concentro en afeitarse, pero en realidad estaba concentrado en la presencia de la mujer.

Sin embargo, el momento no duro mucho. En cuanto termino, Jilly salio del cuarto de bano y segundos despues reaparecio en la puerta. Llevaba un maletin de cuero con su ordenador portatil.

– Me marcho -dijo ella-. Supongo que nos veremos despues.

– Si, supongo que si.

– Ya que vamos a jugar limpio, te deseo buena suerte. Que gane el mejor -declaro. -Que gane el mejor, jilly.

Jilly se marcho entonces y el entrecerro los ojos.

No creia ni por un momento que Jillian fuera a ser justa con el. Pero en cualquier caso, no importaba: tenia intencion de conseguir la campana de ARC.

– Eh, ?por que tardas tanto tiempo en llenarme la taza otra vez? -pregunto Jack Witherspoon a la camarera, irritado-. Caramba, sirven mejor en el bar de mi oficina. Con lo caro que es este hotel, deberian ser algo mas rapidos. A fin de cuentas no es tan dificil.

Jilly tuvo que morderse la lengua para no decir lo que pensaba. Witherspoon era un cliente, pero le parecio increible que se molestara por algo asi. Sobre todo, porque era la unica persona que conocia que tomaba cafe solo en cantidades industriales y que exigia que le rellenaran la taza cada diez o quince segundos.

Por fin, la camarera se aproximo a la mesa donde se habian sentado y se disculpo.

– Lo siento, senor. Estabamos preparando mas cafe.

– Esta bien, pero deje la cafetera aqui y vaya a preparar otra. No quiero esperar hasta la hora de comer para que me traigan la siguiente.

La camarera se ruborizo y apreto los labios antes de alejarse. Jilly penso que le habria gustado mandarlo al diablo, pero naturalmente no podia hacerlo.

Aunque no esperaba nada de Jack Witherspoon, habia pensado que un hombre de su posicion, de cincuenta y tantos anos y todo un profesional, seria tambien educado. Pero al parecer, se habia equivocado totalmente.

– Bueno, hablame de esas ideas que tienes para mi, Jilly -dijo Jack mientras echaba una cucharilla de azucar a su enesimo cafe.

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