– No puedo decirlo. -Volvio a mirar la cara del hombre que hacia que el corazon le latiese en la garganta-. Por favor, dime que no estas saliendo con Darla.

– ?Estas celosa?

No, estaba furiosa. Furiosa de que el no la amara. Furiosa de que ella siempre lo amaria. Furiosa de que una parte de su ser quisiera arrojarse a sus brazos como una colegiala desesperada y suplicarle que la amara.

– ?Me tomas el pelo? ?Celosa de una pedorra descerebrada? Si quieres ponerme celosa, intenta salir con alguien que tenga la mitad de cerebro que ella y un minimo de clase.

Mick entorno los ojos.

– Al menos no va por ahi pretendiendo ser alguien que no es.

Si, lo pretendia. Iba por ahi pretendiendo que usaba la talla diez, pero Maddie no quiso hacer ese comentario en mitad de un parque abarrotado, porque ella tenia un minimo de clase.

– No todo lo que sale de su boca es una mentira -dijo Mick con una voz apenas audible con todo aquel ruido de fondo.

– ?Como lo sabes? Ni siquiera te quedas el tiempo suficiente para llegar a conocer a alguien.

– Crees que me conoces muy bien.

– Se que te conozco. Probablemente mejor que ninguna otra mujer, y apostaria a que soy la unica a la que has conocido de verdad.

Mick nego despacio con la cabeza.

– Yo no te conozco.

Maddie miro fijamente a sus gafas de sol.

– Si me conoces, Mick.

– Saber cual es tu postura sexual favorita no es lo que yo llamaria «conocerte».

Mick queria reducir solo a sexo lo que habia habido entre los dos. Tal vez empezara de aquel modo, pero se habia convertido en mucho mas que eso. Al menos para ella. Avanzo un paso y se puso de puntillas. Estaba tan cerca de el que podia notar el calor de su piel a traves de la camisa. Tan cerca, que estaba segura de oir el latido de su corazon mientras le decia al oido:

– Conoces mucho mas de mi que si me gusta estar encima o debajo. Conoces mas que el olor de mi piel o el sabor que dejo en tu boca. -Cerro los ojos y anadio-: Me conoces, solo que no puedes asumir quien soy.

Y sin decir mas se dio media vuelta y lo dejo alli plantado. No podia decir que el primer encuentro con Mick hubiera ido bien, pero al menos le obligaria a pensar en ella.

En lugar de salir pitando del parque e irse a casa para evitar encontrarse con Mick otra vez, se obligo a tomarse su tiempo. Habia estado deprimida unas cuantas semanas, pero ahora estaba mejor, mas fuerte despues de tener el corazon roto. Se detuvo en el puesto de Mad Hatter y en el tenderete de Spoon Man. El senor Spoon Man vendia todo tipo de artilugios, desde joyas hasta relojes, hechos con cucharas, y Maddie compro una campanilla que penso que quedaria bien en la terraza de atras.

Metio la campanilla en el transportin del gato y salio del parque, pero como un clip atraido por un iman, su mirada fue atraida hacia el puesto de la cerveza y hacia el hombre que estaba de pie en la entrada. Solo que esta vez Mick no estaba con Darla. Tanya King, con su cuerpo pequeno y sus ropas pequenas, estaba delante de el, y el inclinaba la cabeza mientras escuchaba cada una de sus palabras. Tenia la mano en el pecho y las comisuras de la boca esbozaron una sonrisa cuando ella le dijo algo.

No parecia estar pensando en Maddie en absoluto, y de repente ya no se sintio mas fuerte despues de tener el corazon roto.

A traves de las gafas, Mick se quedo mirando a Maddie mientras cruzaba la calle y salia del parque. Deslizo la mirada por la espalda y el trasero de Maddie. El recuerdo de sus piernas cinendole la cintura y sus propias manos en el trasero de ella relampagueaba en su cerebro, tanto si queria recordarlo como si no. Y no queria. Rara vez pasaba un dia sin que algo le recordara a Maddie. Su camioneta, su barco, su bar. No podia entrar en Mort sin recordar la noche en que llego por la puerta trasera con una gabardina y una de sus corbatas colgando entre los hermosos pechos desnudos. Le gustaba creer que solo habia habido sexo con ella, pero Maddie tenia razon en eso. Habia habido mas que el olor de su piel y su sabor en la boca de Mick. En momentos esporadicos se preguntaba donde andaria ella y si se habria ido a Boise para la boda de su amiga. O se acordaba de su risa, el sonido de su voz y de su elegante boca.

«?Me tomas el pelo? ?Celosa de una pedorra descerebrada? Si quieres ponerme celosa, empieza a salir con alguien que tenga la mitad de cerebro que ella y un minimo de clase», habia dicho ella, como si existiera la menor posibilidad de mierda de que alguna vez saliera con Darla. No habia tenido relaciones sexuales desde la ultima noche que habia pasado con Maddie, pero estaba totalmente desganado. Nunca habia estado tan desganado.

«Conoces mucho mas de mi que si me gusta estar encima o debajo. Conoces mas que el olor de mi piel o el sabor que dejo en tu boca.» Al verla y oler el perfume de su piel, la necesidad de sentirla contra su pecho una vez mas habia sido abrumadora, y durante una fraccion de un descuidado segundo, habia llegado a levantar las manos para acercarla. Gracias a Dios que se habia reprimido antes de tocarla.

«No puedes asumir quien soy.» Tenia razon en eso. Era una mentirosa que habia utilizado su cuerpo para hacerle hablar del pasado, y el habia caido en la trampa.

Darla no era la unica tonta del culo. Maddie desaparecio al cruzar la calle y volvio a mirar a Tanya. Estaba hablando de… algo.

– Mi nuevo entrenador es brutal, pero consigue resultados.

?Ah, si! El entrenamiento fisico de Tanya. No cabia duda, Tanya tenia un buen cuerpo. Era una lastima que la mano que Tanya le habia puesto en el pecho no provocase ninguna reaccion en su cuerpo. Necesitaba una distraccion. Sus esfuerzos por olvidar a Maddie, por quitarsela de la cabeza y no pensar en ella, no estaban funcionando.

Tal vez Tanya era exactamente lo que necesitaba.

Capitulo 18

La noche antes de la boda de Clare, las cuatro amigas se reunieron en la casa de Maddie en Boise. Se sentaron en el salon de Maddie, delante de la chimenea hecha con piedra del rio. La casa de Boise estaba amueblada en tonos marrones y beiges, y hacia un momento Maddie habia descorchado una botella de Moet. Las cuatro mujeres levantaron las copas de champan y brindaron por la futura felicidad de Clare con su novio Sebastian Vaughan.

Hacia poco mas de un ano, las cuatro estaban solteras. Ahora Lucy estaba casada y Clare estaba a punto de casarse. Adele continuaba pensando que le habian echado una maldicion con todas aquellas citas espantosas, y Maddie se habia enamorado y le habian roto el corazon. Adele era la unica de las cuatro cuya vida no habia cambiado de una manera drastica. Aunque Maddie ya habia confiado a sus amigas lo que sentia por Mick, aquella era la noche de Clare, no una fiesta para compadecerse de Maddie. Hacia una semana desde que habia visto a Mick en el parque con Tanya, y recordarlo aun la ponia enferma.

– Mi madre ha invitado a medio Boise a la boda. Ha estado en sil… -Clare hizo una pausa y se inclino a su izquierda para mirar detras de la silla de Maddie-. Hay un gato en tu casa.

Maddie se dio media vuelta y miro a Bola de nieve, que se saltaba a la torera las reglas y subia a las tapicerias satinadas. Maddie dio unas palmadas y se puso de pie.

– Bola de nieve.

La gata miro a Maddie y bajo al suelo.

– ?Conoces a ese gato? -le pregunto Adele.

– Mas o menos la he adoptado.

– ?Mas o menos?

Lucy se inclino hacia delante.

– Tu odias a los gatos.

– Lo se.

Clare se tapo los labios con dos dedos.

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