del maquillaje. Cuando volvio a aplicarse la barra de labios color borgona, curvo la boca en una sonrisa. Habia estado en lo cierto acerca de John. No era un imbecil.

Acabo de arreglarse el pelo y llego al pequeno comedor; John y Ernie ya estaban sentados a la mesa de roble.

– Siento haber tardado -dijo, dando a entender que eran unos maleducados por haber empezado sin ella. Se sento frente a John y tomo una servilleta de papel de un servilletero verde aceituna. Se la coloco en el regazo, busco la cuchara y la encontro en el lado equivocado del plato.

– La pimienta esta a la derecha -dijo Ernie, indicando con la cuchara una lata roja y blanca que habia en medio de la mesa.

– Gracias. -Georgeanne miro al anciano. No le interesaba la pimienta, pero despues de la primera cucharada de blanca y cremosa sopa de pescado le resulto evidente que a Ernie si le gustaba. La sopa era espesa y sabrosa y, a pesar de la pimienta, estaba deliciosa. Junto a su plato habia un vaso de agua helada y lo cogio. Mientras bebia un sorbo, recorrio la habitacion con la mirada y percibio la escasa decoracion. De hecho, el unico mueble que habia en la habitacion ademas de la mesa era una gran vitrina llena de trofeos-. Senor Maxwell, ?vive usted aqui todo el ano? -pregunto, decidida a iniciar una conversacion.

El nego con la cabeza, llamando la atencion hacia su pelo blanco rapado al uno.

– Esta es una de las casas de John. Todavia vivo en Saskatoon.

– ?Esta cerca?

– Lo suficientemente cerca como para no perderme mi racion de partidos.

Georgeanne coloco el vaso en la mesa y comenzo a comer.

– ?De hockey?

– Por supuesto. Voy a casi todo los partidos. -Volvio la mirada hacia John-. Pero todavia me doy de cabezazos contra la puerta por haberme perdido ese hat trick el pasado mayo.

– Deja de preocuparte por eso -dijo John.

Georgeanne no sabia casi nada de hockey.

– ?Que es un hat trick?

– Es cuando un jugador anota tres goles en un partido -explico Ernie-. Y tambien me perdi ese partido contra los Kings. -Hizo una pausa para negar con la cabeza; sus ojos se llenaron de orgullo al contemplar a su nieto-. Ese asno de Gretzky se dio de cabezazos durante unos buenos quince minutos despues de que lo placaras contra la barrera -dijo, realmente encantado.

Georgeanne no tenia la mas remota idea de que hablaba Ernie, pero «placar contra la barrera» sonaba doloroso. Habia nacido y crecido en un estado que vivia por y para el futbol, pero ella lo odiaba. Algunas veces se preguntaba si era la unica persona en Texas que aborrecia los deportes violentos.

– ?No le dolio? -pregunto.

– ?Demonios, no! -exploto el anciano-. Se estrello contra el «Muro» y vivio para contarlo.

Una comisura de los labios de John se curvo hacia arriba y sumergio varias galletas saladas en la sopa de pescado.

– Creo que no conquistare el Lady Bying pronto.

Ernie se volvio hacia Georgeanne.

– Es el trofeo que se le da al jugador mas caballeroso, pero que se jodan. -Golpeo la mesa con un puno, mientras se llevaba la cuchara a la boca de nuevo.

Personalmente, Georgeanne creia que ninguno de ellos corria el riesgo de ganar un premio por comportarse como un caballero.

– Esta sopa de pescado es maravillosa -dijo, en un esfuerzo por cambiar de tema y pasar a algo un poco menos exaltado-. ?La hizo usted?

Ernie alcanzo la cerveza junto a su plato.

– Claro -contesto, llevandose la botella a la boca.

– Es deliciosa. -Siempre habia sido importante para Georgeanne gustar a la gente, ahora mas que nunca. Y penso que ya que sus conversaciones amistosas no funcionaban con John, prestaria atencion solo a su abuelo-. ?Comenzo con una bechamel? -pregunto, escrutando los ojos azules de Ernie.

– Si, claro, pero el truco para una buena sopa de pescado esta en el caldo de almejas -dijo, y empezo a explicarle entre cucharadas la receta de la sopa. Georgeanne parecia pendiente de cada una de sus palabras, concentrada en el exclusivamente y, al cabo de unos segundos, lo tenia comiendo de la palma de la mano. Pregunto y comento sobre su eleccion de especias y todo el rato fue muy consciente de la mirada fija de John. Supo cuando tomaba un poco de comida, cuando se llevaba la botella de cerveza a los labios o cuando se pasaba la servilleta por la boca. Era consciente de cuando la miraba a ella o cuando volvia la atencion a su abuelo. Antes, al despertarse de la siesta, habia sido casi amigable. Ahora parecia abstraido.

– ?Y le ha ensenado a John como hacer sopa de pescado? -pregunto, esforzandose por incluirlo en la conversacion.

John se reclino en la silla y cruzo los brazos sobre el pecho.

– No -fue todo lo que dijo.

– Cuando no estoy aqui, John come fuera. Pero cuando estoy me aseguro de que coma bien y de que tenga existencias en la cocina. Me gusta cocinar -informo Ernie-. Pero a el no.

Georgeanne le sonrio.

– Lo cierto es que pienso que las personas nacen o bien aborreciendo o bien amando la cocina y puedo decir que usted -hizo una pausa para tocarle el arrugado antebrazo- tiene un don especial. No todo el mundo sabe hacer una buena bechamel.

– Podria ensenarte -se ofrecio el anciano con una sonrisa.

La piel de el se sentia como papel encerado caliente bajo su mano, llenando su corazon con dulces recuerdos de la infancia.

– Gracias, senor Maxwell, pero ya se como hacerla. Soy de Texas y nosotros le ponemos bechamel a todo, incluso al atun. -Recorrio con la mirada a John, noto que fruncia el ceno, y decidio ignorarlo-. Puedo elaborar salsa de bechamel y anadirla a cualquier cosa. La redeye de mi abuela era famosa, y no estoy hablando de cualquier cosa, ya sabe a lo que me refiero. Cuando uno de nuestros amigos o parientes pasaba a mejor vida, era costumbre que mi abuela llevara el jamon y la salsa redeye. Despues de todo, la abuela se crio en una granja de cerdos cerca de Mobile y era conocida en los funerales por sus jamones con miel. -Georgeanne se habia pasado la vida cerca de personas mayores y hablando con Ernie se sentia tan a gusto que se inclino un poco mas hacia el y le sonrio con simpatia-. Ahora, quien es famosa es mi tia Lolly, pero por el motivo contrario. Es conocida por su gelatina O'Jell porque le echa de todo. La hizo realmente mal cuando el senor Fisher se fue al otro barrio. Todavia hablan de eso en la Primera Iglesia Baptista que no debe confundirse con la Iglesia Bautista Libre donde lavan los pies, aunque no creo que lo lleven a la practica.

– Jesus -interrumpio John-. ?A donde quieres ir a parar?

La sonrisa de Georgeanne flaqueo, pero estaba decidida a seguir siendo encantadora.

– Ya estaba llegando.

– Pues bien, podrias acabar de una vez porque al paso que vas Ernie no llegara para contarlo.

– Para ya -le advirtio su abuelo.

Georgeanne palmeo el brazo de Ernie y miro los ojos entrecerrados de John.

– Eso ha sido increiblemente grosero.

– Puedo ser mas desagradable todavia. -John aparto a un lado su plato vacio y se inclino hacia adelante-. Los tios del equipo y yo queremos saber si a Virgil aun se le levanta o si solo querias casarte con el por dinero.

Georgeanne pudo sentir como se le agrandaban los ojos y como le ardian las mejillas. La idea de que su relacion con Virgil hubiera sido motivo de discusion en el vestuario de los jugadores era de lo mas humillante.

– Ya basta, John -ordeno Ernie-. Georgie es una chica agradable.

– ?Si? Las chicas agradables no se acuestan con los hombres por dinero.

Georgeanne abrio la boca, pero le fallaron las palabras. Trato de pensar en algo igualmente hiriente, pero no se le ocurrio nada. Sabia con certeza que mas tarde, cuando ya no la necesitara, se le ocurriria una respuesta perfecta, ingeniosa y sarcastica. Aspiro profundamente y trato de permanecer calmada. La triste realidad era que

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