vista.

— Informe usted mismo a Evda Nal — balbucio dirigiendose al director del Observatorio, que se encontraba a su lado, y cayo al suelo, donde quedo inmovil despues de vanos intentos de levantarse.

En el Observatorio del Tibet atrajo en seguida la atencion general un hombre de media estatura, rostro amarillo, alegre sonrisa e imperativos ademanes y palabras. Sus ayudantes, llegados con el, le obedecian con la gozosa diligencia con que los fieles soldados de la antiguedad iban, seguramente, en pos de sus grandes capitanes. Pero la autoridad del maestro no anulaba sus propios pensamientos e iniciativas. Era aquel un grupo extraordinariamente compenetrado de gente fuerte, digna de sostener la lucha contra el mas espantoso e implacable enemigo de la humanidad: la muerte.

Al saber que la ficha de herencia de Ren Boz no se habia recibido aun, Af Nut prorrumpio en exclamaciones de indignacion, pero en cuanto se entero de que Evda Nal haria dicha ficha y la traeria ella misma, se tranquilizo con igual facilidad.

El director del Observatorio le pregunto con precaucion para que servia aquella ficha y que ayuda podian prestar a Ren Boz sus antepasados. Af Nut entorno los ojos con picardia como si fuera a confiarle un intimo secreto.

— El exacto conocimiento de la estructura hereditaria de cada persona es necesario para comprender su constitucion psiquica y hacer pronosticos en este terreno. No menos importantes son los datos relativos a las particularidades neurofisiologicas, la resistencia del organismo, la inmunidad, la reaccion sensitiva a los traumatismos y la alergia a las medicinas. La eleccion del tratamiento adecuado es imposible sin conocer previamente la estructura hereditaria y las condiciones en que vivieron los antepasados.

El director quiso preguntar algo mas, pero Af Nut le detuvo:

— Ya le he dicho bastante para que usted medite por su cuenta. ?No tengo tiempo para mas!

El astronomo barboto unas palabras de disculpa, que el cirujano no se paro a escuchar.

Sobre una plataforma, llevada al pie de la montana, se estaba erigiendo un gran quirofano transportable, al que se suministraba agua, fluido electrico y aire comprimido.

Muchisimos obreros se habian ofrecido a porfia para realizar el montaje, y este quedo terminado en tres horas. Entre los medicos ex constructores de la instalacion experimental, los ayudantes de Af Nut eligieron quince para el servicio de aquella clinica quirurgica instalada tan rapidamente. Ren Boz fue trasladado a ella dentro de una campana de plastico translucido, completamente aseptica, en la que habian insuflado aire esterilizado a traves de unos filtros especiales. Af Nut y cuatro ayudantes entraron en el primer compartimiento de la sala de operaciones y permanecieron alli varias horas para desinfectarse con ondas bactericidas y el aire saturado de emanaciones antisepticas, hasta que su propio aliento quedo tambien esterilizado. Entre tanto, el cuerpo de Ren Boz se habia enfriado considerablemente. Rapidos y seguros de si mismos, los cirujanos pusieron manos a la obra.

Los huesos fracturados y vasos rotos del fisico eran unidos con grapas y puntos de tantalo que no irritaban los tejidos vivos. Af Nut examino las lesiones de las entranas. Los intestinos y el estomago reventados, una vez liberados de partes gangrenosas, fueron recosidos y puestos en un bano de solucion cicatrizante BZ 14, que correspondia a las facultades somaticas del organismo. Despues de ello, Af Nut emprendio la labor mas delicada. Extrajo del hipocondrio el higado ennegrecido, horadado por las esquirlas de las costillas, y en tanto los ayudantes tenian la viscera suspendida, extrajo con sorprendente precision los tenues hilos de los nervios autonomos pertenecientes a los sistemas simpatico y parasimpatico. La menor lesion de la mas fina ramilla podia dar lugar a destrucciones gravisimas, irreparables. Con movimiento rapido y certero, el cirujano corto la vena porta y adapto a sus extremos los tubillos de dos vasos artificiales. Luego de hacer lo propio con las arterias, Af Nut puso el higado — unido solamente al cuerpo por los nervios — en un recipiente aparte, lleno de solucion BZ. Al cabo de cinco horas de operacion, la sangre artificial afluia ya a los vasos del cuerpo de Ren Boz impulsada por el corazon natural y por una bomba automatica o corazon doble. Era ya posible esperar que se curasen los organos extraidos. Af Nut no podia reemplazar simplemente el higado lesionado por otro de los conservados en el deposito quirurgico del planeta, debido a que para la regeneracion de los nervios se requerian nuevas investigaciones y el estado del paciente no permitia perder ni un minuto. Un cirujano quedo velando el cuerpo, rigido e inmovil como un cadaver dispuesto para la autopsia, hasta que el equipo siguiente acabara de esterilizarse.

La puerta de la mampara protectora que circundaba la sala de operaciones abriose con estrepito y Af Nut, guinando y estirandose elastico como un felino al despertarse, aparecio escoltado de sus ayudantes manchados de sangre. Evda Nal, palida y fatigada, le recibio tendiendole la ficha de herencia. Af Nut la tomo con ansiedad y, luego de examinarla de una ojeada, lanzo un suspiro de alivio.

— Al parecer, todo acabara felizmente. ?Ahora vamos a descansar!

— Pero… ?Y si recobra el conocimiento?

— ?Vamos! No puede recobrarlo. ?Somos acaso tan obtusos para no prever eso?

— ?Cuanto habra que esperar?

— Cuatro o cinco dias. Si los analisis biologicos son exactos y los calculos justos, podremos operar de nuevo para reintegrar los organos a su sitio. Luego, volvera en si…

— ?Cuanto tiempo podra usted permanecer aqui?

— Unos diez dias. Por suerte, la catastrofe me ha cogido en una pausa de mis ocupaciones. Aprovechare la ocasion para ver el Tibet, pues nunca habia estado aqui. Mi sino es vivir donde hay mas gente, es decir, ?en la zona de viviendas!

Evda Nal miro con admiracion al cirujano. Af Nut sonrio y dijo hosco:

— Me mira usted como se debia contemplar antano a la imagen de Dios. ?Eso no es propio de la mas inteligente de mis discipulas!

— En realidad, le veo de un modo nuevo. Es la primera vez que la vida de un ser para mi muy querido se encuentra en manos de un cirujano, y comprendo bien las emociones de quienes, por azares del destino, han tenido que presenciar su arte… ?El saber se conjuga con una maestria incomparable!

— Bueno, admirese cuanto quiera. Entre tanto, yo tendre tiempo de hacerle a su fisico no solo una segunda operacion sino una tercera…

— ?Una tercera? — se alarmo Evda Nal. Af Nut, entornando con picardia los ojos, senalo al sendero que se remontaba desde el Observatorio.

Por aquel sendero, gacha la cabeza, renqueando, venia Mven Mas.

— Ahi tiene usted otro adorador de mi arte… adorador a la fuerza. Hable con el si no puede usted descansar, pero a mi me es muy necesario hacerlo…

El cirujano desaparecio tras un repliegue de la colina, donde se encontraba la vivienda provisional de los medicos llegados en la planetonave. Desde lejos, Evda Nal observo ya cuanto habia adelgazado y envejecido el director de las estaciones exteriores… El africano, desde luego, no dirigiria nada mas. Evda Nal le refirio todo lo que le habia dicho Af Nut acerca del herido, y Mven Mas respiro aliviado.

— Entonces, ?me ire dentro de diez dias!

— ?Procede usted bien, Mven? Yo estoy demasiado anonadada aun para meditar sobre lo ocurrido, pero me parece que su culpa no merece un castigo tan severo.

Mven Mas contrajo el rostro, con gesto de dolor.

— Me entusiasme con la brillante teoria de Ren Boz. Yo no tenia derecho a poner en la primera prueba toda la energia de la Tierra.

— Pero Ren Boz habia demostrado que con menos era inutil hacer el intento… — objeto Evda.

— Eso es cierto, mas se debia haber empezado por experimentos indirectos. Me devoraba una impaciencia insensata, y no queria esperar anos. No trate de consolarme.

El Consejo confirmara mi decision, ?y el Control del Honor y del Derecho no la revocara!

— ?Yo misma soy miembro de ese Control!

— Si, pero en el hay otras diez personas. Y como mi delito afecta al planeta entero, tendran ustedes que decidir conjuntamente con los Controles del Sur y del Norte; en total, dictaran el fallo veintiun miembros, aparte de usted…

Evda Nal puso su mano en el hombro de Mven Mas.

— Sentemonos un rato, le flaquean las piernas. ?Sabe usted que cuando los primeros medicos reconocieron a Ren querian convocar un concilio de la muerte?

— Lo se. Solo faltaron dos votos. Los medicos son gente conservadora y, segun el viejo reglamento, que

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