aun no se les ha ocurrido derogar, unicamente pueden acordar la muerte leve del enfermo veintidos personas.
— ?Pues no hace mucho el concilio constaba de sesenta medicos!
— Aquello era un vestigio de ese temor al abuso que hacia que los medicos antiguos condenasen a los enfermos a largos sufrimientos inutiles, y a sus familiares a dolorosisimos padecimientos morales, cuando no habia ya esperanza alguna y la muerte habria podido ser leve e instantanea. Pero en este caso, ya ve lo beneficiosa que ha resultado ser la tradicion; faltaban dos medicos, y yo consegui llamar a Af Nut… gracias a Grom Orm.
— Precisamente eso es lo que quiero recordarle. ?Su concilio de la muerte social consta por ahora de una sola persona!
Mven Mas tomo la mano de Evda y poso en ella sus labios. Evda le permitio tal muestra de intima y gran amistad. Estaba a solas con aquel hombre fuerte, pero abatido por la responsabilidad moral. A solas con el… ?Y si Chara se encontrase en su lugar? No, no era posible. Para estar con Chara, el africano necesitaba una elevada exaltacion espiritual, de la que ahora era incapaz, faltabanle fuerzas aun. ?Que todo siguiera asi hasta el restablecimiento de Ren Boz y la sesion del Consejo de Astronautica!
— ?Sabe usted que tercera operacion le espera a Ren? — pregunto Evda, cambiando de tema.
Mven Mas reflexiono unos instantes, haciendo memoria de su entrevista con Af Nut.
— El cirujano quiere aprovechar esta ocasion, en que Ren Boz esta abierto en canal, para limpiarle el organismo de la entropia acumulada en el. Lo que se hace con lentitud y dificultad mediante la fisiohemoterapia, es muchisimo mas rapido y eficaz aunado a una intervencion quirurgica tan completa.
Evda Nal recordo todo lo que sabia sobre los principios de la longevidad: la limpieza del organismo de la entropia. Los antepasados del hombre, peces y saurios, habian legado al organismo humano vestigios de estructuras fisiologicas contradictorias, cada una de las cuales tenia sus propiedades de formacion de residuos entropicos de la actividad vital.
Estudiadas durante milenios, aquellas antiguas estructuras — focos en un tiempo del envejecimiento y de enfermedades — acabaron por ceder a una depuracion energetica: el lavado quimico y radiactivo, acompanado de una estimulacion, por medio de ondas, del organismo envejecido.
En la naturaleza, para liberar de la creciente entropia a los seres vivos, era preciso que nacieran de especimenes heterogeneos y procedentes de distintos sitios, es decir, de diferentes lineas de herencia. Aquella mezcla de la herencia en la lucha contra la entropia y la extraccion de nuevas fuerzas del medio ambiente constituia el enigma mas complejo de la ciencia, por cuya comprension se afanaban los biologos, fisicos, paleontologos y matematicos desde hacia miles de anos. Pero sus esfuerzos bien valian la pena: la duracion posible de la vida era ya de casi doscientos anos y — lo principal — habia desaparecido la decrepitud extenuante.
Mven Mas adivino los pensamientos de la psicologa.
— Yo he meditado sobre una nueva y gran contradiccion de nuestra vida — dijo el africano, lentamente —. Una poderosa medicina biologica, que llena el organismo de nuevas energias, y una actividad creadora, cada vez mayor, del cerebro, que consume con rapidez al ser humano. ?Cuan complejo es todo en las leyes de nuestro mundo!
— Cierto, y por ello frenamos de momento el desarrollo del tercer sistema de senales del hombre — asintio Evda —. La lectura de los pensamientos facilita mucho las relaciones mutuas entre los individuos, pero requiere un gran gasto de energias y debilita los centros de inhibicion. Y esto ultimo es lo mas peligroso…
— Sin embargo, debido a la fuerte tension nerviosa, la mayoria de la gente, los verdaderos trabajadores, vive solo la mitad de los anos que podria vivir. A mi entender, la medicina es incapaz de luchar contra esto; solo queda prohibir el trabajo. Pero ?quien se avendria a dejar el trabajo para vivir unos anos mas?
— Nadie, porque el miedo a la muerte hace aferrarse a la vida unicamente cuando esta ha transcurrido en una esteril y nostalgica espera de alegrias no experimentadas — dijo sonadora Evda Nal, pensando sin querer que en la isla del Olvido tal vez la gente viviera mas tiempo.
Mven Mas, que habia vuelto a adivinar sus pensamientos, le propuso, severo, ir al Observatorio a descansar. Y ella accedio sumisa.
…Dos meses mas tarde, Evda Nal encontro a Chara Nandi en la sala superior del Palacio de la Informacion, semejante, por sus altas columnas, a una iglesia gotica. Los inclinados rayos de sol que caian de arriba se entrecruzaban, a media altura de la sala, en bella claridad, bajo la que reinaba una dulce penumbra.
La muchacha, con las manos a la espalda, cruzados los pies, se apoyaba en una columna. Y Evda Nal, como siempre, no pudo menos de apreciar debidamente su sencillo vestido corto, gris, con adornos azules, y muy escotado.
Al acercarse Evda, Chara miro por encima del hombro, y sus tristes ojos se animaron al verla.
— ?Que hace usted aqui, Chara? Yo creia que se estaba preparando para maravillarnos con una nueva danza, y resulta que le atrae la geografia.
— Los tiempos de las danzas han pasado — repuso seria —. Ahora estoy eligiendo trabajo en la esfera que me es conocida. Hay una plaza vacante en una fabrica de cueros artificiales, situada en los mares interiores de las Celebes, y otra en un centro de cultivo de plantas vivaces, en el lugar donde antes se encontraba el desierto de Atacama. El trabajo en el Atlantico me gustaba. ?Cuanto fulgor y luminosidad, que gozo produce la fuerza del oceano, la comunion instintiva con el, el juego diestro y la competicion habil con sus poderosas olas, que estan siempre alli al lado, y en cuanto se termina el trabajo, a ellas!..
— A mi tambien, cuando me entrego a la anoranza, me asalta al instante el recuerdo del sanatorio psicologico de Nueva Zelanda donde yo empece a trabajar de enfermera. Y Ren Boz, despues de sus espantosas heridas, declara ahora que nunca fue tan dichoso como en los tiempos en que era mecanico ajustador de giropteros. Pero usted misma comprendera, Chara, ?que eso es debilidad! Cansancio, de la enorme tension que se requiere para mantenerse a esa altura creadora que usted, autentica artista, ha conseguido alcanzar. Y mayor sera ese cansancio cuando su cuerpo haya perdido su magnifica carga de energia vital. Pero mientras no la pierda, concedanos a todos nosotros la alegria de su arte y su belleza.
— Usted no sabe, Evda, lo que yo siento. Cada preparacion de una nueva danza es una jubilosa busqueda. Me doy cuenta de que la gente recibira una vez mas algo preciado que le reportara gozo y hondas emociones… Entonces, vivo solo para eso. Y cuando llega el instante de realizar mi pensamiento, me entrego toda a una pasion ardiente, desenfrenada… Seguramente, eso se transmite a los espectadores y hace que la danza sea percibida con tanta fuerza. Me doy toda a todos vosotros…
— ?Y luego? Viene una brusca depresion, ?verdad?
— ?Si! Soy como una cancion que vuela y se desvanece en el aire. Yo no creo nada que lleve la huella del pensamiento.
— Lleva algo mas: ?su aporte al alma de las gentes!
— Eso es muy inmaterial y transitorio, ?yo me refiero a mi misma!
— ?Todavia no ha amado usted nunca, Chara?
La muchacha bajo los ojos.
— Asi parece — pregunto, en vez de contestar.
Evda Nal nego con la cabeza.
— Yo tengo en cuenta el gran amor de que es usted capaz, y no todo el mundo, ni mucho menos…
— Ya comprendo; mi gran pobreza de vida intelectual me da una gran riqueza de emociones.
— En general, el pensamiento es justo, pero yo lo aclararia agregando que usted esta tan bien dotada en el aspecto emocional, que el otro aspecto no sera nunca pobre, aunque sea mas debil por ley natural de las contradicciones. Bueno, estamos divagando sobre cosas abstractas, y yo tengo que hablarle de un asunto urgente, directamente relacionado con nuestra conversacion. Mven Mas…
La muchacha se estremecio.
Evda Nal la tomo del brazo y la llevo a un abside lateral de la sala, cuyo revestimiento de madera oscura armonizaba severo con la policromia, azul y oro, de los cristales de las anchas ventanas en ojiva.
— Chara, querida, usted es una florecilla terrestre amante de la luz y trasplantada a un planeta de una estrella doble. Dos soles, uno azul y el otro rojo, van por el cielo, y la florecilla no sabe hacia cual volverse. Pero usted es hija del sol rojo, ?y para que tender hacia el azul?
Con fuerza y ternura, Evda Nal atrajo a la muchacha hacia su hombro, y ella, inesperadamente, se apreto