Achernar, de un diametro solo tres veces y media mayor que el del Sol, alumbraba como doscientos ochenta soles y era una estrella azul, de indescriptible brillo, perteneciente a la clase espectral B 5. Despues de hacer la grabacion, la nave cosmica se habia alejado. Debieron de transcurrir decenas de anos en viaje… Otro astro, un lucero verde de la clase S, surgio en la pantalla. Se agrandaba y su luz se hacia mas intensa a medida que aquella astronave de un mundo ajeno se iba acercando a ella. Mven Mas penso que su verde fulgor seria mucho mas bello a traves de una atmosfera. Y como en respuesta a su pensamiento, aparecio en la pantalla la superficie de un nuevo planeta.

Las fotografias habian sido tomadas con intervalos, y por ellas no se advertia la aproximacion al planeta. Ante los espectadores alzose de pronto un pais de altas montanas envueltas en todos los matices imaginables de luz verde: las sombras verdinegras de profundas quebradas y escarpadas vertientes, el verde azulado y el verde lilaceo de las rocas y de los iluminados valles, el aguamarina de la nieve en las cumbres y en las mesetas, el amarillo verdoso de los sectores calcinados por el ardiente astro…

Riachuelos de malaquita corrian abajo hacia los invisibles lagos y mares que se ocultaban tras las cordilleras.

Mas alla, cubierta de redondas colinas, extendiase una llanura hasta el mismo mar, que parecia de lejos una reluciente plancha de hierro verde. Arboles azules erguian su revuelto y espeso follaje, engalanabanse los calveros con franjas purpureas y brillantes manchones de desconocidos arbustos y hierbas. Y de la hondura del cielo amatista brotaban, en poderoso torrente, haces de rayos de oro verdoso. Los habitantes de la Tierra permanecian inmoviles, pasmados. Mven Mas buceaba en su insondable memoria para determinar exactamente la situacion del astro verde.

«Achernar, la Alfa de Eridano, a gran altura en el cielo austral, cerca del Tucan.

Distancia: 21 parsecs… El regreso de la astronave con esa misma tripulacion es imposible», se sucedian rapidos los agudos pensamientos.

La pantalla se apago, y parecio raro el aspecto de aquella sala recoleta, acondicionada para las meditaciones y asambleas de los moradores de la Tierra.

— Esa estrella verde — resonaron de nuevo las palabras del presidente —, cuyas rayas espectrales denotan abundancia de circonio, es un poco mayor que nuestro Sol — y Grom Orm enumero las coordenadas del astro rico en circonio.

«Su sistema — continuo — comprende dos planetas gemelos que giran el uno frente al otro, a una distancia de la estrella correspondiente a la energia que recibe del Sol la Tierra.

«El espesor de la atmosfera, su composicion y la cantidad de agua coinciden con las condiciones terrestres. Tales son los datos preliminares de la expedicion del planeta ZR519. Estas informaciones atestiguan la ausencia de vida superior en los planetas gemelos. La vida superior, pensante, transforma la naturaleza hasta tal punto, que su existencia se advierte incluso con una observacion superficial efectuada desde una astronave en vuelo a gran altura. Es de suponer que esa vida no haya podido desarrollarse alli o que todavia no haya empezado a hacerlo. Y ello es una excepcional suerte. Pues si hubiera alli vida superior, el mundo de la estrella verde estaria cerrado para nosotros. Hace mas de tres siglos, el ano 72 de la epoca del Circuito, nuestros antepasados iniciaron ya el estudio de la cuestion de poblar los planetas donde existiera vida superior pensante, aunque no hubiese alcanzado el nivel de nuestra civilizacion.

Entonces se decidio que toda irrupcion en semejantes planetas conduciria inevitablemente a actos de violencia, a causa de la profunda incomprension.

«Nosotros sabemos ahora cuan grande es la diversidad de los mundos de nuestra Galaxia: estrellas azules, verdes, amarillas, blancas, rojas, anaranjadas; todas ellas contienen hidrogeno y helio, mas, por la diferente composicion de sus nucleos y envolturas, se denominan carbonicas, cianicas, de titanio, de circonio; se diferencian por el caracter de sus radiaciones y por sus temperaturas, elevadas o bajas, asi como por los elementos que integran su atmosfera y sus nucleos. Encontramos los planetas mas diversos, que difieren unos de otros tanto por sus volumenes, la densidad, la composicion y el espesor de sus respectivas atmosferas e hidrosferas, como por su distancia al astro y condiciones de rotacion. Sabemos ademas otra cosa: que nuestro planeta, con su superficie cubierta de agua en el 70 % y su proximidad al Sol, que vierte sobre ella un poderoso torrente de energia, constituye una base excepcional de una pujante vida, rica en biomasa y abundante en transformaciones continuas.

«Por ello la vida se ha desarrollado en nuestra Tierra mas de prisa que en otros mundos donde estaba encadenada por la falta de agua y de energia solar o por una litosfera reducida. Y mas rapidamente que en planetas demasiado ricos en agua. Hemos visto, en transmisiones por el Circuito, la evolucion de la vida en planetas muy inundados, de una vida que trepaba desesperadamente por los tallos de las plantas que emergian de las eternas aguas.

— En nuestro planeta, rico en agua, la superficie continental es tambien relativamente pequena para la acumulacion de energia solar por las plantas alimenticias, por la madera o, simplemente, por instalaciones termoelectricas.

«En periodos antiquisimos de la historia del globo terraqueo, la vida se desarrollaba con mas lentitud en los pantanos de las tierras bajas del periodo paleozoico que en los altos continentes del neozoico, cuando se luchaba no solo por el alimento, sino por el agua.

«Sabemos que para una vida exuberante, llena de pujanza, se requiere una correlacion determinada, lo mas conveniente posible, entre las aguas y las tierras y que nuestro planeta esta cerca de ese coeficiente optimo. Tales planetas no son muchos en el Cosmos, pero cada uno de ellos constituye un valiosisimo tesoro para nuestra humanidad, como nuevo terreno donde establecerse y proseguir su perfeccionamiento.

«Hace ya mucho que la humanidad dejo de temer la superpoblacion, que asustara en un tiempo a nuestros antepasados. E incesantemente, tendemos afanosos hacia el Cosmos, ensanchando cada vez mas la zona para la instalacion de las gentes, pues ello es tambien avance, ley inevitable del progreso. Las dificultades para asimilar planetas muy distintos de la Tierra por sus condiciones fisicas eran tan grandes, que hizo nacer en el pasado la idea de establecer a los hombres en el Cosmos mediante enormes ingenios, semejantes a sputniks, pero mucho mayores. Vosotros no ignorais que uno de tales islotes artificiales fue construido en visperas de la epoca del Circuito. Me refiero al Nadir, situado a dieciocho millones de kilometros de la Tierra. Alli vive todavia una pequena colonia… Pero la ineptitud de aquellos angostos receptaculos, demasiado pequenos para la vida humana, era tan evidente, que ahora sorprende la ingenuidad de nuestros antepasados, pese a la audacia de su proyecto en el aspecto tecnico.

«Los planetas gemelos de la estrella verde circonica son muy semejantes al nuestro.

No son aptos o presentan grandes dificultades de adaptacion para los febles habitantes del planeta ZR519 que los han descubierto. Por ello se han apresurado a transmitirnos estas informaciones, como hacemos nosotros con nuestros descubrimientos. La estrella verde se encuentra a una distancia de la Tierra que no ha salvado ninguna de nuestras astronaves. Alcanzando sus planetas, nos adentramos lejos en el Cosmos. Y nos adentraremos no encerrados en el reducido mundillo de un ingenio artificial, sino sobre la firme base de unos grandes planetas lo bastante espaciosos para organizar una vida comoda y una potente tecnica. Esta es la causa de que me haya extendido en detalles acerca de los planetas de la estrella verde, recabando vuestra atencion sobre ellos. Los considero de excepcional importancia a los efectos de las investigaciones. La distancia de setenta anos-luz es accesible para una astronave del tipo del Cisne, ?y tal vez proceda enviar la 38a expedicion precisamente a Achernar!

Grorn Orm callo y, despues de dar vuelta a una manija que habia en el pupitre de la tribuna, volvio a su sitio.

En el lugar que ocupara hacia un momento el presidente del Consejo, alzose ante los espectadores una pequena pantalla, en la que aparecio, de medio cuerpo, la maciza y atletica figura de Dar Veter, que muchos conocian bien. El ex director de las estaciones exteriores, acogido por las silenciosas aclamaciones de las luces verdes, sonrio al auditorio.

— Dar Veter se encuentra actualmente en el desierto radiactivo de Arizona — explico Grom Orm —, desde donde se lanzan cohetes a una altura de cincuenta y siete kilometros para reconstruir el sputnik. Quiere deciros su opinion como miembro del Consejo.

— Propongo la solucion mas sencilla — expandiose una voz alegre, a la que el aparato transmisor portatil daba sonoridad metalica —. Que no se envie una expedicion, ?sino tres!

Los miembros del Consejo y el publico quedaron pasmados de sorpresa. Dar Veter, que no era orador, no

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