vayamos. No le importaria que hubiera algunas deserciones; «si quieren irse no tengo la menor intencion de retenerles», eso es lo que dijo. Pero le preocupa que el descontento se extienda al resto de la tripulacion.
De modo que esta acelerando la construccion del escudo. Ahora que el sistema es completamente automatico y que funciona sin problemas, planeamos hacer dos izados diarios en vez de uno. Si sale bien, podremos marcharnos dentro de cuatro meses. Esto aun no ha sido anunciado. Confio en que no habra protestas cuando llegue el momento, ni por parte de los nuevos thalassanos ni de nadie.
Hay otro asunto, que puede carecer por completo de importancia, pero que encuentro fascinante. ?Recuerdas que, cuando nos veiamos al principio, soliamos leernos historias el uno al otro? Era una manera maravillosa de llegar a conocer como vivia y pensaba la gente hace miles de anos… mucho antes de que existieran las grabaciones sensoriales, o incluso las de video…
Una vez me leiste — no tenia el menor recuerdo consciente de ello — una historia sobre una gran montana de Africa con un nombre extrano: Kilimanjaro. Lo he consultado en los archivos de la nave, y ahora entiendo por que me ha estado persiguiendo.
Parece que habia una caverna en lo alto de la montana, sobre el limite de las nieves perpetuas, y en esa caverna estaba el cuerpo helado de un gran gato cazador: un leopardo. Ese es el misterio; nadie supo jamas que hacia el leopardo a tal altitud, tan lejos de su territorio habitual.
Ya sabes, Evelyn, que siempre me enorgullecia (?muchos decian que me envanecia!) de mis poderes intuitivos. Bien, pues me parece que algo asi esta sucediendo aqui.
No una vez, sino varias veces, ha sido detectado un animal marino grande y poderoso a mucha distancia de su habitat natural. Recientemente, fue capturado el primero; es una especie de enorme crustaceo, como los escorpiones de mar que en un tiempo vivieron en la Tierra.
No estamos seguros de que sean inteligentes, y tal vez sea esta una cuestion sin importancia. Sin embargo, si son animales sociales altamente organizados, con tecnologias primitivas… aunque puede que esa sea una palabra demasiado fuerte. Por lo que hemos descubierto, no demuestran tener mayores habilidades que las abejas, las hormigas o las termitas, pero su escala de operaciones es distinta, y muy impresionante.
Lo mas importante es que han descubierto los metales, aunque, al parecer, solo los usan como ornamentos, y su unica fuente de abastecimiento es lo que pueden robarles a los thalassanos. Ya lo han hecho varias veces.
Y hace poco, un escorpio se arrastro por el canal hasta el corazon de nuestra planta congeladora. La ingenua suposicion fue que iba buscando comida. Pero habia mucha en el lugar del que procedia, al menos a cincuenta kilometros de distancia.
Quiero saber que estaba haciendo aquel escorpio tan lejos de su hogar; creo que la respuesta puede ser muy importante para los thalassanos.
Me pregunto si lo descubriremos antes de que empiece el largo sueno hasta Sagan Dos.
40. Confrontacion
En el mismo instante en que el capitan Bey entro en el despacho del presidente Farradine, supo que algo iba mal.
Normalmente, Edgar Farradine le saludaba llamandole por el nombre de pila y, de forma inmediata, sacaba la garrafa de vino. En esta ocasion, no hubo ningun «Sirdar», ni vino, pero al menos le ofrecio una silla.
— Acabo de recibir unas noticias inquietantes, capitan Bey. Si no le importa, me gustaria que se nos uniera el primer ministro.
Era la primera vez que el capitan oia al presidente ir directamente al grano (cualquiera que fuese este), y tambien era la primera vez que se encontraba con el PM en el despacho de Farradine.
— En tal caso, senor presidente, ?puedo pedirle al embajador Kaldor que se una a mi?
El presidente vacilo solo un momento; luego, respondio:
— Desde luego.
El capitan se sintio aliviado al ver una sombra de sonrisa, como en reconocimiento de esta sutileza diplomatica. Los visitantes podian ser superiores en rango; pero no en numero.
El primer ministro Bergman, como el capitan Bey sabia perfectamente, era el que ostentaba el poder autentico. Bajo el PM estaba el gabinete, y bajo el gabinete estaba la Constitucion Tipo Tres de Jefferson. El esquema habia funcionado bien durante los ultimos siglos; el capitan Bey tuvo el presentimiento de que dicho esquema estaba a punto de sufrir una perturbacion importante.
Kaldor fue rapidamente rescatado de la senora Farradine, que le estaba utilizando como conejillo de indias para someter a prueba sus ideas para redecorar la mansion presidencial. El primer ministro llego pocos segundos despues, con su habitual expresion inescrutable.
Cuando todos estuvieron sentados, el presidente se cruzo de brazos, se recosto en su adornada silla giratoria y lanzo una mirada acusadora a sus visitantes.
— Capitan Bey… Doctor Kaldor… Hemos recibido una informacion sumamente inquietante. Nos gustaria saber si hay algo de verdad en la noticia de que ahora pretenden ustedes finalizar su mision aqui… y no en Sagan Dos.
El capitan Bey sintio una gran sensacion de alivio, seguida al instante por otra de asombro. Debia de haber una grave brecha en la seguridad; habia confiado en que los thalassanos jamas sabrian nada de la peticion ni del Consejo de la nave… aunque quizas eso era esperar demasiado.
— Senor presidente… Senor primer ministro… Si han oido un rumor asi, puedo asegurarles que es absolutamente falso. ?Por que creen que estamos izando seiscientas toneladas de hielo diarias para reconstruir nuestro escudo? ?Nos molestariamos en hacerlo si planearamos quedarnos aqui?
— Tal vez. Si, por alguna razon, cambiaran de opinion, veo dificil que nos alertasen suspendiendo las operaciones.
La veloz replica sorprendio momentaneamente al capitan; habia subestimado a aquellas amigables personas. Luego comprendio que ellos — y sus computadoras — debian de haber analizado ya todas las posibilidades mas obvias.
— Cierto, pero quisiera decirles (es algo todavia confidencial y no ha sido anunciado) que planeamos doblar el ritmo de izado para acabar el escudo mas rapidamente. Lejos de quedarnos, tenemos intencion de marcharnos antes. Esperaba poder informarles de ello en circunstancias mas agradables.
Incluso el primer ministro no pudo ocultar por completo su sorpresa; el presidente ni siquiera lo intento. Antes de que pudieran recuperarse, el capitan Bey reanudo el ataque:
— Y es justo, senor presidente, que nos de pruebas de acusacion. De otro modo ?como podemos refutarla? El presidente miro al primer ministro. El primer ministro miro a los visitantes.
— Me temo que es imposible. Eso revelaria nuestras fuentes de informacion.
— Entonces, estamos en un punto muerto. No podremos convencerles hasta que nos marchemos… dentro de ciento treinta dias contando a partir de hoy, segun el programa corregido.
Hubo un silencio pensativo y bastante triste; luego, Kaldor dijo en voz baja:
— ?Puedo mantener una breve charla en privado con el capitan Bey?
— Por supuesto.
Mientras se marchaban, el presidente le pregunto al primer ministro:
— ?Dicen la verdad?
— Kaldor no mentiria; estoy seguro de ello. Pero puede que no conozca todos los hechos.
No tuvieron tiempo de continuar la conversacion antes de que los componentes de la otra parte volvieran para hacer frente a sus acusadores.
— Senor presidente — dijo el capitan—, el doctor Kaldor y yo coincidimos en que hay algo que deberiamos contarles. Esperabamos que no se divulgase; era embarazoso y creiamos que el asunto habia quedado zanjado. Posiblemente, estabamos equivocados; en tal caso, puede que necesitemos su ayuda.
Resumio brevemente las actividades del Consejo y los hechos que habian conducido a ellas, y concluyo:
— Si lo desean, estoy dispuesto a mostrarles las grabaciones. No tenemos nada que ocultar.