moderacion. Los hombres eran escasos. No comprendiendo lo que habia ocurrido, los acusados habian, como es logico, seguido a sus jefes. Finalmente llegamos a un acuerdo. Mi tio leyo el veredicto a los acusados reunidos.
— Julio Levrain: se os considera culpable de asesinato, rapto y violencias con premeditacion. Sois condenado a muerte por la horca. La sentencia es ejecutiva dentro de la hora proxima.
El bandido mantuvo su apostura, pero palidecio horriblemente. Un murmullo recorrio la fila de los acusados.
— Enrique Beltaire: se te considera inocente de toda actividad nefasta para la comunidad. Pero como no hiciste nada para prevenirnos…
— No podia de ninguna manera.
—?Silencio! Repito: como no nos has prevenido, seras clasificado como ciudadano inferior, sin derecho a voto, hasta que, por tu condena, te hayas rehabilitado.
—?Aparte de esto, soy libre?
— Si, como todos nosotros. Pero si quieres permanecer en el pueblo, habras de trabajar.
—?No pido mas!
— Ida Honneger: Se te reconoce inocente. Pero seras inelegible durante diez anos.
— Magdalena Ducher: nada existe contra usted exceptuando una dudosa moralidad y relaciones, digamos sentimentales — risas entre el publico—, con los principales criminales. ?Silencio! Queda privada de todo derecho politico y afectada al servicio de cocina.
— Los demas: sois condenados a trabajos forzados por un periodo de tiempo que no podra exceder de cinco anos terrestres, que podreis reducir por vuestra conducta. Quedais privados a perpetuidad de todo derecho politico, salvo destacada actuacion en beneficio de la comunidad.
Se produjo una ola de alegria en el grupo de acusados, que temian ser castigados con, mayor dureza.
— Sois unos tipos formidables — nos grito Biron.
— Se levanta la sesion. Conducid a los condenados.
El senor cura, fue al encuentro de Levrain, a peticion de este. Los espectadores, unos aprobatorios, otros furiosos, se dispersaron. Yo descendi del estrado, dirigiendome hacia Beltaire. Le encontre que estaba consolando a Ida.
— Bien — dije a mi tio—. Ahora comprendo por que se defendian tanto mutuamente.
—?Donde vas a alojarte? La Ducher ira a la cocina lo quiera o no. Para ti es distinto. No puedes ni sonar en volver al castillo, sera destruido y a la merced de la hidras. Por aqui la habitacion es escasa, con todas estas casas derruidas. Sera menester tambien buscarte un trabajo. La ley ahora prohibe la pereza.
—?Donde esta esta ley? — pregunto Ida—. Queremos ser buenos ciudadanos. Y para ello debemos conocerla.
—?Ay, senorita! No esta todavia redactada. Hay todo un monton de textos en los procedimientos verbales y sesiones del Consejo. Por cierto, ?no eres jurista?
— Acababa de terminar mi segundo ano.
— He aqui un trabajo hecho a la medida para ti. Tu redactaras nuestro Codigo. Hablare de ello en el Consejo. En cuando a ti — dijo a Beltaire— te tomo conmigo. Me ayudaras en el trabajo de ministro de Minas. Con tu formacion cientifica seras muy pronto un excelente perito. Notas: alimentacion en la cantina y un techo, como el mio, sobre tu cabeza.
Miguel se unio a nosotros.
— Si quieres contratar a Beltaire, llegas tarde, acabo de hacerlo.
— Tanto peor. Tomare a mi hermana. La astronomia tendra que aguardar. Por cierto, que ha bajado con Menard. Nos va a explicar sus teorias esta noche.
Observe a Helios en lo alto.
— Queda tiempo, pues. Oye, Miguel, ?le molestaria a tu hermana compartir su alojamiento con esta joven, en espera de que le encontremos otra cosa?
— Aqui esta. Puedes preguntarselo.
— Hazlo por mi. ?Me intimida el astronomo que hay en tu hermana!
— Te equivocas. ?Es una chica estupenda, y que te tiene mucha simpatia!
—?Y tu que sabes?
— Ella me lo dice muy a menudo.
Y marcho riendose.
II — LA ORGANIZACION
Por la tarde la Academia de Ciencias de Telus se reunio en la sala de la escuela. Menard iba a hacer su comunicacion. Estaban presentes Miguel y Martina, Massacre, Vandal, Breffort, mi tio, los ingenieros, el senor cura, el maestro, Enrique e Ida, Luis, mi hermano, yo mismo, y algunos curiosos. Menard subio a la tribuna.
— Voy a explicaros el resultado de mis observaciones y calculos. Nos encontramos, como todos sabeis en otro mundo. Llamemosle Telus, ya que este nombre ha prevalecido. Su Ecuador debe aproximarse a los 50.000 km. La intensidad de la gravedad en la superficie es de unos 0,9 g. terrestres; Telus posee tres satelites a unas distancias que no conozco todavia con precision. A unos 100.000 kilometros el menor de ellos, Febo, que nos parece el mayor. A 530.000 kms. Selenio, mayor que nuestra antigua Luna y a unos 780.000 km. Artemis, en realidad tres veces mayor. Yo crei al principio que nos encontrabamos ante un sistema de doble astro solar. Nada de esto. En realidad Sol, el pequeno sol rojo, no es mas que un gran planeta exterior, todavia en estado estelar. Pero mas alla, se situan aun otros planetas que giran alrededor de Helios y no de Sol. Por otra parte, este posee al menos once satelites. De momento nos hallamos en un regimen de oposicion: cuando Helios se pone, Sol se levanta. Pero dentro de un tiempo, quizas un cuarto de ano de Telus, nos encontraremos en cuadrante. Tendremos entonces ya los dos soles simultaneamente, ya uno solo, o ninguno, lo cual sera mas comodo para las observaciones — termino con satisfaccion.
«Los dias y las noches son, y permanecen, iguales. Estamos, pues, en un planeta cuyo eje esta muy poco inclinado con relacion al plano de su orbita. Como, por otra parte, la temperatura es moderada, creo que debemos estar situados hacia los 45° de latitud Norte. Admitiendo la hipotesis de una oblicuidad nula, la latitud del observatorio seria de 45° 12 minutos.
«Voy a comunicaros la unica hipotesis, no demasiado absurda, que he conseguido montar. La idea junto con otra, la tuve en las horas que siguieron a nuestra llegada.
«Sabeis sin duda que ciertos astronomos consideran al Universo como una hiperesfera (o mejor, un hiperesferoide) de cuatro dimensiones, curvo y espeso segun la ultima de ellas, con el grueso de una molecula, flotando en un hiperespacio que no podemos concebir mas que muy vagamente y por analogia. La mayoria de los tecnicos consideran incluso que fuera del compuesto Espacio-Tiempo no existe nada, ni el vacio, pues el vacio pertenece al espacio. Esta concepcion me habia parecido siempre muy pobre y ahora, en cambio, creo tener la prueba de lo contrario. Segun esta teoria, habria en el hiperespacio una multitud de hiperesferas-universos flotando, como lo harian en esta habitacion unos cuantos globos infantiles. Tomemos dos de estos globos. Uno es nuestro viejo Universo, perdido en su inmensidad, con nuestra Galaxia y nuestro sistema solar. El otro es el Universo que comprende a Telus, en su propia galaxia. Por una razon desconocida estos universos chocaron. Hubo una interpenetracion parcial de los dos compuestos, y Telus y la Tierra se encontraron en el mismo lugar, a la vez en ambos universos. Por causas, igualmente desconocidas, un fragmento de Tierra fue captado por el nuevo universo: puede ser que Telus perdiera tambien algunas plumas en el encuentro, y nuestros amigos terrestres esten a la caza de la hidra por las llanuras del Rodano. Existe una suposicion cierta, que los dos universos estaban animados de una velocidad sensiblemente igual y del mismo sentido, como tambien eran aproximadamente iguales las velocidades en sus respectivas orbitas. Sin ello es poco probable que hubieramos sobrevivido. Es lo que explica tambien, que la mision interplanetaria en la que figuraba el primo de Juan Bournat, aqui presente, pudiera sospechar el cataclismo por el lado de Neptuno, y ganarlo por velocidad en su regreso hacia la Tierra. Es posible que los planetas exteriores de nuestro antiguo sistema solar, hayan sido aspirados, en este universo, y en este caso me divierto pensando la cara que deben poner mis colegas de la Tierra. Pero no lo creo probable.