Hardy mostro su irritacion por verse interrumpido.

—El alcalde Bentley Allen esta al frente de la central nuclear de San Joaquin, pero no conozco los detalles. La cuestion, Randall, es que la Nueva Hermandad solo disponia de unos doscientos hombres para atacar la central. Eran pocos, el ataque no tuvo exito y no lo repitieron.

Harvey miro a Maureen, que estaba guardando el termo, la miel y el azucar moreno en un maletin. Se habia enterado de la lucha en la central nuclear, pero no habia reaccionado como si hubiera podido perder a alguien alli.

—?Ha habido bajas? —pregunto Harvey.

—Ligeras. Un muerto, un miembro de la policia del alcalde, y tres heridos, no se de cuanta gravedad. Ninguno de ellos era de los nuestros.

—Humm. Buenas noticias de todas partes. Conocia a Bentley Allen —explico Harvey—. Sabia que el dia del desastre estaba en su puesto, en el centro de Los Angeles. ?Es extraordinario que haya podido sobrevivir! Sin embargo es curioso como suponemos que todo el mundo que no esta en la fortaleza debe haber muerto.

Al, Maureen y el senador le miraron seriamente.

—No, no es tan divertido —rectifico Harvey—. Asi que doscientos tipos de la Nueva Hermandad han atacado la central nuclear. Eso significa... ?Que significa? —Harvey siguio aquel pensamiento hasta una conclusion que no le gustaba—. Pensaron que la central caeria facilmente y enviaron el grueso de su fuerza a algun otro lugar. ?Aqui? Claro. ?Donde iba a ser? Antes de que podamos prepararnos.

Hardy asintio, apretando los labios, en un gesto de disgusto.

—Maldita sea, hicimos lo que pudimos.

—Yo estaba al mando —dijo Jellison.

—Si, senor, pero yo debi haber pensado en esto. Solo nos ocupamos de prepararnos para el invierno. Nunca tuvimos tiempo de pensar en la defensa.

—Si que lo hicimos —dijo Harvey—, pero no podiamos esperar que todo un ejercito apareciera por el valle de San Joaquin.

—?Por que no? —pregunto Hardy—. Yo debi haberlo supuesto. Pero no lo hice y ahora todos tenemos que pagar por mis errores.

—Mire —insistio Harvey—. Si no nos hubiera hecho trabajar para tener comida, no habria nada por lo que luchar. No tiene que...

El receptor de radio al lado de Eileen sono en aquel momento. La voz juvenil y chillona de Alice Cox les llego claramente. Se notaba que estaba asustada, pero todas sus palabras eran inteligibles.

—Senador, soy Alice.

—Adelante, Alice —dijo Eileen por el microfono.

—El senor Wilson informa que estan sufriendo un fuerte ataque —dijo Alice Cox—. Son muchos, centenares. El senor Wilson dice que son mas de quinientos, y que no puede contenerles. Ahora esta haciendo salir a sus hombres, y quiere instrucciones.

—Maldita sea —dijo Harvey Randall.

—Digale que les daremos ordenes dentro de cinco minutos —ordeno el senador.

Eileen asintio.

—Alice, ?pueden esperar cinco minutos?

—Creo que si. Se lo dire al senor Wilson.

—No parece sorprendido —dijo Harvey—. ?Ya lo sabia?

—?Sorprendido? No. Habia confiado en que la Nueva Hermandad esperaria hasta que se agotara su plazo, pero no me ha sorprendido que no lo hayan hecho.

—?Que vamos a hacer ahora? —pregunto Harvey.

Al Hardy se inclino sobre los mapas.

—Lo hemos estado haciendo desde que recibimos su ultimatum. He hecho que todos los hombres no imprescindibles para el trabajo de Forrester excavaran en estas colinas. —Senalo las lineas trazadas a lapiz en el mapa—. El jefe de policia Hartman y los suyos han trabajado ahi estos dos ultimos dias. George Christopher no regresara antes de tres. Confiamos en que traera refuerzos, pero no podemos contar con ello. Los hombres de Hartman estan agotados y no se encuentran en condiciones para excavar. Supongo que las superarmas de Forrester no estan terminadas.

—No —dijo Harvey—. Esperaba disponer de una semana mas.

—No tendremos tanto tiempo —musito Jellison.

Al Hardy asintio.

—Harvey, usted ha estado trabajando todo el dia, pero no excavando ahi fuera como los hombres de Hartman. Y alguien tiene que ir para hacernos ganar algun tiempo.

Harvey habia esperado aquello.

—Se refiere a mi. —Vio que Maureen se habia detenido, con el maletin lleno de miel y hierbas en la mano. Cerro la puerta, sin salir, y se quedo mirando a los hombres—. Es hora de que me gane el sustento —anadio Harvey.

—Mas o menos —dijo Jellison. Miro a Maureen—. ?Era importante lo que tenias que decirle?

Ella asintio.

—Puedes hablar con el antes de que se marche, dentro de una hora.

—Gracias —dijo Maureen, abriendo la puerta—. Ten cuidado, Harvey. Por favor —anadio antes de salir.

—Le dare algunos hombres —dijo Al Hardy con su tono firme habitual; ahora que la decision estaba tomada volvia a ser el funcionario eficiente. Harvey penso que le gustaba mas cuando parecia preocupado—. No son los mejores que tenemos. Me temo que aun son ninos.

—Hombres sacrificables —dijo Harvey Randall en tono neutro.

—Si es preciso.

Harvey penso que lo peor de todo era que resultaba logico. No pueden destinarse los mejores hombres a ganar tiempo. Los mejores se dedican a las trincheras, y se envian fuera aquellos de los que se puede prescindir. ?Hardy podia prescindir de el! Y la fortaleza tambien...

—No esperamos milagros —dijo el senador Jellison—. Pero es importante.

—Desde luego —dijo Harvey.

—Vaya en su furgon —dijo Hardy—. Dentro hemos instalado el transmisor de radio. Lleve tambien un camion cargado de equipo y haga que ganemos algun tiempo. Dias, a ser posible, o al menos horas. Como ha dicho el senador, no esperamos milagros. La gente de Deke se retirara luchando. Volaran los puentes y quemaran todo cuanto puedan en su camino. Vaya a encontrarse con ellos. Lleve sierras de cadena, dinamita y el torno en el furgon, para destrozar la carretera.

—Haga que tengan que ir a pie —dijo Jellison—. Que la Nueva Hermandad no pueda usar vehiculos. Destroce esas carreteras. Eso nos dara un dia de margen, tal vez mas.

—?Y cuanto tiempo estare fuera? —pregunto Harvey.

Jellison se echo a reir.

—No puedo pedirle que se quede sentado por ahi hasta que le maten. Tal vez lo hiciera, si creyese que usted lo aceptaria... No importa. Deje pasar a la gente de Deke, luego vuelva a casa, y tarde tanto como puede en regresar. A menos que usted tenga una idea mejor.

Harvey meneo la cabeza. Ya habia intentado pensar algo mejor.

—?Lo hara? —pregunto Hardy abruptamente, como si tratara de descubrir si Harvey mentia.

—Si —respondio Harvey en tono irritado.

—Muy bien —dijo Hardy—. Eileen, envia el mensaje a Deke. Esta en marcha la operacion tierra calcinada.

Las fuerzas de Randall consistian en una docena de muchachos, el mayor de los cuales tendria diecisiete anos, dos muchachas, Harvey Randall y Marie Vanee.

—?Que diablos haces aqui? —le pregunto Harvey a Marie.

Ella se encogio de hombros.

—En estos momentos no necesitan una cocinera. —Estaba equipada para ir de excursion, con botas, gorro con orejeras y varias prendas de abrigo todas cubiertas por una chaqueta llena de bolsillos. Llevaba un rifle con

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