tuberia pasa lo mismo. Se tienen que colocar en el lugar preciso, o como mucho lanzarlas al objetivo, y hasta aquellas que se pueden lanzar con la honda —fabricadas del tamano apropiado para tal efecto— resultan poco precisas y lentas. Tambien se me pasan por la cabeza cosas horribles que pueden ocurrir empleando la honda; las bombas de honda tienen que llevar una mecha muy corta para que detonen al poco de llegar al blanco y no te las puedan lanzar de vuelta, y ya me he salvado un par de veces por los pelos con un par de ellas que detonaron cuando acababan de salir de la honda.

He experimentado con armas, por supuesto, tanto con armas de lanzamiento de proyectiles como con morteros caseros que pueden alojar una bomba de honda, pero eran muy rudimentarias, peligrosas y lentas, y con bastante tendencia a explotar.

Una escopeta de repeticion seria ideal, aunque yo me conformaria con un rifle del 22, pero una ballesta me haria el apano. Quiza algun dia pueda ingeniarme algun modo de sortear mi inexistencia oficial y solicitar yo mismo una pistola, aunque en tal caso, y considerando todas las cosas, tal vez no me concederian la licencia. Ah, si estuviera en America, pienso a veces.

Estaba introduciendo en el registro las bombas de gasolina, que llevaba un tiempo sin inspeccionar para comprobar la evaporacion, cuando sono el telefono. Mire mi reloj, sorprendido por lo tarde que era: casi las once. Corri escaleras abajo hasta el telefono y pude oir a mi padre saliendo de su habitacion cuando pase por delante.

—Porterieil 531. —Sonaron unos pitidos.

—Jodete. Frank, tengo ampollas en los pies de tanto andar. ?Como esta mi pequeno rufian?

Mire el auricular, despues alce la vista hasta mi padre, que estaba apoyado en la barandilla de la escalera en el piso de arriba remetiendose la camisa de su pijama en los pantalones. Conteste al telefono:

—?Si.Jamie, que haces llamandome tan tarde?

—?Como…? Ah, tienes al viejo a tu lado, ?no? — dijo Eric—. Dile que es una pustula de pus efervescente, de mi parte.

—Jamie te manda recuerdos —le dije en voz alta a mi padre, que se dio la vuelta y regreso a su habitacion. Oi como se cerraba la puerta. Volvi a ponerme al telefono—. Eric, ?en donde estas ahora?

—Ah, mierda, no pienso decirtelo. Adivinalo.

—Bueno. Pues no tengo ni idea… ?Glasgow?

—?Ja, ja, ja, ja, ja! —se desternillaba Eric. Yo aprete el plastico del telefono con todas mis fuerzas.

—?Como estas? ?Estas bien?

—Estoy bien. ?Y tu?

—Fenomenal. Dime, ?como estas comiendo? ?Tienes dinero? ?Haces auto-stop, o que? Te estan buscando, ya sabes, pero todavia no ha salido nada en las noticias. No habras… —me contuve antes de decir algo que considerara una alusion directa.

—Estoy bien. ?Me como perros! ?Je, je, je!

Yo refunfune.

—Oh, vaya, ?no me digas?

—?Que voy a comer si no? Es fabuloso, mi pequeno Frankie; no salgo de los campos y los bosques y camino mucho y hago auto-stop y cuando llego cerca de un pueblo busco un perro rollizo y jugoso y me hago amigo de el y me lo llevo al bosque y despues lo mato y me lo como. ?Hay algo mas facil? Me encanta la vida al aire libre.

—Pero los asas, ?no?

—Pues claro que los aso, no seas jodido —dijo Eric indignado—. ?Por quien me tomas?

—?Y eso es lo unico que comes?

—No. Tambien robo cosas. Hurto en las tiendas. Es tan facil… Robo cosas que no puedo comerme, solo por joder. Cosas como tampones y plastico para forrar armarios de cocina y bolsas de patatas fritas tamano familiar y cien palillos para coctel y doce velitas para tartas de cumpleanos de colores variados y marcos de fotografias y fundas para el volante del automovil de piel falsa y barras para toallas y suavizante para lavadora y ambientadores de doble accion para acabar con esos olores que impregnan la cocina y lindas cajitas para guardar fruslerias y paquetes de cintas de audio y tapones de gasolina bloqueables para el coche y liquido para limpiar discos y agendas de telefonos revistas para adelgazar agarradores para cazos calientes paquetes de etiquetas con nombres pestanas artificiales cajas de maquillaje mezcla anti-tabaco relojes de juguete…

—?No te gustan las patatas fritas? —le interrumpi rapidamente.

—?Como? —Sonaba confundido.

—Has mencionado bolsas de patatas fritas tamano familiar como algo que no te comerias.

—Por el amor de Dios, Frank, ?acaso consideras las bolsas de patatas fritas tamano familiar como algo que tu puedes comer?

—?Y como te mantienes? —dije rapidamente—. Me refiero a que debes de estar durmiendo al relente. ?No iras a coger un resfriado o algo asi?

—No duermo.

—?Como que no duermes?

—Por supuesto que no. Uno no necesita dormir. Eso es simplemente un rollo que te cuentan para mantenerte controlado. Nadie necesita dormir; te ensenan a dormir cuando eres un nino. Si tienes suficiente fuerza de voluntad puedes superarlo. Yo he superado la necesidad de dormir. Ahora nunca duermo. Asi resulta mucho mas facil mantenerte alerta y estar seguro de que nadie te va a saltar encima, y tambien puedes seguir avanzando. No hay nada como seguir avanzando. Te conviertes en una cabra.

—?En una cabra? —Ahora si que estaba confundido.

—Deja de repetir lo que digo, Frank —le oi poner mas monedas en el telefono publico—. Ya te ensenare a no dormir cuando vuelva.

—Gracias. ?Cuando crees que llegaras?

—Tarde o temprano. ?Ja, ja, ja, ja!

—Oye, Eric, ?por que estas comiendote perros si puedes robar todas esas cosas?

—Ya te lo he dicho, imbecil; esas cosas no se pueden comer.

—Pero entonces, ?por que no robas cosas que puedas comer en lugar de robar cosas que no puedes comer y dejas en paz a los perros? —le sugeri. Ya sabia yo que no era una buena idea; podia oir el tono de mi voz elevandose cada vez mas a medida que iba pronunciando la frase, y aquello siempre era una senal de que me estaba metiendo en alguna clase de lio verbal.

Eric se puso a gritar:

—?Estas loco? ?Que pasa contigo? ?Que estas insinuando? Son perros, ?no? Como si fuera por ahi matando gatos o ratoncillos o pececitos de colores o cosas asi… ?Estoy hablando de perros, majadero! ?De perros!

—No tienes por que gritarme —le dije en tono moderado, a pesar de que estaba empezando a enfadarme —. Solo te preguntaba por que malgastas tiempo robando cosas que no te puedes comer y despues malgastas aun mas tiempo robando perros cuando podrias robar y comer al mismo tiempo, segun parece.

—?«Segun parece»? ?«Segun parece»? ?Que cono estas farfullando? —grito Eric, con su voz estrangulada, como chillona y de contralto.

—Venga, no empieces a gritar —le dije en tono de queja, llevandome la otra mano a la frente, pasandomela por el pelo y cerrando los ojos.

—?Gritare todo lo que quiera! —grito Eric—. ?Por que crees que estoy haciendo todo esto? ?Eh? ?Por que cono crees que estoy haciendo todo esto? ?Se trata de perros, pequeno descerebrado de mierda! ?Es que no te queda cerebro? ?Que ha pasado con el cerebro que te quedaba, pequeno Frankie? ?El gato se te comio la lengua? ?Te he preguntado que si el gato se te comio la lengua!

—No empieces a aporrear el… —dije, aunque en realidad ya me habia apartado el telefono de la cara.

—?Eeeeeeaaarrrggghhh Bllleeeaarrrgggrrllleeeooouurrgghh! —Eric escupio y se atraganto a traves de la linea telefonica y a continuacion siguio el ruido que hacian los golpes del auricular contra las paredes de la cabina. Suspire y volvi a colocar el auricular en su sitio con la maxima delicadeza. Al parecer me resultaba imposible tratar a Eric por telefono.

Volvi a mi cuarto e intente olvidar lo de mi hermano; queria irme pronto a la cama para poder levantarme a tiempo para la ceremonia de bautizo del nuevo tirachinas. Ya pensaria en otra manera mejor de tratar a Eric cuando me quitara eso de encima.

…Como una cabra; ni que lo digas. Vaya lunatico.

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