—Soy Frank. Deja de llamarme Eric.

—Muy bien. Muy bien. Te llamare Frank.

—?Y quien eres tu?

Me quede pensativo.

—?Eric? —dije probando.

—Me acabas de decir que te llamabas Frank.

—Bueno. —Exhale un suspiro y me apoye contra la pared con una mano, meditando lo que podia decir—. Era solo… era solo una broma. Oh, Dios mio, no se. —Frunci el ceno mirando al telefono y me quede esperando a que Eric dijera algo.

—Bueno, Eric —dijo Eric—, ?que noticias tenemos?

—Oh, bueno, nada especial. Anoche sali. Estuve en el pub. ?Me llamaste anoche?

—?Yo? No.

—Ah. Es que papa dice que llamo alguien. Pense que quiza fuiste tu.

—?Por que iba yo a llamar?

—Bueno, pues no se —me encogi de hombros—. Por la misma razon por la que has llamado esta noche. Por lo que sea.

—Bueno, ?y por que crees que he llamado esta noche?

—Pues no se.

—Joder; no sabes por que he llamado, no estas seguro de tu propio nombre, confundes el mio. No estas muy fino, ?verdad?

—Por Dios… —dije mas para mi mismo que para Eric. Podia sentir como la conversacion estaba derivando por el camino equivocado.

—?No vas a preguntarme como estoy?

—Si, si —dije—. ?Como estas?

—Fatal. ?Como estas tu?

—Bien. ?Por que te sientes fatal?

—La verdad es que no te importa.

—Por supuesto que me importa. ?Que te pasa?

—Nada que te importe lo mas minimo. Preguntame cualquier otra cosa, como que tiempo hace, donde estoy o algo asi. Ya se que no te importa como me encuentro.

—Por supuesto que me importa. Eres mi hermano. Es normal que me importe —proteste yo. Justo en ese momento oi como se abria la puerta de la cocina y, segundos despues, aparecio mi padre al pie de las escaleras y, agarrando la bola de madera esculpida en el poste, se quedo mirandome furioso. Alzo la cabeza y la giro ligeramente a un lado para escuchar mejor. Yo me perdi parte de lo que Eric me estaba diciendo y solo pude oir:

—…importa como me sienta. Cada vez que llamo es lo mismo. «?Donde estas?» Eso es lo unico que te importa; no te importa donde esta mi cabeza, solo mi cuerpo. No se por que me tomo la molestia, no se. Mejor seria que no me molestara en llamar.

—Humm. Bueno. Tienes razon —le dije bajando la vista para mirar a mi padre y sonriendo. Seguia alli, inmovil y en silencio.

—?Ves lo que te digo? Eso es todo lo que se te ocurre decir. «Humm. Bueno. Tienes razon». Gracias por tu puta comprension. Eso demuestra lo que te importo.

—De nada. Al contrario —le dije. Me aparte el telefono de la boca y le grite a mi padre—: ?Es Jamie otra vez, papa!

—… no se por que me tomo la molestia de hacer un esfuerzo.

Eric seguia enrollandose al telefono sin, al parecer, percatarse de lo que yo acababa de decir. Mi padre tampoco me hizo mucho caso y se quedo en la misma posicion que estaba, alzando la barbilla.

Yo me pase la lengua por los labios y dije:

—Bueno, Jamie…

—?Como? ?Lo ves? Te has vuelto a olvidar de mi nombre. ?De que sirve todo esto? Eso es lo que me gustaria saber. ?Humm? ?De que sirve? El no me quiere. Pero, tu si que me quieres, ?verdad? ?Eh? Su voz se fue desvaneciendo poco a poco, convirtiendose en un eco; debio de apartarse el telefono de la cara. Sonaba como si estuviera hablando con otra persona dentro de la cabina.

—Si, Jamie, por supuesto. —Sonrei a mi padre, asenti con la cabeza y me pase la mano por debajo de la axila del otro brazo, intentando parecer lo mas relajado posible.

—Tu si que me quieres, ?verdad, carino? Como si tu corazoncito ardiera por mi… —seguia murmurando Eric en la distancia. Yo trague saliva, sonrei y mire a mi padre.

—Bueno, asi son las cosas, Jamie. Esta misma manana se lo decia a mi padre aqui presente. —Le hice un gesto con la mano a mi padre.

—Te estas abrazando de amor por mi, ?verdad, carino?

Entonces senti que mi corazon y mi estomago iban a entrar en colision cuando empece a escuchar un impetuoso jadeo por el telefono que se superponia a los susurros de Eric. Un leve gemido y ciertos sonidos salivares me pusieron la carne de gallina. Me estremeci. Senti una sacudida en la cabeza como si me hubiera echado al coleto un whisky de cien grados. Y seguia oyendose jadeo tras jadeo, gemido tras gemido. Se oyo a Eric pronunciar al fondo unas palabras tranquilizadoras en voz baja. Oh, Dios mio, tenia un perro metido en la cabina. Oh, no.

—?Bueno! ?Oye! ?Oye, Jamie! Dime que te parece —dije en voz alta con desesperacion, preguntandome si mi padre habria notado como se me ponia la piel de gallina. Pense que se me salian los ojos de las orbitas, pero poco podia hacer para remediarlo; estaba intentando por todos los modos que se me ocurriera algo que pudiera llamar la atencion de Eric—. Se me acaba… se me acaba de ocurrir que deberiamos… que deberiamos convencer aWilly de que nos deje probar otra vez su viejo coche, ?sabes?: el Mini con el que se pone a saltar por la arena de vez en cuando. Nos lo pasamos bien aquella vez, ?no? —A esas alturas ya casi no me quedaba voz y tenia la garganta seca.

—?Como? ?De que estas hablando? —sono la voz de Eric de repente, otra vez cerca del telefono. Yo trague y volvi a sonreir a mi padre, cuyos ojos parecian haberse entornado ligeramente.

—Ahora te acuerdas, ?verdad Jamie? Cuando probamos el Mini de Willy. Pues tengo que convencer a mi padre, aqui presente—, susurre estas dos ultimas palabras— de que me compre un coche viejo para poder conducir por la arena.

—Estas diciendo estupideces. Nunca he conducido el coche de nadie por la arena. Te has vuelto a olvidar de quien soy —dijo Eric, que seguia sin oir lo que le estaba diciendo. Aparte la vista de mi padre y me puse a mirar al rincon, suspirando y musitando para mis adentros «Oh, Dios mio», apartado del telefono.

—Si. Si, eso es, Jamie —continue ya sin esperanza—. Mi hermano sigue de camino hacia aqui, por lo que tengo entendido. Yo y mi padre, aqui presente, esperamos que se encuentre bien.

—?Pero cabron! ?Si hasta estas hablando como si yo no estuviera aqui! ?Joder, no puedo soportar que la gente haga eso! Tu no me harias eso, ?verdad? No dejarias que se apagara la llama de tu pasion. —Su voz volvio a alejarse y pude escuchar el sonido de un perro (ahora que lo pienso, sonaba como un cachorro) por el telefono. Estaba empezando a sudar.

Oi pasos en el vestibulo y despues se apago la luz de la cocina. Los pasos retornaron y comenzaron a subir por la escalera. Me di la vuelta rapidamente y sonrei a mi padre al pasar.

—Bueno, pues eso es lo que te decia, Jamie —dije bastante pateticamente, quedandome seco, metaforica y literalmente.

—No te pases toda la noche al telefono —me dijo mi padre al pasar, y continuo escaleras arriba.

—?Muy bien, papa! —exclame alegremente mientras comenzaba a experimentar ese dolor cerca de la vejiga que me entra cuando las cosas me van especialmente mal y no veo ninguna salida.

—?Aaaaauuuuu!

Me aparte el telefono de la oreja y me quede mirandolo un segundo. No estaba seguro de quien habia emitido el sonido, si Eric o el perro.

—?Hola? ?Hola? —susurre enfebrecido, levantando la vista para ver como la sombra de mi padre desaparecia de la pared del primer piso.

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