once. Me habia dormido varias horas. ?Idiota! Entonces oi a alguien moviendose abajo; pasos irreconocibles, una puerta que se cerraba, otros ruidos. Un cristal que se rompia. Senti como se me erizaba el vello de la nuca; la segunda vez en una semana. Aprete fuertemente las mandibulas y me prometi que no tendria miedo y que haria algo: Podria ser Eric o podria ser mi padre. Iria abajo y lo averiguaria. Para estar seguro me llevaria el cuchillo conmigo.

Salte de la silla y me dirigi lentamente hacia donde estaba la puerta, tanteando los ladrillos desnudos de la chimenea. Me detuve alli, me saque el faldon de la camisa por fuera de los pantalones de pana y oculte el cuchillo que colgaba de mi cinturon. Me fui deslizando en silencio por la escala hasta llegar al rellano, que estaba a oscuras. Habia una luz encendida en el recibidor, en la misma entrada, y proyectaba una serie de extranas sombras, amarillas y tenues, en las paredes del rellano. Me acerque hasta la baranda y mire por encima. No podia distinguir nada. Los ruidos habian cesado. Oli el aire.

Se percibia el olor a alcohol mezclado con humo del pub. Debia de ser mi padre. Me senti aliviado. En ese instante lo oi salir del salon. Un sonido arrollador surgio tras de el, como un oceano rugiente. Estaba tambaleandose, dandose contra las paredes y tropezando en las escaleras. Lo oi respirar pesadamente y farfullar algo. Me quede escuchando, dejando que el olor y el sonido llegaran a mi. Me ergui y fui calmandome gradualmente. Oi como mi padre llegaba al primer rellano, donde estaba el telefono. Despues se oyeron pasos vacilantes.

—?Frang! —grito. Yo me quede inmovil, sin decir nada. Puro instinto, supongo, o un habito aprendido de las innumerables veces que habia fingido no estar donde realmente estaba, y de escuchar a la gente cuando cree estar sola. Respire tranquilo.

—?Frang! —volvio a gritar. Yo me dispuse a regresar al desvan, girando sobre la punta de los pies y evitando los lugares en donde crujia el suelo de madera. Mi padre aporreo la puerta del cuarto de bano del primer piso y a continuacion solto una imprecacion cuando se dio cuenta de que estaba abierta.

Oi como empezaba a subir las escaleras, hacia mi. Sus pasos resonaban, irregularmente, y gruno al tropezar contra la pared y golpearse. Yo subi sigilosamente la escala de mano y con un impulso me encontre tendido en el suelo desnudo del desvan, donde me quede tal como estaba, con la cabeza a un metro, o asi, de la trampilla abierta, apoyado con las manos en los ladrillos desnudos, preparado para agacharme bajo el canon de la chimenea si mi padre intentaba echarle un vistazo al desvan desde la trampilla. Parpadee. Mi padre aporreo la puerta de mi habitacion. La abrio.

—?Frang! —grito de nuevo. Y a continuacion se oyo—: Ah… joder…

Mi corazon dio un salto mientras seguia tendido alli. Jamas en la vida le habia oido soltar una palabrota como aquella. Sonaba obscena en su boca, no como algo ocasional como cuando Eric o Jamie lo decian. Le oia respirar alla abajo de la trampilla, por donde su olor ascendia hasta mi: whisky y tabaco.

De nuevo el sonido de los pasos vacilantes hasta el rellano de la escalera y la puerta de su dormitorio, que se cerro de un portazo. Volvi a respirar y entonces me di cuenta que habia estado aguantando la respiracion. El corazon me palpitaba a punto de saltarme del pecho y casi me sorprendio que mi padre no lo hubiera oido retumbar a traves de los paneles de madera encima de el. Espere un rato, pero no oi nada mas, tan solo aquel sonido distante que venia del salon. Era como si se hubiera dejado el televisor encendido mientras cambiaba de canal.

Me quede alli tendido, le concedi cinco minutos, y despues me levante lentamente, me sacudi la ropa, me meti la camisa en los pantalones, recogi la bolsa en la oscuridad, me encaje el tirachinas eri el cinturon, tantee el suelo en busca de mi chaleco y lo encontre; entonces con todo mi equipo a punto me deslice por la escala hasta el rellano, lo cruce y baje silenciosamente las escaleras.

En el salon el televisor destellaba su colorido siseo a una habitacion vacia. Me acerque y la apague. Me di la vuelta para marcharme y entonces vi la chaqueta de tweed de mi padre tirada y arrugada en un sillon. La recogi y tintineo. Palpe los bolsillos con la nariz apretada ante el olor a alcohol y tabaco que despedia. Mi mano se cerro alrededor de un monton de llaves.

Las saque del bolsillo y me quede mirandolas. Estaba la llave de la puerta principal, la de la puerta de atras, la de la bodega, la del cobertizo, un par de llaves mas pequenas que no reconoci, y otra llave, una llave que abria una de las habitaciones de la casa, como la llave de mi dormitorio, pero con los dientes diferentes. Senti que la boca se me secaba y note como la mano empezaba a temblarme. El sudor brillaba en mi mano y de repente comenzaron a formarse gotitas en las lineas de la palma. Podria ser la llave de su dormitorio o…

Subi corriendo los escalones, de tres en tres, rompiendo unicamente el ritmo en los tramos que sabia que crujian. Llegue al primer piso y pase de largo el despacho para seguir subiendo hasta el dormitorio de mi padre. La puerta estaba entreabierta y la llave en la cerradura. Podia oir los ronquidos de mi padre. Cerre la puerta con cuidado y corri abajo hacia el despacho. Meti la llave en la cerradura y dio una vuelta con engrasada facilidad. Me quede quieto un par de segundos, gire el picaporte y abri la puerta.

Encendi la luz. El despacho.

Estaba atestado y desordenado, el ambiente sobrecargado y caliente. La luz en mitad del techo no tenia pantalla y era muy brillante. Habia dos mesas, un escritorio y un catre con un monton de sabanas retorcidas tiradas encima. Habia una estanteria, dos mesas grandes unidas llenas de variadas botellas y componentes de experimentacion quimica; tubos de ensayo y frascos y un condensador en espiral que desaguaba en un fregadero en una esquina. El sitio olia a algo parecido al amoniaco. Me di la vuelta, saque la cabeza al pasillo, escuche atentamente, y oi el sonido distante de un ronquido; a continuacion cogi la llave y cerre la puerta, encerrandome por dentro y dejando la llave puesta.

Fue al volverme tras cerrar la puerta cuando lo vi. Un frasco de muestras que estaba colocado encima del escritorio situado justamente al lado de la puerta y que siempre quedaria escondido a la vista desde el pasillo cuando estaba abierta. El frasco estaba lleno de un liquido transparente: supuse que seria alcohol. En el alcohol flotaban unos pequenos genitales masculinos desgarrados.

Me quede mirandolos, con la mano aun aferrada a la llave que estaba girando, y los ojos se me llenaron de lagrimas. Senti algo en mi garganta, algo muy dentro de mi, y los ojos y la nariz parecian congestionarse por momentos, a punto de estallar. Me quede inmovil y llore dejando que las lagrimas me resbalaran por las mejillas y me llenaran la boca con su sabor a sal. Me puse a moquear y sorbi y resople y senti que me faltaba aire en el pecho y que la mandibula me temblaba descontroladamente. Me olvide completamente de Eric y de mi padre, me olvide de todo excepto de mi y de lo que habia perdido.

Me llevo un rato recobrar el animo y no lo consegui enfadandome conmigo mismo ni convenciendome de que no debia actuar como una nina tonta, sino calmandome del modo mas natural y distendido posible hasta que un cierto peso se descargo de mi cabeza y fue a asentarse en mi estomago. Me enjugue las lagrimas con la camisa y me sone los mocos tranquilamente. A continuacion empece a rebuscar metodicamente por toda la habitacion ignorando aquel frasco que estaba sobre el escritorio. Quiza no habia mas secreto que aquel, pero queria estar seguro.

La mayoria de las cosas eran trastos inservibles. Trastos y productos quimicos. Los cajones de la mesa y del escritorio estaban llenos de viejas fotografias y papeles. Habia antiguas cartas, billetes y facturas de otro tiempo, escrituras y formularios y polizas de seguros (ninguna que me concerniera y todas expiradas hacia mucho tiempo), paginas de un cuento o de una novela, plagada de correcciones, que alguien habia estado escribiendo en una vieja maquina de escribir y que seguia siendo horrible (algo relacionado con hippies en una comuna en mitad del desierto que establecen contacto con extraterrestres); habia algunos pisapapeles de cristal, unos guantes, unas insignias psicodelicas, unos viejos singles de los Beatles, unos ejemplares de Oz y de IT, unas plumas secas y lapices rotos. Basura, nada mas que basura.

Entonces llegue a la parte del escritorio que estaba cerrada: era una seccion que el escritorio ocultaba con su cierre de persiana, justo abajo, y tenia una cerradura en el borde superior. Saque las llaves de la cerradura y, para mi sorpresa, una de las llaves encajaba. La compuerta se abrio hacia abajo, saque el conjunto de cuatro pequenos cajones que habia detras y los coloque sobre la mesa de trabajo del escritorio.

Me quede mirando el contenido hasta que las piernas empezaron a temblarme y tuve que sentarme en la pequena banqueta que estaba medio oculta bajo el escritorio. Deje caer la cabeza hasta las manos y empece a temblar de nuevo. ?Que mas tendria que soportar aquella noche?

Meti las manos en uno de aquellos pequenos cajones y saque una caja azul de tampones. Con dedos

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