temblorosos extraje la otra caja del cajon. Llevaba una etiqueta que ponia «Hormonas masculinas». Dentro habia cajitas mas pequenas, y en cada una de ellas habia una fecha escrita con boligrafo negro. La ultima fecha expiraba en seis meses. En otra caja de un cajon diferente ponia «KBr»,y aquellas siglas me sonaban a algo, pero no podia decir a que. Los dos cajones restantes contenian rollos apretados de billetes de cinco y diez libras y bolsitas de plastico con pequenos trozos de papel en su interior. Pero ya no me quedaba valor para tratar de averiguar de que podia tratarse aquello; mi cabeza estaba ocupada con una idea estremecedora que acababa de considerar. Me quede alli sentado, mirando todo aquello fijamente, con la boca abierta y pensando. No levante la vista hasta el frasco.

Pense en aquel rostro delicado y en aquellos brazos casi sin vello. Intente pensar si habia visto alguna vez a mi padre desnudo hasta la cintura, pero no recordaba nada parecido en toda mi vida. El secreto. No podia ser. Sacudi la cabeza pero no podia apartar aquella idea. Angus. Agnes. Tan solo contaba con su palabra para certificar todo lo que habia ocurrido. No tenia idea de hasta que punto se podia confiar en la senora Clamp, ni de que tipo de informacion tenian el uno del otro. Pero… ?No podia ser! ?Era algo tan monstruoso, tan espeluznante! Me levante de un salto dejando que la silla cayera de espaldas y golpeara contra el suelo enmaderado. Agarre la caja de tampones y las hormonas, con las llaves abri la puerta que habia cerrado por dentro y sali como una furia escaleras arriba metiendome las llaves en un bolsillo y desenvainando mi cuchillo de su funda. «Te las veras con Frank», masculle con rabia.

Irrumpi en el dormitorio de mi padre y encendi la luz. Estaba tendido en la cama con la ropa puesta. Tenia un pie descalzo y el zapato estaba caido en el suelo bajo su pie, que colgaba al borde de la cama. Estaba boca arriba, roncando. Se removio y se puso un brazo sobre la cara, apartandose de la luz. Me fui hacia el, le agarre el brazo y le di dos bofetones en la cara, con ganas. Sacudio la cabeza y pego un grito. Abrio un ojo y despues el otro. Lleve el cuchillo frente a sus ojos y observe como trataba de enfocarlos en la hoja con la imprecision de un borracho. El olor a alcohol que despedia era asqueroso.

—?Frang? —pronuncio debilmente. Entonces acerque el cuchillo a su cara dejando el filo casi tocando el puente de su nariz.

—Eres despreciable —le solte en la cara—. ?Que cono es esto? —le dije mientras con la otra mano le mostraba los tampones y las hormonas. Profirio un gemido y cerro los ojos—. ?Dimelo! —le grite volviendo a abofetearle con el dorso de la mano en la que sostenia e! cuchillo. Intento escabullirse rodando por la cama, bajo la ventana abierta, pero lo agarre a tiempo apartandolo de aquella noche caliente y silenciosa que se veia afuera.

—No, Frang, no —dijo el meneando la cabeza y tratando de apartar mis manos. Deje caer las cajas y lo agarre por un brazo con fuerza. Lo acerque hacia mi y le puse el cuchillo en la garganta.

—Me lo vas a decir o te juro por Dios que… —deje que las palabras se quedaran en el aire. Le solte el brazo y lleve las manos hasta sus pantalones. De un tiron le arranque el cinturon de las trabillas de tela alrededor de su cintura. Intento detenerme con torpes aspavientos pero le aparte las manos de un golpe y le pinche la garganta con el cuchillo. Le desabroche el cinturon y le baje la cremallera sin quitarle la vista de encima, tratando de no imaginar lo que podria encontrar, lo que podria no encontrar. Le desabroche el boton que tenia encima de la cremallera. Le abri los pantalones y le levante la camisa. Tendido en la cama, me miro con ojos enrojecidos y brillantes y sacudio la cabeza.

—?Que vas’ hacer, Frangie?…siento, de veras que lo siento. Era na mas qu’un experimento. Solo un experimen… No me hagas nada, por favor, Frangie… Por favor…

—?Eres una puta, una mala puta! —le dije, sintiendo que empezaban a empanarseme los ojos y a flaquearme la voz. De un tiron, con rencor, le baje los pantalones a el/ella.

Algo grito afuera, en la noche que entraba por la ventana. Me quede mirando la polla y los huevos de mi padre, rodeados de pelo oscuro, grandes, de aspecto grasiento, y algo animal, alli afuera, en el paisaje de la isla, grito. Las piernas de mi padre temblaban. Entonces aparecio una luz, naranja y ondulante, donde no deberia haber ninguna luz, alli afuera, sobre las dunas, y se oyeron mas alaridos.

—Por el amor de Dios, ?que es eso? —resoplo mi padre volviendo su cabeza temblorosa hacia la ventana. Yo me levante, rodee el pie de la cama y observe por la ventana. Los horribles sonidos y la luz en el extremo de las dunas parecian acercarse. La luz aparecia rodeada de un halo sobre la duna grande que hay detras de la casa, donde estan los Territorios de la Calavera; centelleaba destellos amarillos con jirones de humo. El sonido era el que haria un perro en llamas, pero amplificado, repetido una y otra vez, y con un tono distinto. La luz se fue haciendo mas intensa y algo vino corriendo por la cima de la gran duna, algo en llamas, gritando y corriendo por la ladera que da al mar en la duna de los Territorios de la Calavera. Era una oveja y venia seguida por otras. Primero otras dos, y despues media docena de animales aparecieron en estampida sobre la hierba y la arena. En unos segundos la ladera se vio cubierta de ovejas ardiendo, con el vellon en llamas, balando salvajemente y corriendo ladera abajo, prendiendo la hierba y los matojos que crecian entre la arena y dejandolos ardiendo en su flamigera estela.

Y entonces vi a Eric. Mi padre llego a mi lado temblando, pero no le hice caso y segui observando las raquiticas figuras danzando y saltando en lo alto de la duna. Eric blandia una inmensa antorcha en una mano y un hacha en la otra. Tambien estaba gritando.

—Oh, Dios mio, no —dijo mi padre. Me volvi hacia el. Estaba subiendose los pantalones. Lo aparte de mi camino y corri hacia la puerta.

—Vamos —le grite. Sali del dormitorio y baje corriendo las escaleras sin mirar si me seguia. Podia distinguir las llamas desde todas las ventanas y oir los gemidos de las torturadas ovejas por toda la casa. Llegue a la cocina, pense en recoger agua mientras pasaba a toda carrera, pero decidi que no serviria para nada. Sali corriendo por el porche hasta el jardin. Una oveja, con los cuartos traseros ardiendo, estuvo a punto de chocar conmigo. Corria desesperada por el jardin en llamas y cuando estuvo delante de la puerta se desvio en el ultimo momento con un balido estremecedor. saltando entonces la pequena valla que da al jardin de delante. Yo corri por la parte de atras de la casa en busca de Eric.

Habia ovejas por todas partes y el fuego lo invadia todo. La hierba que cubria los Territorios de la Calavera ardia y las llamas saltaban desde el cobertizo y los arbustos y las plantas y flores del jardin, y ovejas muertas, crepitantes, yacian en charcos de llamas vivas mientras otras corrian y saltaban por todas partes, gimiendo y aullando con sus voces guturales y entrecortadas. Eric estaba en los escalones que llevan al sotano. Vi la antorcha que habia sostenido en su mano, ahora una llama vacilante apoyada contra la pared de la casa, bajo la ventana del lavabo de abajo. Estaba acometiendo la puerta del sotano con el hacha.

—?Eric! ?No! —le grite. Avance hacia el y a continuacion me volvi, me apoye en la esquina de la casa y asome la cabeza para mirar la puerta del porche abierta—. ?Papa! ?Sal de la casa! —Podia oir el sonido de la madera restallando detras de mi. Me volvi y corri hacia Eric. Salte sobre el humeante cadaver de una oveja justo antes de los escalones del sotano. Ene se dio la vuelta y blandio el hacha contra mi. Me agache y rode hacia un lado. Cai sobre mis pies y de un salto me puse en pie, listo para echar a correr, pero Eric habia vuelto a golpear la puerta con el hacha, chillando con cada hachazo que descargaba, como si el fuera la puerta. La hoja del hacha desaparecio tras la madera, se quedo atascada; el la movio de un lado a otro con todas sus fuerzas y la saco, me miro y volvio a levantarla frente a la puerta. Las llamas de la antorcha arrojaban su sombra sobre mi; la antorcha estaba apoyada contra el lateral de la puerta y pude ver como la pintura reciente comenzaba a arder. Saque mi tirachinas. Eric estaba a punto de echar la puerta abajo. Mi padre seguia sin aparecer. Eric volvio a mirarme y descargo el hacha contra la puerta. Una oveja gritaba detras de nosotros mientras yo rebuscaba una bola de acero en mis bolsillos. Podia oir el crepitar de los fuegos por todos lados y olia a carne a la brasa. La esfera de metal encajo en el pedazo de cuero y estire el brazo.

—?Eric! —grite en el momento en que la puerta cedio. El sostuvo el hacha con una mano y con la otra agarro la antorcha; le dio una patada a la puerta y se vino abajo. Tense el tirachinas un ultimo centimetro. Fije la vista en Eric a traves de la Y del tirachinas. El me miro. Tenia la cara sin afeitar, sucia, como la mascara de un animal. Era el muchacho, el hombre que habia conocido, y era otra persona completamente distinta. Aquel rostro banado en sudor se fruncia en una mueca maliciosa y se movia ritmicamente de arriba abajo al tiempo que su pecho subia y bajaba y las llamas palpitaban. Sostenia el hacha y el tizon ardiendo, y tenia detras de el la puerta destrozada del sotano. Pense que podria salvar los fardos de cordita, que ahora se veian de un naranja oscuro bajo la espesa y vacilante luz de los fuegos que nos rodeaban y de la antorcha que mi hermano sostenia en su mano. Meneo la cabeza, como expectante y confundido.

Вы читаете La fabrica de avispas
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×