un cientifico, puesto que la gente a su alrededor era casi la unica en la colonia a quien no podia dar ordenes razonablemente. Hizo solo una pregunta; en respuesta, se le informo que la velocidad del viento era aproximadamente la mitad de la que Dondragmer habia senalado a diez y seis mil kilometros de distancia. Despues partio hacia la sala de Comunicaciones.
Por el camino penso brevemente en volver a su oficina, pero sabia que cualquiera que le necesitase lo encontraria con igual rapidez en el puesto de Guzmeen. Mientras tanto habia ocupado su mente una pregunta, que probablemente podria ser contestada mas rapidamente por retransmision desde la estacion humana. Esa pregunta se hacia mas y mas importante con cada segundo que pasaba. Olvidando que deseaba asegurarse de que Easy Hoffman estuviese de guardia arriba, entro disparado en la sala de Radio y empujo educadamente a un lado al miembro del personal que se encontraba delante del transmisor. Comenzo a hablar casi antes de estar en posicion. La vision de los rasgos de Hoffman cuando la pantalla se ilumino fue una sorpresa agradable, mas que un inmenso alivio.
—El viento y la niebla han llegado alli tambien-—comenzo abruptamente—. Algunos hombres habian salido. De momento, yo no puedo hacer nada por ellos, pero algunos estaban trabajando en los vehiculos aparcados. Podriais comprobar con vuestros comunicadores si todo va bien alli. No estoy demasiado preocupado, puesto que la velocidad del viento ahora es mucho menor a la senalada por Don. Ademas, en esta altura el aire es mucho menos denso. Pero no podemos ver en absoluto a traves de esta niebla; asi que me sentire aliviado al saber algo mas de los hombres en los vehiculos.
La imagen de Easy habia comenzado a hablar a medio camino de la peticion del comandante, obviamente no en contestacion, puesto que no habia habido bastante tiempo para el viaje de ida y vuelta a la velocidad de la luz. Seguramente los seres humanos tenian tambien algo que decir. Barlennan se concentro en su propio mensaje hasta que termino, sabiendo que Guzmeen o alguno de sus ayudantes lo estaria escribiendo. En aquellas circunstancias, el cruce de mensajes era un acontecimiento frecuente y se resolvia por una rutina ya establecida.
Mientras sus propias palabras estaban en camino, el comandante se volvio para preguntar que deseaban los humanos. Un oficial entro corriendo en la habitacion y comenzo su informe tan pronto como vio a Barlennan.
—Senor, todos los grupos han vuelto, excepto los dos que salieron por las puertas del norte. Uno de ellos estaba trabajando en el Hoorsh y el otro nivelaba el terreno para el nuevo complejo veinte cables al norte, al otro lado del valle de aterrizaje. En el primer grupo hay ocho personas y veinte en el segundo.
Barlennan hizo un gesto de comprension, cerrando simultaneamente sus cuatro pinzas.
—Posiblemente tengamos pronto informes de radio de la estacion espacial sobre el grupo del Hoorsh — replico—. ?Cuantos han llegado que estuviesen realmente en el exterior cuando vinieron el viento y la niebla? ?Que es lo que dicen sobre las condiciones de vida y de movimiento? ?Hay algun herido?
—Ningun herido, senor. El viento solo era una pequena molestia; entraron porque no podian ver para trabajar. Algunos tuvieron problemas para encontrar el camino. Supongo que la brigada que allanaba el suelo esta todavia intentando regresar a tientas, a menos que hayan decidido esperar donde se encuentran. Los del Hoorsh pueden no haber advertido nada en el interior. Si el primer grupo estuviese fuera de contacto demasiado tiempo, enviare un mensajero.
—?Como haras para que este no se pierda?
—Llevara una brujula, ademas de escoger a alguien que trabaje mucho en el exterior y conozca bien el terreno.
—No voy a…
La objecion de Barlennan fue interrumpida por la radio.
—Barlennan —llego la voz de Easy—, todos los comunicadores en el Hoorsh y en el Kalliff estan funcionando. Por lo que podemos ver, no hay nadie en el Kalliff. Nada se mueve. Por lo menos hay tres, posiblemente cinco, en la seccion de soporte vital del Hoorsh. El hombre que cubre esas pantallas ha visto en los ultimos minutos hasta tres al mismo tiempo, pero no confia demasiado en reconocer a los mesklinitas individualmente. El vehiculo no parece afectado. La gente a bordo no nos presta atencion, y esta realizando sus tareas. Ciertamente, no estaban intentando enviarnos un mensaje de emergencia. Jack Braverman esta intentando ahora atraer su atencion por ese equipo, pero no creo que haya por que preocuparse. Como dices, el viento mas debil y el aire menos denso deberian querer decir que vuestra colonia no corre peligro, puesto que el Kwembly no fue danado.
—No estoy preocupado, por lo menos no demasiado. Si espera un momento, averiguare cual fue su penultimo mensaje e intentare contestarlo —dijo Barlennan.
Se volvio hacia el oficial de guardia, cuyo puesto habia tomado junto al equipo.
—Supongo que cogiste lo que dijo.
—Si, senor. No era urgente, solo interesante.
Otro informe provisional de Dondragmer. El Kwembly todavia flota a la deriva, aunque el cree que ha tocado fondo una vez o dos y el viento todavia sopla por alli. A causa de su propio movimiento, los cientificos no se atreven a dar una opinion sobre si la velocidad del viento ha cambiado o no.
El comandante hizo un gesto de aceptacion, se volvio hacia el comunicador y dijo:
—Gracias, senora Hoffman. Aprecio debidamente que envie tan rapidamente incluso los informes de «sin novedad». Durante un rato estare aqui para conocer lo antes posible si ocurre realmente algo. ?Vuestros cientificos atmosfericos han confeccionado alguna prediccion digna de confianza o alguna explicacion de lo que paso?
Para los demas mesklinitas que se encontraban en la habitacion, estaba claro que Barlennan hacia todo lo que podia para mantener una expresion ininteligible mientras hacia esta pregunta. Sus brazos y sus piernas estaban cuidadosamente relajados, las pinzas ni fuertemente cerradas ni colgando abiertas, su cabeza ni demasiado alta ni muy cerca del suelo, los ojos fijos firmemente en la pantalla. Los observadores no conocian con detalle lo que estaba en su mente, pero podian decir que atribuia a la pregunta algo mas que su valor aparente. Algunos se maravillaban de que se molestase en controlarse asi, puesto que era completamente inverosimil que algun ser humano pudiese interpretar su expresion corporal; pero los que le conocian bien sabian que nunca correria riesgos en un asunto como aquel. Despues de todo, habia algunos seres humanos, de los cuales Elise Rich Hoffman era con seguridad uno, que parecian capaces de ponerse muy rapidamente en el lugar de los mesklinitas, ademas de hablar stenno tan bien como lo permitia el equipamiento vocal de los humanos.
Observaba la pantalla con interes, preguntandose si aquel ser humano daria senales de haber advertido la actitud del comandante cuando llegase su respuesta. Todo el personal de la sala de Comunicaciones estaba razonablemente familiarizado con las expresiones faciales humanas; la mayoria podian reconocer por el rostro, o solo por la voz, una docena diferente de seres humanos, por lo menos, y el comandante habia expresado hacia mucho tiempo un fuerte deseo de que habilidades de aquel tipo fuesen cultivadas. La mirada de Barlennan abandono un momento la pantalla y vago por el circulo que escuchaba atento; se sintio divertido por sus expresiones, aunque al mismo tiempo molesto por su propia claridad. Se pregunto como reaccionarian ante la respuesta que Easy pudiese dar.
Evidentemente, la hembra humana habia recibido la pregunta y comenzaba a formar una frase de replica, cuando su atencion fue distraida. Durante varios segundos estuvo escuchando algo y sus ojos se apartaron del receptor del comunicador de la colonia. Despues su atencion volvio a Barlennan.
—Comandante, otro informe de Dondragmer. El Kwembly se ha detenido, o poco menos, sobre el suelo. Pero todavia son arrastrados ligeramente; la corriente del liquido no ha cesado. Han volcado, de forma que las ruedas no tienen contacto con cualquier superficie que este bajo ellos. Si el rio no los arrastra, dejandolos libres, tendran que quedarse donde estan, y Dondragmer piensa que el nivel esta bajando.
IV. DE CHARLA
Para Beetchermarlf constituia una sensacion curiosa de inutilidad. El timon del Kwembly estaba conectado a las ruedas por sencillos aparejos de poleas y cuerdas; ni siquiera los musculos mesklinitas podian hacer girar las ruedas cuando el vehiculo estaba parado y, aunque el movimiento hacia delante posibilitaba el gobierno de la