argumentos nominales.
—Continuamos a la deriva. A menos que este rio tenga unas curvas bastante extranas mas abajo, nunca nos acercaremos a los otros con su ayuda —resumio al fin el mas joven de los mesklinitas—. El primer trabajo sera colocar paletas en algunas de las ruedas. Intentar hacerlo con todas nos llevaria una eternidad; un par de las de los extremos de la ultima fila, y quiza una central mas hacia delante, proporcionaran control. Con energia disponible en otras, podemos continuar o salir a tierra firme si tocasemos fondo. Tak y yo saldremos y comenzaremos la tarea ahora mismo. Vigilanos, Benj; dejaremos el aparato donde esta.
Beetchermarlf no espero una contestacion. El y su companero se vistieron una vez mas y cogieron las paletas, que habian sido disenadas para ser colocadas sobre las cadenas de las ruedas. Habian sido probadas en Mesklin, pero nunca empleadas en Dhrawn; en realidad, nadie conocia realmente bien como funcionarian. Su area era pequena, puesto que tenian poco espacio sobre las ruedas y parte de aquella pequena area estaba ocupada por un estuche plastico, disenado para mantenerlas planas cuando estuviesen subiendo por la parte superior de las ruedas. No obstante, habia sido demostrado que podian suministrar algun empuje. Quedaba por ver que se conseguiria con esto; el Kwembly, por supuesto, flotaba mucho mas alto en la solucion de agua y amoniaco de Dhrawn que en el oceano de hidrocarbono liquido del mundo donde habia sido construido.
La instalacion de las aletas y de los estuches fue un trabajo largo y dificil para dos personas. Con el vehiculo a flote, las piezas tenian que ser sacadas de una en una, puesto que no habia donde ponerlas. Los cables de seguridad molestaban persistentemente. Las pinzas mesklinitas son organos de manipulacion bastante menos efectivos que los dedos humanos, aunque esto es compensado por el hecho de que su poseedor puede utilizar los cuatro pares simultaneamente y en coordinacion. No tienen la simetria correspondiente a la derecha o a la izquierda humanas.
La necesidad de luces artificiales era otra molestia. Segun resulto, se necesitaron casi quince horas para colocar doce paletas y un escudo en cada una de las tres ruedas. Beetchermarlf le aseguro a Benj que podria hacerse en dos, con cuatro trabajadores en cada rueda.
Para entonces los rastreadores se habian enterado de que el Kwembly, aunque continuaba moviendose, no se alejaba mas del campamento. Parecia haber sido atrapado en un remolino de unos seis kilometros de diametro. Beetchermarlf se aprovecho de esto cuando por fin pudo aplicar la energia; espero hasta que los analistas humanos le dijeron que estaba siendo llevado hacia el sur, antes de poner en funcionamiento las tres ruedas con aletas. Durante unos segundos no estuvo claro que la energia sirviese de algo; despues, muy lentamente, los timoneles y los humanos vieron como el enorme casco avanzaba suavemente. Los mesklinitas podian ver desde el puente un debil conato de ola de proa; los seres humanos, mirando hacia atras, pudieron detectar pequenas arrugas que se extendian hacia los lados. Beetchermarlf hizo girar fuertemente el timon para colocar la proa en linea con Sol y Fomalhaut. Durante casi medio minuto se pregunto si habria una respuesta; despues las estrellas comenzaron a balancearse sobre su cabeza, al virar majestuosamente el enorme casco. Una vez en marcha era dificil detenerlo; lo controlo muchas veces durante un periodo de varios minutos, a veces durante un angulo recto completo, antes de acostumbrarse a sentir la nave. Luego, durante casi una hora, se las arreglo para mantener una direccion hacia el sur, aunque al principio no tenia idea de su rumbo real. Podia adivinar por la informacion anterior que el remolino le llevaba en la misma direccion que al principio, pero que despues seguramente le conduciria hacia el este.
Paso algun tiempo, sin embargo, antes de que las antenas direccionales de los satelites de reflejos y los computadores de la estacion le confirmasen esta adivinanza. Cuando lo hicieron, el Kwembly toco fondo suavemente.
Beetchermarlf activo las dos ruedas delanteras que tenian generadores, dejo inmoviles las equipadas con paletas y llevo a tierra su vehiculo.
—Estoy fuera del lago —informo—. Un pequeno problema. Si viajo por tierra con las paletas donde estan ahora, las destrozare. Si resultase que estamos en una isla o tenemos que regresar al agua por cualquier otra razon, habremos malgastado un monton de tiempo en sacarlas y en ponerlas otra vez. Mi primera idea es explorar un poco a pie, dejando aqui el vehiculo, para obtener alguna idea de las probabilidades de quedarnos en tierra firme. Nos llevara mucho tiempo, pero no tanto como esperar a que llegue el dia. Me gustaria recibir consejos de vosotros, humanos, u ordenes del capitan; esperaremos.
Dondragmer, cuando oyo esto, contesto rapidamente.
—No salgais. Esperad hasta que los cartografos de la estacion decidan si os encontrais en la misma orilla del rio que nosotros o no. Segun me imagino el mapa que han descrito, hay bastantes probabilidades de que el remolino os haya llevado al lado este, que seria la orilla derecha; nosotros estamos en la izquierda. Si estan moderadamente seguros de esto, volved al agua y dirigios al oeste, hasta que creais haberlo pasado; no, otra idea. Seguid hasta que penseis que estais enfrente de su boca; despues dirigios hacia el sur una vez mas. Me gustaria averiguar si podeis viajar corriente arriba con cierta velocidad. Se que sera lento; quiza no podais viajar en absoluto en algunos lugares bordeando la orilla.
—Se lo dire a Beetch y a los cartografos, capitan —contesto Benj—. Intentare conseguir una copia de su mapa y conservarla aqui actualizada; quiza eso ahorre algun tiempo en el futuro.
Los datos direccionales no resultaron ser definitivos. La situacion del Kwembly podia ser establecida bastante bien, pero el curso del rio por el que habia venido era mucho menos seguro. Las comprobaciones estaban separadas por muchos kilometros, pero resultaban suficientes para demostrar que el rio estaba lleno de curvas. Despues de otra discusion, se decidio que Beetchermarlf volviese a ponerse a flote y se dirigiese al oeste tan cerca de la costa como fuese posible, preferiblemente sin perderla de vista, mientras el alcance de sus luces y la pendiente del lecho del lago lo permitiesen. Si podia ver la boca del rio, lo remontaria, segun deseaba Dondragmer; si no iba a continuar siguiendo la costa hasta que los hombres arriba tuviesen bastante seguridad de que habia pasado la boca; luego giraria hacia el sur.
Resulto factible mantener la costa dentro del alcance de las luces del Kwembly, pero tardaron dos horas en llegar hasta el rio. Este habia hecho un amplio giro hacia el oeste, que no habia sido advertido en las lecturas de la posicion del vehiculo durante la deriva corriente abajo; despues giraba otra vez y penetraba en el lago en una direccion oblicua hacia el este, que seguramente provocaba el remolino en el sentido contrario al reloj. Uno de los planetografos observo que el remolino no podia ser causado por la fuerza de Coriolis, porque el lago se encontraba solo a siete grados del ecuador, y ademas en el lado sur de un planeta que tardaba dos meses en rotar.
El delta, que hacia que la linea de la costa se dirigiese hacia el norte brevemente, sirvio de aviso.
Beetchermarlf en el timon y Takoorch en el lado de babor del puente, lanzaron al Kwembly bordeando la peninsula de forma bastante irregular y reduciendo la velocidad varias veces cuando las ruedas se arrastraron sobre el fondo de barro; finalmente encontraron el camino de un canal despejado y penetraron en su corriente.
Esta no era rapida, pero el Kwembly continuaba sin flotar. Los mesklinitas no tenian prisa. Dondragmer calculo mas de seis horas para experimentar la forma de luchar contra la corriente. En ese tiempo avanzaron unos dieciseis kilometros. Si podia mantenerse aquella velocidad, el vehiculo estaria de regreso en el campamento un dia o dos despues, es decir, en una semana humana.
Fue la impaciencia lo que cambio los planes del viaje. Esto, por supuesto, no se debio a ningun mesklinita; Aucoin decidio que dos kilometros y media por hora no era satisfactorios. A Dondragmer no le importo mucho; concedio que, si era posible, podia combinarse la investigacion con el viaje. Ante una sugerencia del planificador, envio a Beetchermarlf en angulo al oeste hacia la ribera mas proxima del rio. El terreno parecia no tener obstaculos. Con algunos presentimientos, hizo que los timoneles retirasen las paletas.
Retirarlas resulto mucho mas facil que ponerlas, ya que ahora el vehiculo se hallaba sobre terreno seco. Las cosas podian ser depositadas sobre el suelo y los cables de seguridad no eran necesarios. Benj, en su proxima visita a la sala de Comunicaciones, encontro al Kwembly viajando sin problemas hacia el sur, a unos dieciseis kilometros por hora sobre un terreno llano, interrumpido de vez en cuando por alguna protuberancia rocosa y festoneado aqui y alli con arbustos, la forma de vida mas alta encontrada en Dhrawn hasta la fecha. La superficie era de sedimentos firmes; los planetologos supusieron que el area debia constituir una llanura aluvial, lo que le parecio razonable incluso a Benj.
Beetchermarlf estaba tan dispuesto a hablar como siempre, pero podia verse que toda su atencion no se centraba en la conversacion. Tanto el como Takoorch miraban adelante tan penetrantemente como lo permitian las luces del Kwembly y sus ojos. No habia ninguna seguridad de que el viaje careciese de riesgos; sin la