—Pero, ?por que no podemos acercarnos mas a Dhrawn y reducir el retraso en el control remoto? — pregunto despues de un momento.
Ib miro a su hijo sorprendido.
—Tu sabes por que, o debieras saberlo. Dhrawn tiene una masa de tres mil cuatrocientas setenta y una Tierras y un periodo de rotacion de algo mas de mil quinientas horas. Una orbita sincronica que nos mantiene sobre una longitud constante en el ecuador esta, por tanto, a algo mas de diez millones de kilometros. Si utilizas una orbita a ciento sesenta kilometros sobre la superficie, estarias viajando a algo mas de ciento cuarenta kilometros por segundo y darias la vuelta a Dhrawn en unos cuarenta minutos. Durante dos o tres minutos de esos cuarenta podrias ver el mismo lugar de la superficie. Puesto que el planeta tiene una superficie ochenta y siete veces mayor que la Tierra, ?cuantas estaciones de control crees que serian necesarias para conseguir un aterrizaje o un despegue?
Benj hizo un gesto de impaciencia.
—Conozco todo eso, pero ya hay un enjambre de estaciones ahi abajo: los satelites de reflejos. Hasta yo se que todos tienen equipos retransmisores, puesto que estan informando constantemente a los computadores aqui arriba; en un momento dado, casi la mitad debe estar detras de Dhrawn. ?Por que no puede un controlador, navegando en uno de ellos o en una nave a la misma altura, conectar con sus retransmisiones y operar el aterrizaje y el despegue desde alli? El retraso no seria mayor de un segundo, incluso desde el lado opuesto del mundo.
—Porque… —Ib comenzo a contestar, pero pronto permanecio silencioso.
Estuvo asi durante dos minutos. Benj no le interrumpio; generalmente el muchacho tenia una buena idea sobre cuando estaba consiguiendo algo.
—Tendria que haber una interrupcion de varios minutos en los datos del neutrino, mientras los transmisores estuviesen siendo conectados —dijo Ib finalmente.
—?Una en cuantos anos que llevan integrando ese material?
Generalmente Benj no era sarcastico con ninguno de sus padres, pero sus sentimientos se estaban calentando una vez mas. Su padre asintio silenciosamente, concediendo el punto, y continuo pensando.
Debian haber pasado cinco minutos, aunque Benj hubiese jurado que fueron muchos mas, cuando el mayor de los Hoffman se puso en pie repentinamente.
—Vamos, hijo. Tienes toda la razon. Funcionara para un aterrizaje inicial espacio-superficie y para un despegue superficie-orbita, y eso es suficiente para un vuelo superficie-superficie; hasta un segundo de retraso es demasiado para el control, pero podemos pasarnos sin eso.
—?Claro! —animo Benj—. Despegar y volver a la orbita, descansar un minuto, cambiar de orbita para acomodarla al lugar de aterrizaje y finalmente bajar otra vez.
Asi es, pero no lo menciones. En primer lugar, si nos acostumbrasemos a hacer este tipo de accion, habria una interrupcion significativa en la transmision de los datos de neutrino. Ademas, he buscado una excusa para esto casi desde que me uni al proyecto. Ahora la tengo, y voy a usarla.
—?Una excusa para que?
—Para hacer exactamente lo que creo que Barlennan ha estado intentando obligarnos a realizar todo el tiempo: poner pilotos mesklinitas en la nave. Supongo que alguna vez querra su propia nave interestelar, de forma que pueda comenzar a llevar la misma vida entre las estrellas, como acostumbraba hacer en los oceanos de Mesklin; pero tendra que conformarse con un salto de cada vez.
—?Crees que ha estado queriendo eso todo el tiempo? ?Por que deberia preocuparse tanto de tener sus propios pilotos espaciales? Y ahora que lo pienso, ?por que no era una buena idea, si los mesklinitas podian aprender?
—Lo era. No hay ninguna razon para dudar que puedan aprender.
—Entonces, ?por que no se hizo asi desde el principio?
—Sera mejor que no te de una conferencia sobre el tema ahora mismo. Me gusta enorgullecerme de mi especie tanto como lo permiten las circunstancias, y la explicacion no proporciona mucho credito ni a la racionalidad del hombre ni a su control emocional.
—Entonces puedo adivinarlo —replico Benj—. Pero en ese caso, ?que te hace pensar que podemos cambiar eso ahora?
—Porque ahora, a poco coste y al mismo nivel general de razonamiento emocional, podemos manipular algunos de los impulsos humanos menos generosos. Voy a descender al laboratorio de planetologia y a molestar un poco. Voy a preguntar a esos quimicos por que no conocen lo que atrapo al Kwembly, y cuando me digan que por carecer de alguna muestra de barro, voy a preguntarles por que no la tienen. Voy a preguntarles por que se han estado conformando con datos sismicos y espectros del neutrino, cuando podrian estar analizando muestras minerales transportadas aqui desde todos los lugares donde un vehiculo mesklinita se ha detenido durante diez minutos. Si prefieres no descender a ese nivel y trabajar mas bien con las emociones mas nobles de la humanidad, vete pensando en todas las frases enternecedoras que puedes hacer sobre el horror y la crueldad de abandonar a tu amigo Beetchermarlf, sofocandose lentamente en un mundo extrano, a miles de parsecs de su hogar. Podriamos utilizar eso si tenemos que llevar esta discusion ante una autoridad superior, como el publico en general. En realidad, no creo que lo necesitemos, pero ahora mismo no estoy de humor para limitarme a un juego limpio y a unos argumentos logicos.
»Si Alan Aucoin grune por el coste de operar la nave (creo que tiene demasiado sentido comun), voy a saltar sobre el con los dos pies. La energia ha sido practicamente gratis desde que conseguimos los aparatos de fusion; lo que cuesta es el entrenamiento del personal. De todas formas, tenemos que emplear tripulantes mesklinitas; asi pues, esa inversion ya esta hecha; y dejando la nave balancearse aqui sin utilizarla, esta malgastando su coste. Se que en esa logica hay un pequeno agujero, pero si lo senalas delante del doctor Aucoin, te azotare por primera vez desde que tenias siete anos, y no creo que la ultima decada haya hecho muchos estragos en mi brazo. Deja a Aucoin que piense solo.
—No tienes que enfadarte conmigo, papa.
—No lo estoy. De hecho, estoy mas asustado que enfadado.
—?Asustado? ?De que?
—De lo que pueda sucederle a Barlennan y a su gente en lo que tu madre llama «ese horrible planeta».
—Pero, ?por que? ?Por que ahora mas que antes?
—Porque estoy comenzando a comprender que Barlennan es un ser inteligente, resuelto, calculador, ambicioso y razonablemente cortes, igual que lo era mi unico hijo hace seis anos, y recuerdo muy bien tu equipo de bucear. Vamos. Tenemos una escuela de astronautica que organizar y un cuerpo estudiantil que reunir.
EPILOGO: LECCIONES
A trecientos kilometros, la nave era percibida como un objeto en forma de estrella reflejando la debil luz de Lalanda 21.185. Benj habia observado la nave alejandose a esa distancia y colocandose en lo que su piloto consideraba una orbita decente con respecto a la estacion, pero ni el ni el piloto habian discutido los detalles tecnicos. Era tan incomodo ser capaz de mantener una conversacion sin esperar todo un minuto la contestacion del otro individuo, que Benj y Beetchermarlf se habian puesto a charlar.
Estas conversaciones se iban haciendo menos frecuentes. Benj habia vuelto a trabajar de verdad y, segun sospechaba, a recuperar el tiempo perdido. Beetchermarlf estaba muy a menudo lejos en vuelos de practicas para hablar, y con mas frecuencia, demasiado ocupado para charlar con nadie que no fuese su instructor.
—Es el momento de terminar, Beetch —el muchacho acabo con el intercambio al oir silbar a Tebbetts desde la barra—. Va a llegar el instructor.
—Cuando este listo lo estare yo —llego la respuesta—. ?Quiere usar tu lenguaje o el mio esta vez?
—El te lo comunicara; no me lo ha dicho. Aqui esta —contesto Benj.
El astronomo barbudo, sin embargo, hablo primero con Benj, despues de echar un rapido vistazo a su alrededor. Los dos estaban a la deriva, sin peso en la seccion de observacion directa en el centro del eje conector de la estacion, y Tebbetts habia supuesto que la nave y su estudiante estarian derivando a su lado. Todo lo que su