Edward sintio que se le aceleraba el pulso. Nadie dijo nada.
—Oh, gracias a Dios —dijo Minelli unos momentos mas tarde, suavizando algo la situacion—. Solo es la barba. ?Hey! Necesito mi maquinilla electrica.
—Senor Minelli —dijo el supervisor—, olvide esas bromas, por favor.
—Hubieramos debido advertirles acerca de el y su sentido del humor —senalo Reslaw.
—Soy conocido como un autentico tonto del culo —explico Minelli—. Se lo digo por si acaso se lo piensan mejor acerca de seguir manteniendome aqui.
PERSPECTIVA
Pese a la decision del primer ministro Stanley Miller de «aparecer ante el publico» con la noticia de visitantes extraterrestres en Australia Meridional, los cientificos del lugar han transmitido hasta el momento muy poca informacion. Todo lo que se sabe es esto: El objeto descubierto por los prospectores de opalos en el Gran Desierto Victoria se halla a menos de ciento treinta kilometros de Ayers Rock, justo encima de la frontera de Australia Meridional. Se halla a unos 340 kilometros al sur de Alice Springs. Su apariencia ha sido camuflada para que se parezca a los tres grandes tolmos de la region, Ayers Rocks y los Olgas, aunque es aparentemente mas pequeno que esas bien conocidas formaciones. El Departamento de Defensa ha rodeado el lugar con unos 150 kilometros de alambre espinoso en tres circulos concentricos. Las actuales investigaciones estan siendo llevadas a cabo por los cientificos del Ministerio de Ciencias y la Academia de Ciencias australiana. Ha sido ofrecida la ayuda de los oficiales del Centro de Investigacion australiano en Woomera y las instalaciones de rastreo de la NASA en Island Lagoon, aunque la cooperacion cientifica y militar con otras naciones no ha sido confirmada hasta el presente.
6
El autobus Mercedes gris oscuro recogio a Arthur Gordon y a Harry Feinman junto al pequeno reactor de pasajeros de las Fuerzas Aereas y los llevo a traves de una enormemente custodiada puerta al Centro de Operaciones Espaciales de Vandenberg. Por la ventanilla, sobre una colina de cemento aproximadamente a kilometro y medio al norte, Arthur pudo ver la mitad superior de un transbordador espacial junto con su tanque externo color naranja oxido y sus cohetes impulsores blancos, apoyado al lado de una enorme torre de sustentacion de acero.
—No sabia que estuvieran preparados para este tipo de cosas, quiero decir, traer especimenes aqui —dijo Arthur al oficial con uniforme azul que estaba sentado a su lado, el coronel Morton Hall. Hall tenia aproximadamente la misma edad que Arthur, era ligeramente mas bajo, corpulento y presumido, con un fino bigote y un aire de tranquila paciencia.
—Hablando francamente, no lo estamos —dijo Hall.
Harry, sentado frente a ellos, al lado de un teniente de pelo negro llamado Sanborn, se volvio y miro por un lado del apoyacabezas. Cada miembro del grupo civil iba acompanado por un oficial.
—Entonces, ?por que esta todo aqui? —pregunto Harry.
—Porque eramos los mas cercanos y porque podemos improvisar —dijo Hall—. Disponemos aqui de algunos medios de aislamiento.
—?Para que son utilizados, en circunstancias normales? —pregunto Harry. Miro a Arthur con una expresion entre la picardia y el resentimiento.
—No estoy autorizado a discutir eso —dijo Hall, sonriendo ligeramente.
—Eso fue lo que crei —indico Harry a Arthur—. Si, por supuesto. —Asintio, y volvio a mirar hacia delante.
—?Que esta pensando, senor Feinman? —pregunto el coronel Hall, aun sonriendo, aunque mas tensamente ahora.
—Estamos trasladando la investigacion sobre armamento biologico al espacio —dijo concisamente Harry—. Modulos automatizados controlados desde la Tierra. Si hemos de volver a traerlos aqui, deberan ser aislados. Los hijos de puta.
La sonrisa de Hall vacilo pero, un tanto a su favor, no desaparecio del todo. El habia suscitado su propia trampa.
—Entiendo —dijo.
—Todos nosotros poseemos las mas altas credenciales y la autorizacion presidencial —le recordo Arthur—. Dudo que haya nada aqui que pueda quedar fuera de nuestro conocimiento, si presionamos lo suficiente.
—Espero que se den cuenta ustedes de nuestra posicion aqui, senor Gordon, senor Feinman —dijo Hall—. Todo este asunto nos fue echado encima hace apenas una semana. Todavia no hemos puesto a punto todos nuestros procedimientos de seguridad, y pasara algun tiempo antes de que decidamos quien necesita saber que.
—Me inclinaria a pensar que esto tiene prioridad por encima de practicamente cualquier otra cosa —dijo Arthur.
—Todavia no estamos seguros de lo que tenemos aqui —admitio el coronel Hall—. Quizas ustedes, caballeros, puedan ayudarnos a definir nuestras prioridades.
Arthur hizo una mueca.
—Ahora la pelota esta en
—Mejor en su tejado que en el nuestro —dijo Hall—. Todo este asunto ha sido una pesadilla administrativa. Tenemos a cuatro civiles y a cuatro de nuestros propios hombres en aislamiento. No tenemos orden de arresto ni ningun otro documento formal para ninguno de ellos, y no hay…, bien, ya pueden imaginarlo. Hasta ahora solamente podemos apelar a la seguridad nacional.
—?Y el «hombrecillo verde»? —pregunto Harry, volviendose de nuevo.
—Oh…, es nuestra atraccion estrella. Primero veran a esa cosa, luego hablaremos con los hombres que la encontraron.
—«Esa cosa» —murmuro Arthur—. Tendremos que encontrarle un nombre menos ominoso, y pronto, antes de que «la cosa» se convierta en algo del dominio comun.
—Nosotros lo hemos estado llamando el Huesped, con H mayuscula —dijo Hall—. No hace falta decir que hemos intentado evitar toda publicidad.
—No es probable que lo consigan durante mucho tiempo, con los australianos haciendolo publico —dijo Harry.
Hall asintio, enfrentandose a lo practico.
—Todavia ignoramos que saben ellos de lo que tenemos aqui.
—Probablemente los rusos si saben ya lo que tenemos —senalo Harry.
—No seas cinico, Harry —advirtio Arthur.
—Lo siento. —Harry sonrio como un muchacho atrapado en falta al oficial que tenia al lado, el teniente Sanborn, luego a Hall—. ?Pero estoy equivocado?
—Espero que lo este, senor —dijo Sanborn.
En una explanada de cemento a dos kilometros y medio de la pista de despegue del transbordador espacial se alzaba un implacable edificio de cemento con paredes que se inclinaban hacia dentro, y que cubria casi una hectarea de terreno. La parte superior de las paredes se elevaba tres pisos por encima de la llanura circundante de cemento y asfalto.
—Parece un bunker —dijo Harry cuando el autobus se acerco a una rampa que se inclinaba descendiendo hasta mas abajo del nivel del suelo—. ?Construido para resistir un ataque nuclear directo?