—Me gustaria verlo. Que espectaculo sera, si se produce.
—?Si? —Ithaca sonreia ironicamente—. Eres mi pesimista favorito. Ahora suenas esperanzado.
—Solo un poco esperanzado —rectificaba Harry.
—?Que te dijo Arthur?
—Nunca intentes ocultarle nada a mi mujer. —Harry se tomo un momento para recordar—. Dijo que el planeta esta cubierto ahora de pequenas aranas.
Ithaca se inclino hacia delante.
—?Que?
—La caballeria ha llegado, aunque probablemente lo ha hecho demasiado tarde.
Ella agito la cabeza, sin comprender.
—Me mostro una. Un pequeno robot. Estan cosechando la Tierra antes de que se agoste. Intentando salvar una pequena poblacion reproductora, supongo. Como la expedicion de un zoo. Y estan destruyendo las maquinas que nos estan haciendo esto.
—?Arthur te dijo todo eso?
Asintio.
—Pense que estaba loco, luego me mostro una de las aranas. Parecia…, no feliz, sino como si supiera que estaba haciendo algo util. Pensaba que quizas estuvieran controlando sus pensamientos, pero dijo que no importaba, y que el no podia… —La debilidad invadio de nuevo a Harry, y cerro los ojos durante varios minutos—. Dijo que probablemente sabian que eso era lo mejor.
Ithaca se inclino hacia el y estudio atentamente su rostro.
—Vi una —dijo suavemente—. Creo que la vi. En el jardin.
—?Una que? ?Una arana?
—Plateada. —Alzo su mano abierta—. Asi de grande. Desaparecio corriendo antes de que pudiera verla claramente, pero cuando mire, habia estado en el tronco de un viejo olivo…, cuando mire habia cortes en la corteza, cortes como de cuchillo. Pense que estaba viendo visiones, o que simplemente me habia equivocado. Harry, ?no deberiamos decirselo a la gente?
—?Y de que serviria? —pregunto el. Sus pensamientos estaban mezclandose de nuevo, asi que no dijo nada mas y se limito a sujetar blandamente la mano de ella con la suya.
Ithaca llamo a casa de Gordon la noche siguiente y no recibio ninguna respuesta. La ultima parte de Harry habia muerto, finalmente, a las once de la manana.
53
El Glomar
Walt Samshow escruto el espumoso mar hasta el distante horizonte y no pudo divisar su final. Apenas necesitaba respirar ya. La mayoria de los hombres llevaban constantemente trapos humedos sobre sus narices y bocas. Era comun que les sangrara la nariz; los delicados tejidos nasales se estaban deteriorando bajo el efecto ardiente y resecante de una cantidad excesiva de algo que era intrinsecamente bueno: oxigeno.
—No podremos permanecer mucho tiempo aqui —dijo Sand, de pie a su lado en el puente.
—?Tenemos nuestras muestras y lecturas? —pregunto Samshow.
Sand asintio.
—?Alguna noticia de los barcos de la Marina?
—Ya han abandonado la zona. Hemos estado escuchando, intentando localizar el submarino del fondo, pero todo lo que podemos oir es el rugir de las burbujas.
—Dile al capitan que deberiamos irnos nosotros tambien —dijo Samshow—. ?Hay alguien que pueda luchar contra esto? —Dirigio su pregunta por encima de la barandilla del puente, pero Sand agito negativamente la cabeza.
—Lo dudo.
—Es como contemplar el desmantelamiento de todo el oceano —dijo Samshow. Extrajo un frasco de gotas para los ojos del bolsillo de su chaqueton e inclino la cabeza hacia atras para ponerse algunas.
Sand rechazo el frasco cuando Samshow se lo ofrecio.
—Es aterrador —dijo.
Samshow hizo una mueca.
—Es malditamente
Sand se lo quedo mirando, sin comprender.
—Olvidalo —dijo Samshow, agitando el casi vacio frasco de gotas para los ojos—. Dile al capitan que nos saque de este infierno.
Sand tropezo con Chao, el segundo oficial, en la escotilla del puente. Retrocedio disculpandose, y Chao le tendio una nota garabateada.
—?De Pearl Harbor, y de San Francisco! —dijo.
—?Que? —pregunto Sand.
—Informes de una alteracion sismica en Mongolia. No un terremoto: una bomba. Quiza diez megatones. No en el aire: subterranea o algo asi.
Samshow contemplo las cifras en el trozo de papel.
—No son estupidos —dijo.
—?Cree que han hecho volar el aparecido ruso? —pregunto Sand.
—?Y que otra cosa? —Chao sonrio ampliamente—. ?Quiza podamos hacerlos volar todos! Quiza tambien el australiano, ?eh?
—?Donde conseguiran la bomba? —pregunto Sand.
—Si es que quieren hacerlo —dijo Samshow.
—Solo un estupido dudaria ahora —dijo Chao—. ?Poner a esos bastardos fuera de circulacion, cortar sus lineas de comunicacion!
—?Ois ese tren de carga ahi abajo? —Samshow senalo figurada y enfaticamente hacia el fondo a traves de la cubierta y el oceano, e hizo ademan de clavar el dedo para profundizar hasta el manto y el nucleo mas abajo—. Mientras eso siga corriendo, no hemos conseguido nada.
—Si las teorias son correctas —dijo Sand.
—?De todos modos, nos los cargamos! —Chao se nego a que el trapo humedo ocultara su entusiasmo. Miro desafiante a Samshow, luego bajo la cabeza y alzo una pierna por encima de la escotilla para regresar al puente.
54
Edward Shaw condujo el Itasca hasta el interior de Fresno y se detuvo para poner combustible. El cielo al norte estaba libre de humo, pero su azul era mas profundo del que jamas habia visto en aquella latitud. Habia gran cantidad de fina ceniza en el aire, procedente de los incendios de la Union Sovietica y China.
El invierno terminaba de forma prematura; a traves de las Sierras, la nieve estaba retrocediendo con rapidez.