dado tres vueltas al colegio en el tiempo que tarda usted en ponerse las medias.
– Pues al parecer alguien lo hizo -dijo la senorita Shaw.
– Estan empezando a ponerse rebeldes -dijo Harriet a la decana.
– ?Y que se puede esperar de esas majaderas? Si anoche se hubieran quedado quietecitas donde estaban, podriamos haber solucionado el problema. No es culpa de usted. No podia estar en todas partes a la vez. ?Se puede pedir disciplina a las alumnas cuando un monton de profesoras de mediana edad actuan como una bandada de gallinas en una situacion de crisis? ?Quien es ese que mantiene una conversacion a voces con alguien de una ventana del ultimo piso? Ah, creo que el novio de Baker. Bueno, supongo que hay que observar la disciplina. ?Puede darme el telefono de la casa? Gracias. No se como vamos a evitar que este ultimo acontecimiento… ?Ah, Martha! Salude a la senorita Baker de parte de la decana, por favor, y digale que tenga la amabilidad de recordar la norma sobre las visitas matutinas… Y las alumnas estan muy enfadadas porque alguien esta destruyendo sus objetos personales. Creo que incluso estan preparando una reunion, y es injusto para las pobres criaturas consentir que sospechen unas de otras, pero ?que podemos hacer? ?Gracias a Dios, es la ultima semana del trimestre! No estaremos cometiendo un error espantoso, ?verdad? Tiene que ser una de nosotras, no una alumna o una criada.
– Parece que hemos eliminado a las alumnas… a menos que se trate de una conspiracion de dos de ellas. Podria ser. Hudson y Cattermole. Pero con respecto a las criadas… Supongo que ya puedo ensenarle esto. ?Podria citar a Virgilio una de las criadas?
– No -contesto la decana mientras examinaba el pasaje de las arpias-. No, no parece muy probable. ?Ay, Dios mio!
La respuesta a la carta de Harriet llego a vuelta de correo.
Mi querida Harriet:
Eres sumamente amable al tomarte tantas molestias por mi descortes sobrino. Mucho me temo que el incidente te haya dado una impresion pesima de los dos.
Le tengo mucho carino al muchacho y, como tu dices, es simpatico, pero se deja arrastrar facilmente y, en mi opinion, mi hermano no lo maneja como es debido. Teniendo en cuenta sus expectativas, a Gerald le restringen demasiado el dinero, y naturalmente, el piensa que tiene derecho a cualquier cosa sobre la que pueda poner las manos encima. Sin embargo, tiene que aprender a distinguir entre la indolencia y la falta de honradez. Yo me he ofrecido a aumentar su asignacion, pero en su casa no ha sido bien recibida mi propuesta. Se que sus padres piensan que les estoy robando su confianza, pero si yo me negara a ayudarlo, el muchacho recurriria a otra persona y se meteria en problemas aun mayores. Aunque no me gusta la situacion de «Tu amigo es Codlin, no Short» en la que me han puesto, pienso que es mejor que acuda a mi que a un extrano. Yo lo llamo orgullo de familia; podria ser simple vanidad, pero se que es tribulacion del espiritu.
Te aseguro que, hasta la fecha, siempre que le he confiado algo a Gerald jamas me ha defraudado. Se aviene a ciertos lemas, pero no se aviene a una disciplina en la que se alternen indulgencia y severidad. Francamente, no se quien lo haria.
Te pido excusas una vez mas por molestarte con nuestros asuntos familiares. ?Que demonios estas haciendo en Oxford? ?Te has retirado del mundo para dedicarte a la vida contemplativa? Ahora no intentare disuadirte, pero tratare el asunto contigo, como de costumbre, el 1 del proximo abril.
Afectuosamente y con toda gratitud,
P.D.B.W.
Olvidaba decirte una cosa: gracias por contarme lo del accidente y por tranquilizarme sobre las consecuencias. No tenia ninguna noticia al respecto… Como dice James Forsyte: «A mi nadie me cuenta nada». Le escribire unas amables lineas.
– ?Pobrecito Peter! -dijo Harriet.
Esa frase probablemente merece ser incluida en la antologia de los grandes acontecimientos.
Cuando Harriet fue a visitar a lord Saint-George para despedirse de el, lo encontro mucho mejor de aspecto, pero con expresion angustiada. Con un monton de papeles esparcidos por la cama, daba la impresion de estar intentando enfrentarse a sus asuntos y conseguir unicamente complicarse aun mas la vida. Se animo considerablemente al ver a Harriet.
– ?Vaya! Es usted precisamente la persona que me hacia falta. Yo no tengo cabeza para estas cosas, y estas espantosas facturas se me caen todo el rato de la cama. Soy capaz de escribir mi nombre bastante bien, pero con lo demas me despisto. Estoy seguro de que les he pagado a esas bestias por partida doble.
– Vamos a ver si puedo ayudarle.
– Esperaba que me lo dijera. Me encanta sentirme un poco mimado. No entiendo como se pueden ir acumulando las cosas de esta manera. Es que en estos sitios te estafan, pero algo tienes que comer, ?no?, y ser socio de algunos clubes y jugar a algo. Desde luego, el polo sale un poco caro, pero eso practicamente se ha acabado. No, en serio, no es nada. Por supuesto, el problema fue ir por ahi con esa pandilla en las vacaciones. Madre se cree que son estupendos porque son solteros de oro, pero la verdad es que son gente de mucho cuidado. No daria credito si acabaran en la carcel, y con ellos su ninito del alma. La penosa degeneracion de la aristocracia rural y esas cosas. Solemne reprimenda del docto juez. Es que me atrase un poquito con las cosas en Ano Nuevo y no he vuelto a ponerme al dia. Me da la impresion de que el tio Peter va a llevarse un pequeno susto. Por cierto; ha escrito. Esto le pega mas.
Le lanzo la carta.
Querido Jerry:
De todas las desazones que pudieran haber amargado la vida de los sufridos parientes, tu eres con mucho la peor. Deja en paz ese maldito Alfa antes de que te mates, por lo que mas quieras; por extrano que parezca, aun conservo ciertos vestigios de afecto por ti. Espero que te quiten el carnet de conducir de por vida, y tambien espero que te encuentres fatal. Probablemente sea asi. Deja de preocuparte por el dinero.
Voy a escribirle a la senorita Vane para agradecerle su amabilidad contigo. Es una persona cuya buena opinion tengo en muy alta estima, de modo que se compasivo con mis sentimientos, como hombre y como tio.
Bunter acaba de encontrar tres hebras de plata entre el oro, y esta verdaderamente apesadumbrado. Me ruega que te presente sus respetuosas condolencias, y aconseja un masaje del cuero cabelludo (para mi, quiero decir).
Cuando puedas, envia unas lineas para informar de tu evolucion a tu pesaroso y cada dia mas decrepito tio.
P. W.
– Recogera toda una cosecha de hebras de plata cuando se de cuenta de que no he pagado el seguro -dijo el vizconde con crueldad, mientras recogia la carta.
– ?Como?
– Afortunadamente no hay ningun otro afectado, y la policia no estaba en el lugar de los hechos, pero supongo que recibire noticias de Correos por el punetero poste de telegrafos. Si tengo que presentarme ante los jueces y se entera el jefe, se enfadara. Va a costar un poco arreglar el coche. Yo tiraria ese maldito trasto, pero es que papa me lo regalo en uno de sus arrebatos de generosidad. Y por supuesto, practicamente lo primero que me pregunto cuando sali de debajo del coche fue si el seguro estaba en orden, y como yo no me encontraba en condiciones de discutir, le dije que si. Con tal de que no aparezca en la prensa lo del seguro, todo bien… solo que la reparacion va a ser un buen pellizco en el total de la factura del tio Peter.
– ?Y es justo que el tenga que pagar por eso?
– Totalmente injusto -repuso lord Saint-George alegremente-. El jefe tendria que pagar el seguro. Es como el