vemos merodeando a algun vagabundo por los alrededores. El otro dia, precisamente, vi pasar a un senor con muy mal aspecto, y no hace demasiado alguien abrio la caja de las limosnas y se las llevo. Eso no fue lo importante, porque habia poco dinero, pero rompieron muchas cosas del santuario, por la decepcion, supongo, y eso no podemos permitirlo, ?no cree?
Wimsey respondio que no, que no podian y que si, que le gustaria quedarse en la iglesia un rato mas y que se acordaria de devolverle la llave. Cuando la senora Venables se fue, Wimsey dejo una buena limosna en la caja y permanecio observando la pila bautismal, cuyas esculturas eran realmente curiosas y, a su parecer, sugerian un simbolismo que no era cristiano ni pagano. Vio un viejo y pesado baul debajo de la torre que, cuando se abria, mostraba su contenido: nada mas venerable que cuerdas de campana viejas. Siguio por el pasillo norte, observando que los capiteles que aguantaban los arcos principales de los angeles del techo estaban llenos de esculturas de cabezas de querubines. Se entretuvo un rato junto a la tumba del abad Thomas, con su efigie vestida y adornada. «Un hombre serio -penso-, este clerigo del siglo XIV, con este rostro tan duro y fuerte, mas un soberano para su pueblo que un pastor». A los lados de la tumba habia paneles decorados que mostraban varias escenas de la historia de la abadia, como la fundicion de una campana,
Los Venables consintieron, en contra de su voluntad, que su invitado se marchara, ya que el senor Brownlow y el senor Wilderspin habian hecho un trabajo tan bueno con el coche que a las dos ya estaba listo, y Wimsey queria emprender el viaje hacia Walbeach antes de que anocheciera. Se despidio, entre apretones de manos y muchas peticiones para que volviera pronto y tocara con ellos otro carrillon. Cuando se despidieron, el parroco le dio una copia del
– Ya llega el deshielo, Bunter.
– Si, milord.
– ?Has visto alguna vez esta parte del pais con los caudales de los rios llenos?
– No, milord.
– Parece bastante desierto, especialmente alrededor de Welney y Mepal Washes, cuando desembocan en los rios en Oid y New Bedford, y a traves del campo entre Over y Earith Bridge. Acres de agua, unicamente con alguna orilla de vez en cuando o una linea rota de sauces.
Esta zona creo que esta mejor drenada. ?Ah! Mira alli, a la derecha, eso debe ser la presa Van Leyden, que proporciona el agua del dique de los diez metros; es como la presa de Denver pero en menor escala. Lo mirare en el mapa. Exacto. ?Lo ves? Aqui es donde el dique se une con el rio Wale, aunque se encuentran en un punto mas elevado; si no fuera por la presa, el agua del dique iria a parar al rio e inundaria toda la zona. Mala ingenieria, aunque los ingenieros del siglo XVII debian trabajar de manera poco sistematica y enfocar los problemas a medida que aparecian. Alli es donde el rio Wale pasa por Potter's Lode, viene de Fenchurch St Peter. No me importaria trabajar manteniendo una presa, es una labor solitaria que me permitiria pensar.
Observaron la pequena casa de ladrillos rojos, que se levantaba de un modo extrano a su derecha, como una oreja de perro levantada, entre los dos extremos de la presa. A un lado habia una pequena presa con una esclusa que conectaba, dos metros por encima del nivel del agua, con el dique. Al otro lado, otra presa de cinco compuertas que contenian las aguas frenaba el curso del Wale.
– No se ven mas casas, ?oh, si! Una casita a unos tres kilometros al norte de la orilla. Suficiente para hacer que uno mismo se ahogue en su propia esclusa. Espera. ?Hacia donde tenemos que ir ahora? Ah, si: debemos cruzar el dique por el puente y girar a la derecha, y luego seguimos el rio. Me gustaria que todo fuera menos rectangular en esta parte del mundo. ?Mira, aqui viene! El vigilante de la presa sale a ver quien somos. Supongo que seremos el acontecimiento del dia. Saludemoslo con los sombreros. ?Hola! El sol desaparece a medida que avanzamos. Como dice Stevenson: solo pasaremos por aqui una vez, y espero sinceramente que tenga razon. Pero bueno, ?que quiere este tipo?
En medio de la inhospita y nevada carretera aparecio una figura solitaria caminando hacia ellos con los brazos extendidos para llamar la atencion. Wimsey detuvo el coche.
– Disculpe que le haga parar, senor -dijo el hombre, bastante educado-. ?Seria tan amable de decirme si voy bien para llegar a Fenchurch St Paul?
– Perfectamente. Cuando llegue al puente, crucelo y siga el dique hasta que llegue a la senal que le indique la direccion del pueblo. No tiene perdida.
– Gracias, senor. ?Podria decirme si esta muy lejos?
– Unos siete kilometros hasta la senal y luego menos de un kilometro hasta el pueblo.
– Muchas gracias, senor.
– Me temo que pasara un poco de frio.
– Si, senor. No es una zona demasiado benigna. Sin embargo, llegare antes de que anochezca, y eso es reconfortante.
Hablaba en voz baja y con cierto acento de Londres. El abrigo, a pesar de ser muy viejo, no estaba roto. Llevaba una barba pequena y puntiaguda y debia tener unos cincuenta anos; hablaba mirando al suelo, como si no quisiera que lo miraran a los ojos.
– ?Le apetece un cigarro?
– Muchas gracias, senor.
Wimsey saco unos cuantos cigarros de la caja y se los dio. La palma que los recibio estaba llena de callos producidos por arduos trabajos manuales, aunque ese hombre no tenia nada de granjero o agricultor en las maneras ni en el aspecto.
– No es de por aqui, ?verdad?
– No, senor.
– ?Busca trabajo?
– Si, senor.
– ?De peon?
– No, senor. De mecanico.
– Ya veo. Bueno, buena suerte.
– Gracias, senor. Buenas tardes.
– Buenas tardes.
Wimsey continuo en silencio durante unos doscientos metros. Luego dijo:
– Mecanico… Es posible, pero creo que ultimamente no ha ejercido. Esas manos tenian mas aspecto de haber picado piedra. Bunter, siempre reconoceras a un ex presidiario por la mirada. Dejar atras el pasado es una idea excelente, pero espero que nuestro amigo no se cruce en el camino del parroco.
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Un carrillon completo