– ?Jesus, Maria y Jose! -exclamo el parroco-.?Tan mal esta? ?Muriendose? Me apena mucho escuchar eso. Por supuesto que voy, inmediatamente. No tenia ni idea…

– Nadie podia imaginarselo, senor. Es esta maldita gripe. Estoy seguro de que ayer nadie habria pensado que esto podia pasar.

– ?Dios mio! ?Dios mio! Espero que no sea tan grave como dices. Pero no perdamos mas tiempo. Ya me contaras el resto por el camino. Ahora mismo vuelvo. Agnes, querida, asegurate de que los muchachos desayunan y explicales por que no puedo reunirme con ellos. Lord Peter, tendra que disculparme. Ya hablaremos cuando vuelva. ?No puedo creermelo! Lady Thorpe… ?Que gripe tan devastadora!

Se fue corriendo a la iglesia. La senora Venables estaba a punto de llorar, con una cara entre la preocupacion y la angustia.

– ?Pobre Theodore! Despues de pasarse toda la noche en vela, aunque… claro que debe ir, no debemos pensar solo en nosotros mismos. ?Pobre sir Henry! ?Estando invalido! ?Que manana tan cruel, y sin desayunar! Johnson, por favor, dile a la senorita Hilary que lo siento y preguntale si puedo ayudar a la senora Gates en algo. Es el ama de llaves, lord Peter. Es una mujer extraordinaria, y la cocinera esta de vacaciones, lo habran pasado fatal. Los problemas nunca vienen solos. ?Dios mio! Lord Peter, debe estar hambriento. Pase y empiece a desayunar. Johnson, no dudes en enviar a alguien si necesitas ayuda. ?Se las arreglara la enfermera de sir Henry ella sola? Esta zona es tan solitaria que resulta dificil encontrar ayuda. ?Theodore! ?Estas seguro de que te has abrigado lo suficiente?

El parroco, que acababa de reunirse con ellos con todo lo necesario para dar la extremauncion, le aseguro que iba bien protegido. Johnson casi lo metio a empujones en el coche y despues partieron hacia el pueblo.

Este desafortunado accidente cayo como un jarro de agua fria entre los campaneros, aunque Wimsey, que tenia el estomago como un baul de viaje vacio, solo podia dar gracias por poder saborear los huevos, el beicon y el cafe en paz. Ocho mandibulas masticaban sin parar, mientras la senora Venables les servia las provisiones de un modo algo distraido, intercalando hospitalarias insistencias para que siguieran comiendo entre exclamaciones de compasion por la familia Thorpe y preocupacion por la salud de su marido.

– Los Thorpe, de una manera u otra, no han dejado de tener problemas -dijo-. Todo aquel terrible asunto sobre sir Charles, y la desaparicion del collar, y esa pobre chica y todo, aunque, dadas las circunstancias, fue una bendicion que el hombre muriera, despues de matar a un celador, a pesar de que en aquel momento la familia se llevo un buen disgusto. ?Como va, Hezekiah? ?Un poco mas de beicon, senor Donnington? Hinkins, acercale al senor Godfrey el jamon. Y, ademas, sir Henry no se ha vuelto a recuperar de lo que sufrio en la guerra, el pobre. ?Wally, teneis bastante comida por aqui? Espero que no retengan demasiado al parroco, porque todavia no ha desayunado. Lord Peter, ?un poco mas de cafe?

Wimsey le dio las gracias y le pregunto que habia pasado, exactamente, con sir Henry y el collar.

– Ah, claro, usted no lo sabe. ?Que tonta! Viviendo en un lugar tan solitario como este, uno se imagina que los acontecimientos locales son de una importancia mundial. Es una historia bastante larga, no deberia ni haberlo mencionado -en este punto bajo la voz-, si Will Thoday hubiera venido. Se lo explicare despues del desayuno. O pregunteselo a Hinkins. El conoce toda la historia. ?Como estara William Thoday esta manana? ?Alguien sabe algo?

– Muy grave, senora -contesto el senor Donnington, como si se lo hubiera preguntado a el-. Esta manana he visto a mi mujer despues de misa, y me ha dicho que ha oido como Joe Mullins explicaba que ha estado delirando toda la noche, y que casi no podian retenerlo en la cama, porque queria levantarse para venir a tocar.

– ?Dios mio! Mary ha tenido suerte de que James estuviera en casa.

– Cierto -asintio el senor Donnington-. Les ha venido muy bien que el marinero haya vuelto. Aunque tenga que irse en un par o tres de dias, pero se supone que para entonces ya habra pasado lo peor.

La senora Venables chasqueo la lengua.

– ?Ah! -dijo Hezekiah-. Esta gripe esta siendo mortal. Suele llevarse a los mas jovenes y fuertes y deja a los viejos. Al parecer, los tipos viejos como yo somos demasiado duros de pelar para ella.

– Eso espero, Hezekiah, eso espero -comento la senora Venables-. Ya son las diez y el parroco todavia no ha vuelto. Bueno, supongo que no podiamos esperar… ?Viene un coche por el camino! Wally, ?te importa taner esa campana? Quiero huevos recien hechos y beicon para el parroco y, Emily, llevate el cafe y calientaselo.

Emily cogio la jarra pero regreso casi inmediatamente.

– Si me disculpa, senora, el parroco dice que le perdonen ustedes, por favor, pero que desea tomar el desayuno en el estudio. ?Oh!, senora, la pobre lady Thorpe ha muerto, y si el senor Lavender ha terminado, que haga el favor de ir a la iglesia a tocar el repique de difuntos.

– ?Muerta! -exclamo la senora Venables-. ?Que horror!

– Si, senora. Johnson dice que ha sido muy rapido. El parroco acababa de salir de la habitacion, senora, cuando se les fue, y no saben como decirselo a sir Henry.

El senor Lavender empujo la silla hacia atras y se levanto temblando.

– En mitad de la vida -dijo solemnemente-, nos encontramos con la muerte. Es una verdad terrible, os lo aseguro. Si me disculpa, senora, voy a la iglesia. Le agradezco mucho el desayuno que nos ha preparado. Buenos dias a todos. Hoy hemos tocado un carrillon precioso, y ahora me voy a hacer sonar a Sastre Paul otra vez.

Salio silenciosamente y, al cabo de cinco minutos, oyeron la profunda y melancolica voz de la campana sonando. Primero los seis repiques que anunciaban que era una mujer y luego los repiques rapidos que anunciaban la edad de la fallecida. Wimsey conto treinta y siete. Luego una pausa y, despues, una lenta campanada en intervalos de medio minuto. En el comedor, el silencio unicamente se rompia por el sonido de alguien que terminaba su desayuno discretamente.

La reunion acabo tranquilamente. El senor Wilderspin se llevo a Wimsey a un rincon y le explico que le habia pedido al senor Ashton un par de caballos de granja y una cuerda muy resistente, que asi esperaba sacar el coche del dique en poco tiempo, y que entonces veria que se tenia que reparar. Le dijo que, si no le importaba, podia acercarse a la herreria de al lado en una hora mas o menos y podrian hablar del tema. Su hijo, George Wilderspin, tenia muy buena mano con los automoviles y ademas era un experto reparando los motores de las granjas, sin mencionar su propia motocicleta. La senora Venables entro en el estudio para asegurarse de que a su marido no le faltaba nada y para consolarlo por la calamidad que habia ocurrido en la parroquia. Wimsey, sabiendo que su presencia en Frog's Bridge no seria de ninguna ayuda y que, posiblemente, solo dificultaria la tarea del equipo del herrero, le pidio a su anfitriona que no se preocupara por el y salio al jardin. En la parte trasera de la casa, se encontro con Joe Hinkins, que estaba limpiando el coche del parroco. Joe acepto el cigarro que le ofrecio, hizo algunos comentarios sobre el carrillon y comento la conversacion que habian mantenido en el comedor sobre los Thorpe.

– Viven en una casa muy grande de ladrillos rojos, la Casa Roja, al otro lado del pueblo. Antano fueron una familia muy rica. Se comenta que consiguieron la tierra invirtiendo hace mucho tiempo en el drenaje de los pantanos con el conde de Bedford. Pero usted ya debe de saberlo, milord. De todos modos, son una de las familias mas antiguas de la zona. Sir Charles era un caballero bueno y generoso; hizo muy buenos negocios, aunque no es lo que llamariamos un hombre rico, y no por falta de medios. Se dice que su padre perdio una fortuna en Londres, pero no se como. Sin embargo, el trabajo muy bien la tierra y fue un golpe para todos cuando murio a raiz del robo.

– ?Que robo?

– El del collar del que le hablo la senora. Sucedio cuando sir Henry se caso. El ano de la guerra, en primavera, abril de 1914, lo recuerdo perfectamente. Yo era un crio y el primer carrillon importante que toque fue para esa boda. Tocamos 5.400 Grandsire Triples, divididos en Holts de diez partes. Lo encontrara en el registro de la iglesia. Despues ofrecieron una cena en la Casa Roja y vinieron muchos invitados ricos de fuera. La novia era huerfana y tenia algun tipo de relacion con la familia y, como sir Henry era el heredero, los casaron. Bueno, una de las invitadas se instalo en la casa y tenia un collar de esmeraldas precioso, debia valer miles de libras, y justo la noche despues de la boda, cuando sir Henry y su mujer se fueron de luna de miel, el collar desaparecio.

– ?Dios mio! -dijo Wimsey, que se sento en el parachoques y puso cara de sorpresa.

– Si -prosiguio Hinkins, muy satisfecho-. En aquel entonces causo una gran sensacion en la parroquia. Y lo peor fue que uno de los hombres de sir Charles acabo implicado en el asunto. Pobre sir Charles, jamas volvio a levantar cabeza. Cuando cogieron al tal Deacon y descubrieron lo que habia hecho…

– ?Y Deacon era el…?

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