– Si, senor, siempre la cierro con llave. Es la puerta pequena que hay debajo del organo, senor. No se puede llegar hasta alli sin la llave de la puerta y la de la puerta oeste. Es decir, la llave de la puerta oeste o un juego de llaves de la iglesia. Yo tengo la llave de la puerta oeste, ya que me queda mucho mas cerca de donde yo vivo, pero los demas harian lo mismo.
– ?Donde guarda las llaves?
– Las tengo colgadas en la cocina, senor.
– ?Alguien mas tiene la llave del cuarto del carbon?
– Si, senor. El parroco tiene todas las llaves.
– ?Nadie mas?
– No que yo sepa, senor. El senor Godfrey no las tiene todas, solo la de la cripta.
– Ya veo. Y cuando las llaves estan en la cocina, supongo que cualquier miembro de su familia tiene acceso a ellas, ?verdad?
– Bueno, senor, en cierto modo, si, pero espero que no este insinuando nada en contra de mi mujer o mis hijos. Llevo veinte anos como sacristan de este pueblo, sucediendo a Hezekiah, y nunca se ha acusado a nadie de golpear a forasteros en la cabeza y enterrarlos. Aunque, ahora que lo pienso, ese tal Driver vino a casa una manana porque habia recibido un mensaje, pero ?como voy a saber lo que hizo? Solo se que si hubiera cogido las llaves, yo las habria echado de menos; y aun asi, no fue mi intencion…
– Calma, calma, Harry. No diga tonterias. ?No supondra que este pobre hombre cavo su propia tumba y se enterro el mismo? No pierda el tiempo.
Se oyeron risas y gritos de: «?Esa es buena, Harry!».
– Silencio, por favor. Nadie le esta acusando de nada. ?Alguna vez ha notado que faltaban las llaves?
– No, senor.
– ?O que las herramientas no estaban en su sitio?
– No, senor.
– ?Las limpio despues de enterrar a lady Thorpe?
– Por supuesto que las limpie. Siempre dejo mis herramientas limpias.
– ?Cuando las volvio a usar?
El senor Gotobed se quedo pensando un momento. Entonces se oyo la voz de Dick:
– El nino de los Massey.
– No se dirijan al testigo, por favor.
– Exacto -dijo el senor Gotobed-. Fue cuando enterramos al nino de los Massey, lo vera en el registro. Y aquello debio ser al cabo de una semana. Si, mas o menos una semana.
– ?Y encontro las herramientas limpias y en su sitio cuando las fue a buscar para cavar la tumba del nino de los Massey?
– No vi nada raro.
– ?Y despues de aquel dia?
– No, senor.
– Esta bien. Eso es todo. Agente Priest.
El agente, repitiendo el juramento en voz alta, informo al tribunal de que lo habian llamado para que acudiera al cementerio, que se habia comunicado con el comisario Blundell, que habia estado presente en el levantamiento del cadaver y que habia colaborado en la busqueda de la ropa del difunto. Luego subio a declarar el comisario, que corroboro estas declaraciones y leyo una lista de las pertenencias del difunto. La lista era la siguiente: un traje azul oscuro de sarga de mala calidad, muy deteriorado despues de haber pasado tanto tiempo bajo tierra aunque, aparentemente, parecia recien comprado en una conocida casa de ropa barata; unos calzones y una camiseta muy viejos de una casa francesa (algo bastante sorprendente); una camisa caqui (parecida a la del Ejercito); un par de botas de trabajador, casi nuevas; una corbata de lunares barata. En los bolsillos habian encontrado un panuelo blanco de algodon, un paquete de cigarros, veinticinco chelines y ocho peniques en monedas, un peine, una moneda de diez centimos franceses, y un trozo de alambre doblado a modo de gancho en un extremo. No llevaba abrigo.
El dinero y la ropa franceses y el trozo de alambre eran lo unico que podian considerarse pistas. Volvieron a llamar a Ezra Wilderspin, pero no recordo que Driver le hubiera hablado de Francia, solo le dijo que habia estado en la guerra y, cuando el comisario le pregunto si creia que el alambre podria servir para abrir cerraduras o algo asi, nego con la cabeza y dijo que a el no se lo parecia.
El siguiente testigo fue el doctor Baines y su declaracion fue la unica que causo sensacion en todo el dia.
– He examinado el cuerpo del difunto y he realizado la autopsia -explico-. Diria que se trata de un hombre de entre cuarenta y cinco y cincuenta anos. Al parecer, estaba fuerte y sano. Considerando la naturaleza de la tierra, que tiende a retardar la putrefaccion, y la posicion del cuerpo cuando lo encontraron, es decir, unos sesenta centimetros por debajo del nivel del suelo del cementerio y entre noventa y cien centimetros por debajo del nivel actual del monticulo, diria que el proceso de descomposicion en que se encontro al difunto indica que llevaba bajo tierra entre tres y cuatro meses. El proceso de descomposicion es mas lento en un cuerpo enterrado que en un cuerpo al aire libre, y en un cuerpo vestido que en un cuerpo desnudo. En este caso, los organos internos y los tejidos blandos todavia podian distinguirse y se hallaban en relativamente buenas condiciones. Realice una exhaustiva revision y no encontre senales de heridas externas en ninguna parte del cuerpo excepto la cabeza, los brazos, las munecas y los tobillos. Al parecer, habia recibido muchos golpes violentos en la cara con algun objeto sin punta que practicamente ahueco la parte anterior, es decir, la frente, y redujo el craneo a un monton de astillas. No pude realizar una estimacion exacta del numero de golpes que pudo recibir, pero debieron ser bastantes y contundentes. Cuando le abri el abdomen…
– Un momento, doctor. ?Debemos suponer entonces que el difunto murio como consecuencia de uno de estos golpes en el craneo?
– No; no creo que los golpes fueran la causa de la muerte.
En ese momento se produjo una gran agitacion en la sala y pudo observarse claramente como lord Peter Wimsey se frotaba los dedos con una sonrisa de satisfaccion.
– ?Por que dice eso, doctor Baines?
– Porque, segun mi punto de vista, todos los golpes fueron infligidos despues de la muerte. Las manos tambien se las cortaron despues de morir, al parecer con un cuchillo pequeno y fuerte, como una navaja.
Mas agitacion y lord Peter Wimsey, en voz alta, dijo:
– ?Esplendido!
El doctor Baines anadio una serie de razones tecnicas para apoyar su tesis, basicamente relacionadas con la ausencia de derrames de sangre internos y el aspecto general de la piel; y anadio, con modestia, que el no era un experto y que solo podia ofrecer su opinion para lo que necesitaran.
– Pero ?por que golpearia alguien de esa manera tan salvaje a un muerto?
– Eso -dijo el doctor- ya no pertenece a mi campo. No soy un especialista en locura o neurosis.
– Es cierto. De acuerdo, entonces. En su opinion, ?cual fue la causa de la muerte?
– No lo se. Cuando abri el abdomen, el estomago, el intestino, el higado y el bazo estaban bastante descompuestos, aunque los rinones, el pancreas y el esofago estaban en buenas condiciones. (Aqui el doctor empezo a divagar con detalles medicos). No vi -continuo- ninguna senal superficial de enfermedad o envenenamiento. Sin embargo, extraje algunos organos (los enumero), los coloque en recipientes sellados (anadio mas detalles tecnicos) y propuse enviarlos hoy a sir James Lubbock para que, como experto, los examine. Espero recibir su informe dentro de unos quince dias, o quiza menos.
El juez de instruccion mostro su satisfaccion por esa sugerencia y luego continuo:
– Ha mencionado heridas en los brazos y en los tobillos. ?De que naturaleza eran?
– La piel de los tobillos parecia muy fracturada y erosionada, como si le hubieran atado los tobillos con una cuerda que hubiera traspasado los calcetines. En los brazos tambien habia marcas de cuerdas encima de los codos. No cabe duda de que estas heridas son anteriores a la muerte del difunto.
– ?Esta sugiriendo que alguien ato al muerto con cuerdas y que luego, del modo que sea, lo mato?
– Creo que no hay ninguna duda de que el difunto estaba atado, no se si por otra persona o por el mismo. Debe recordar que se dio un caso en una universidad en el que un joven murio en unas circunstancias que sugerian que el mismo se habia atado los brazos y las munecas.
– En ese caso, creo recordar que la muerte sucedio por asfixia.