Wimsey volvio a la vicaria y encontro al parroco en su estudio, muy ocupado confeccionando al detalle un carrillon para Treble Bob Major.
– Un momento, milord -dijo, ofreciendole tabaco-. Solo sera un minuto. Estoy escribiendo esto para ensenarle a Wally Pratt como hacerlo. El pobre se ha liado, como se suele decir. Pero bueno, ?que ha hecho este hombre aqui? La novena entrada deberia empezar con el cambio de la reina; a ver… 51732468, 15734286, los primeros terceros y cuartos estan bien… 51372468, 15374286, y los primeros cuartos y terceros tambien… 13547826. ?Ah! ?Aqui esta el problema! La octava tendria que ir detras. ?Que ha pasado? Menuda cabeza tengo. Ha olvidado incluir el Bob. No puede ir detras si no la llaman -comento, haciendo una raya con tinta roja en la parte inferior de la pagina, y empezo a escribir combinaciones numericas a toda velocidad-. 51372468, 15374286…, y ahora si que viene volando, 13572468. Eso esta mejor. Ahora vuelve a ser lo mismo en la segunda vuelta. Solo voy a verificarlo. Segunda a quinta, tercera a segunda, eso es, y asi obtenemos 15263748, con Tittums al final de la segunda entrada, y repetimos otra vez. Solo me falta anotar los finales para que los practique. Segunda a tercera, tercera a quinta, cuarta a segunda, quinta a septima, sexta a cuarta, septima a octava y octava a sexta para la entrada sencilla otra vez. Luego el Bob. Sencilla, Bob, Bob, tres sencillas y Bob. No puedo entender por que sale tanta tinta roja cuando entra en contacto con el papel. ?Mire! Ya me he manchado el puno de la camisa. Luego la campana viene por el medio, delante, detras y vuelve a su sitio. Repetir dos veces. Un carrillon precioso -aparto varias hojas llenas de numeros y se mancho los pantalones con un poco de tinta roja que llevaba en los dedos-. Bueno, ?que tal esta? ?Puedo ayudarlo en algo?
– Si, padre. ?Podria decirme que domingo de invierno dijo el sermon de agradecimiento?
– ?El de agradecimiento? Es uno de mis favoritos. Ya sabe que hay mucha gente que se queja de verdad, pero si lo piensa, todos podrian estar mucho peor. Incluso los granjeros. Como les dije durante el ultimo festival de la cosecha… ?Oh! Me ha preguntado por el sermon del agradecimiento, bueno casi siempre lo digo aproximadamente por las fechas del festival… ?Ya hace tanto? Dejeme pensar. Mi memoria empieza a no ser demasiado fiable… -Se fue hacia la puerta y se asomo-: ?Agnes, querida! ?Agnes! ?Puedes venir un momento, por favor? Seguro que mi mujer lo recuerda… Querida, siento mucho interrumpirte pero ?recuerdas cuando dije el sermon del agradecimiento este invierno? Mencione algo en el discurso de las ofrendas, ?lo recuerdas? No es que tengamos ningun problema con las ofrendas en la parroquia. Nuestros granjeros estan muy sensibilizados. Un hombre de St Peter vino a hablar conmigo de esto, pero yo le dije que la reforma de 1918 se habia hecho para beneficio de los granjeros y que si creia que tenian motivo para quejarse de la Ley 1925, que propusieran una nueva reforma. Pero le dije que la ley es la ley. Le aseguro que con lo de las ofrendas soy inflexible. Inflexible.
– Si, Theodore -dijo la senora Venables con una sonrisa ironica en la cara-. Pero si no les avanzaras el dinero para pagar la ofrenda tan a menudo, seguramente no serian tan razonables.
– Eso es distinto -repuso el parroco-. Bastante distinto. Es una cuestion de principios y un pequeno prestamo personal no tiene nada que ver con esto. Incluso la mejor mujer del mundo no siempre entiende la importancia de un principio legal, ?no es cierto, lord Peter? Mi sermon giro alrededor del principio. El texto decia asi: «Rendios al cesar». Tanto si la generosidad de la reina Ana es como la del cesar o como la de Dios, debo admitir que a veces siento que fue mala suerte que pareciera que la Iglesia se habia puesto del lado del cesar, y que esa falta de atributos y principios…
– ?Seria apropiado hablar de una operacion cesariana, por asi decirlo? -sugirio Wimsey.
– ?Una…? ?Si, claro! ?Muy bien! Querida, eso esta muy bien, ?no crees? Se lo tendre que decir al obispo…, no, quiza no. Es bastante puritano. Pero es cierto, si pudieramos separar las dos cosas: lo temporal y lo espiritual. Sin embargo, la pregunta que yo siempre me hago es: las iglesias, los edificios, nuestra preciosa iglesia, ?que seria de ellas en tal caso?
– Querido -intervino la senora Venables-, lord Peter te habia preguntado por el sermon de agradecimiento. ?No dijiste uno el domingo siguiente a Navidad? ?Sobre el agradecimiento por el mensaje de la Navidad? Seguro que lo recuerdas. El texto lo sacaste de las Epistolas: «Ya no eres un criado, ahora eres un hijo». Hablaste de lo felices que deberiamos sentirnos por ser hijos de Dios y por convertir en una costumbre la frase «Gracias, padre» por todas las cosas buenas de la vida y por ser lo buenos que queramos que sean nuestros hijos. Lo recuerdo muy bien porque Jackie y Fred Holliday empezaron a pelearse en la iglesia por los libros de oracion y tuvimos que echarlos.
– Tienes razon, querida. Siempre te acuerdas de todo. Asi fue, lord Peter. El domingo siguiente a Navidad. Ahora lo recuerdo perfectamente. La senora Giddings me paro en el porche para quejarse de que habia pocas ciruelas en su pastel de Navidad.
– La senora Giddings es una vieja desagradecida -sentencio su mujer.
– Entonces, el dia siguiente fue el 30 de diciembre -dijo Wimsey-. Gracias, padre, ha sido de gran ayuda. Por casualidad, no recordara si Will Thoday vino a verle el lunes por la noche, ?verdad?
El parroco miro impotente a su mujer, que respondio al acto:
– Si que vino, Theodore. Vino a preguntarte algo del carrillon de Ano Nuevo. ?No recuerdas que me dijiste que parecia muy raro y que tenia mala cara? Claro, el pobre debia estar incubando esa terrible gripe que cogio. Vino tarde, sobre las nueve de la noche, y me dijiste que no entendias por que no habia esperado al dia siguiente para preguntarte eso.
– Claro, claro -repuso el parroco-. Si. Thoday vino a verme el lunes por la noche. Espero que no…; bueno, no debo hacer preguntas indiscretas, ?no es cierto?
– No cuando desconozco la respuesta -contesto Wimsey, sonriendo y negando con la cabeza-. Por cierto, en cuanto al Loco Peake, ?de que grado de locura hablariamos? ?Puede alguien fiarse de lo que cuenta?
– Bueno -dijo la senora Venables-, unas veces si y otras no. En ocasiones el mismo se hace un lio. Si habla de cosas que entiende, es bastante de fiar, aunque a veces tiene alucinaciones y lo explica como si hubieran pasado en verdad. Eso si, no se crea nada que tenga que ver con cuerdas y ahorcados, ese es su defecto. En cualquier otro tema, cerdos, por ejemplo, o el organo de la iglesia, en eso no suele mentir.
– Ya. Bueno, ha estado hablando de cuerdas un buen rato.
– Entonces, no se crea ni una palabra -respondio la senora Venables con determinacion-. ?Dios santo! Aqui llega el comisario. Supongo que querra hablar con usted.
Wimsey y Blundell se encontraron en el jardin y el lord le indico que se alejaran de la casa.
– He estado con Thoday -dijo el comisario-. Obviamente, lo niega todo. Dice que el Loco debio sonarlo.
– Pero ?y que me dice de la cuerda?
– ?No lo se! Pero el Loco estaba escondido detras del muro del cementerio cuando encontramos la cuerda en el pozo y no se si oyo toda la conversacion o solo una parte. De todos modos, Thoday lo niega y, lejos de acusarlo de asesinato, debo creer en su palabra. Ya conoce las leyes. Nada de intimidar a los testigos. Eso es lo que dicen. Ademas, hiciera lo que hiciera Thoday, el no enterro el cadaver, asi que ?donde estamos? ?Cree que un jurado va a condenar a alguien basandose en la palabra del chalado del pueblo? No. Nuestra mision es clara: tenemos que encontrar a Cranton.
Aquella misma tarde, lord Peter recibio una carta.
Querido lord Peter:
Se me acaba de ocurrir que deberia saber algo muy raro que me paso, aunque no se si puede estar relacionado con el asesinato. Pero en las historias de detectives, este siempre quiere saberlo todo, asi que le envio el papel. Al tio Edward no le haria mucha gracia que me escribiera con usted, porque dice que me anima a emprender una carrera literaria y que me implica en los casos de la policia. ?Es un viejo cascarrabias! Asi que supongo que la senorita Garstairs, nuestra ama de llaves, no me permitiria enviarle la carta, por eso la he puesto dentro de otra dirigida a Penelope Dwight y espero que ella se la haga llegar.
Me encontre el papel en el suelo del campanario el sabado anterior al Domingo de Pascua y queria ensenarselo a la senora Venables, porque me parecio muy extrano, pero con la muerte de papa se me olvido. Pense que podia ser alguna cosa del Loco Peake, pero Jack Godfrey me dijo que no era su letra; sin embargo, por lo que dice, parece bastante propio de el, ?no cree? En cualquier caso, he pensado que le gustaria tenerlo. No se me ocurre como el Loco pudo haber conseguido ese papel extranjero, ?y a usted?
Espero que la investigacion vaya por buen camino. ?Sigue en Fenchurch St Paul? Estoy escribiendo un poema sobre la fundicion de