Astuko Suzuki
No podia parar de llorar. Entregue la carta a Monica, que aguardaba a mi lado mientras me preguntaba que decia.
Yo no tenia palabras.
Ella la leyo y tambien se emociono profundamente.
Astuko Suzuki es la madre de Kokoro. Conocimos a toda su familia gracias a una preciosa iniciativa de mi editorial japonesa. Tras el enorme exito de
Y asi fue. Astuko escribio la historia de como Kokoro, ahora adolescente, tras leer el libro habia cambiado su actitud ante la vida y se mostraba con mas fuerza interior para afrontar el desafio de vivir a pesar de su enfermedad.
Recuerdo que cuando vi a Kokoro con su familia sentia que aquella nina era, literalmente, un angel. Un ser sumamente especial, lleno de luz y de amor. No por casualidad Kokoro, en japones, se puede traducir como «corazon» o «alma». Ese nombre reflejaba con claridad a aquella joven de mirada serena y profunda.
El destino nos habia reunido y la generosidad de Kokoro, de su hermana Sara y de sus padres se habia traducido en un pequeno osito de ropa cosido con retales de los vestidos que la pequena Kokoro habia llevado en sus primeros dias de vida. Todo gracias a la generosidad de un medico que quiso dar esperanza, mediante el color en el vestido de su bebe, a unos padres ante una situacion de enorme dolor e incertidumbre.
Cada un da lo que recibe.
Luego recibe lo que da.
Nada es mas simple.
No hay otra norma.
Nada se pierde.
Todo se transforma.
Asi reza el maestro Jorge Drexler en
Tras cinco anos aqui tienes el libro ya en tus manos.
A la familia Suzuki, por su ejemplo y su generosidad.
A la editorial Poplar y a todos sus extraordinarios profesionales, Sakaisan, Nomurasan y Saitosan, entre muchos, por toda la energia, la fuerza y el talento que han puesto en cada uno de los libros que ha publicado en mi querido Japon.
Pero, por encima de todo, a la buena gente que se entrega a los demas, que da lo mejor de si misma a pesar del dolor, la adversidad, el sufrimiento y la crisis. A esas personas que son luces, estrellas en el camino de nuestra vida.
A las personas que llenan nuestro corazon de luz, de estrellas.
No quisiera acabar esta introduccion sin mencionar algo importante, algo que me llamo poderosamente la atencion mientras estaba en la UCI, un dia que nuestra hija habia tenido una crisis cardiaca tras tres dias despues de nacer.
Un medico entro en la sala y se acerco a un bebe, quiza el ser mas delicado de todos los que habia alli. Recuerdo que era un nino prematuro, muy pequenito, extraordinariamente fragil. Estaba dentro de una incubadora e infinidad de cateteres y cables llegaban y partian de su cuerpo. El medico siguio todo el protocolo de supervision de las maquinas que lo asistian para asegurarse de que todo iba bien.
Cuando acabo, se arremango y se sento en una silla al lado de la incubadora. Introdujo los brazos con suma delicadeza y comenzo a acariciar la sien de bebe mientras entonaba una nana, una cancion de cuna son su suma ternura…
Pocas veces he creido tanto en el ser humano como entonces.
Ese gesto de afecto ante la vida que lucha por salir adelante. Esa cancion tierna cantada por un hombre mayor. Aquel medico de gran prestigio con el pelo cano que se olvido de su rol de «doctor» para ser profundamente humano y dar amor. Todo eso era la mejor medicina para aquel pequeno ser y me conmovio como pocas cosas lo han hecho en esta vida.
Tambien a el, cuyo nombre ignoro, y al testimonio de humanidad, ternura y carino que manifesto con ese gesto, va dedicado este libro.
Y a ti, amiga y amigo lector, porque si estas leyendo esto no es por casualidad. Dedico este relato a tu corazon, que a buen seguro esta tambien lleno de estrellas.
Con carino,
1
1946 tenia que ser un gran ano. Sin embargo, el invierno se resistia a partir. Entrado marzo, las calles e Selonsville seguian cubiertas de nieve. Los que habian sobrevivido a la guerra, la ocupacion y la pobreza temblaban de frio a la espera de una primavera que no acaba de llegar. Era como si la estacion de la esperanza recelara de aquella ciudad francesa donde desde hacia cinco anos solo habia florecido el sufrimiento.