Otra posibilidad: Supon que a altas horas de la noche, con invitados sedientos en tu casa, se te acaba la reserva de cerveza. Que sales furtivamente y enfilas tu coche hacia la unica tienda que hay abierta en la zona despues de medianoche, a por media caja de Bud-weiser. Y que, a un par de manzanas de tu casa, cuando aun no divisas la tienda, te asalta de pronto la firme sensacion de que te espian. Buscas coches patrulla pero no localizas ninguno. Y entonces lo ves, en el cielo (altitud y tamano indeterminables por falta de puntos de referencia), ves un disco giratorio perfilado por circulos concentricos de luz verde y blanca con un chorreo de puntos luminosos y purpuras parpadeando veloces en el centro. Esta emplazado (tienes la seguridad de que esta interesado por ti) mas alla y por encima de la capota de tu coche, y gira sin cesar, desviandose de vez en cuando a derecha o izquierda a increible velocidad. Antes de lograr la presencia de animo necesaria para decidir si frenas o aceleras, los anillos externos de blanco y de verde se extinguen y las lucecitas purpuras se disponen en una distribucion identificable (la forma de la pata de un pato) contra el cielo sin estrellas. Segundos despues, todo el aparato desaparece. Sigues, claro esta, hasta la tienda, que otra cosa puedes hacer (de momento). Al poco rato, asombrado y nervioso, llegas con la cerveza a casa (olvidaste el tabaco para Rick), y te enfrentas con el problema de que, si algo, contar a tus amigos. Quiza no te crean; quizas insistan en que estas borracho o en que mientes, o en algo peor. Quizas hablen demasiado; quiza llegue la noticia a la prensa y te asedien escepticos y locos. ?Deberias llamar a la emisora de radio para enterarte de si algun otro vio lo que tu viste? ?Tienes obligacion moral de notificar al puesto militar mas proximo? La forma en que resuelvas tales cuestiones, y las meditaciones que dediques al significado del mensaje visual de los Objetos Voladores No Identificados (?por que, podrias preguntarte, una pata de pato?) vendrian determinadas por tu personalidad basica, y con los mas tiernos respetos, eso tiene escaso interes para el autor. Lo significativo aqui es lo siguiente: ?No sentirias, tarde o temprano, no importan quien o que sea, un enaltecimiento espiritual, una especie de alegre carta loca como resultado del suceso? Y si esta elevacion, este jubilo, puede atribuirse en parte a tu contacto con… El Misterio… ?no puede igualmente atribuirse a tu brusca conviccion de que hay fuerzas superiores «ahi fuera», fuerzas que pese a toda su amenaza potencial, podrian, sin embargo, si decidieran intervenir, representar la salvacion para un planeta que parece tercamente decidido a perecer?

Consideremos ahora las maquinas del tiempo. Ambas la original y la del Chink. Las maquinas, siendo autenticas y no ofreciendo demasiado que considerar, no tienen el dramatismo de un deslizamiento de la tierra o de un platillo volante, ni parecen ofrecer panaceas inmediatas para las cincuenta y siete variedades de acidez de estomago de la humanidad. Pero suponiendo que seas uno de esos individuos que se sienten atrapados, atrapados en cierto grado, atrapados en el matrimonio, la profesion, la educacion, la geografia, o atrapados en algo mayor que todo eso, atrapados en un sistema, o lo que podria describirse como una «tecnocracia progresivamente aislante» o un «teatro de paranoia y desesperacion», algo asi. Pues bien, si eres uno de esos individuos (y el autor no pretende implicar que lo seas), ?no seria el mismo conocimiento de que hay maquinarias tictaqueando tras el empapelado de la civilizacion, sin que lo sepan los dirigentes, organizadores y ejecutivos (incluido el presidente), no seria tal conocimiento, en fin, sugiriendo como sugiere la posibilidad de alternativas inimaginables, no seria, digo, ese conocimiento un delicioso bano de burbujas para tu corazon?

?O pretende el autor enredarte aqui en algo, pretende manipularte un poco cuando debiera simplemente explicar su historia tal como debe hacer todo buen narrador? Quiza sea asi. Ya veremos mas tarde.

Pero un momento. Mira aqui. Aqui mismo. Esta chica. Una chica muy guapa. Muy bonita. Se parece un poco a la princesa Grace de joven, si a la joven princesa la hubiesen dejado un ano bajo la lluvia.

?Que dices? ?Sus pulgares? Si, ?no son magnificos? La palabra de sus pulgares tendria que ser recoco… ?rococococototo tutu! Dios mio.

Damas. Caballeros. Ssssss. Asi son las cosas. Habeis permitido que esas extranas manos os toquen.

Segunda Parte

los esquimales tenian cincuenta y dos nombres distintos para designar la nieve porque era importante para ellos; deberia haber otros tantos para el amor.

margaret atwood

17

LOS PERIODICOS guardan las fotografias de los famosos en sus archivos. Cuando muere un famoso, un dibujante de la plantilla (el mismo tio que dibuja los circulos alrededor de Fumbled Footballs) recurre al archivo fotografico de la celebridad muerta y de un papirotazo le mata los toques de luz de los ojos.

Es procedimiento habitual en la mayoria de los periodicos de Norteamerica. Diferenciando asi visualmente a los que estan con nosotros de los que se han ido, la prensa muestra su respeto a la muerte, o el miedo que le inspira. Siempre que veas la foto de un notable difunto en los periodicos, lo mas probable es que sus ojos aparezcan apagados y lisos: como si la chispa de su vida se hubiese repartido entre sus projimos.

En la fotografia oficial de las oficinas de correos del presidente de los Estados Unidos, casi parece que se hubiese invertido el proceso. Ojos originariamente inertes y superficiales se convierten, merced a la brocha del retoque, en calidamente chispeantes, proyectando andanadas de pateraalismo y salud.

Sissy Hankshaw estaba de pie bajo el propio retrato del presidente, en el vestibulo de la oficina de correos de LaConner, Washington. Miraba el retrato del presidente como si fuese la benigna fantasia de algun caricaturista testigo de Jehova… mientras esperaba su correo en el mostrador.

LaConner, Washington, era uno de los seis lugares del pais donde Sissy recibia cartas. Los otros eran Taos, Nuevo Mexico; Pine Ridge, Dakota del Sur; Cherokee, Carolina del Norte; Pleasant Point, Maine, y otro sitio. Lo que estas oficinas de correos tenian en comun era que todas estaban en reservas indias o proximas a ellas.

El presidente de la fotografia de la oficina postal de LaConner, Washington, aquella manana no era Ike. Oh, no, Ike habia dirigido al pueblo durante la ninez de Sissy y, salvo en lo que se relacionasen con el manejo de los palos de golf, jamas habia pensado en absoluto en los pulgares. Sissy habia huido de Richmond justo cuando agonizaban los anos Eisenhower. (Agonizaban de aburrimiento, podriamos decir… aunque los anos Eisenhower y los cincuenta se ajustaran perfectamente unos a otros, encajaban como Hi y Lois. Fue cuando volvieron los anos Eisenhower, en 1968 y, peor, en 1972 (tiempos demasiado materialmente complejos, tecnologicamente avanzados y socialmente volatiles para soportar la simpleza mental a tan gran escala), cuando una civilizacion de ya verdes agallas empezo a boquear de veras.

Mas de diez anos habian pasado desde la fuga de Sissy; una decada durante la cual se entrego al autoestop con obsesion, constancia, soledad, maravilla. Entre la gente que presta atencion a tales cosas, se habia convertido en leyenda.

Ser una leyenda no siempre es financieramente beneficioso. No hay sindicato federado y unitario de leyendas que asegure a sus miembros la recompensa de un salario minimo de 5,60 dolares hora por sus labores legendarias. No tienen las leyendas grupos de presion en Washington. No hay siquiera un llevese una leyenda a cenar esta semana. En consecuencia, tenia Sissy que recurrir a cosas distintas a su autoestopismo legendario para comer, para tampax, para pasta de dientes y para poner mediasuelas a los zapatos. Por eso trabajaba de cuando en cuando para La Condesa. Y por eso La Condesa tenia que tener un medio de contactar con ella y por eso Sissy pasaba por lista de correos siempre que andaba cerca de LaConner, Taos, Pine Ridge, Cherokee, Pleasant Point o aquel otro sitio. Desde luego, nadie salvo La Condesa le escribia. Sissy no habia sabido de su familia ni establecido contacto con ella desde que partiera en autoestop aquel crepusculo. (Bueno, en realidad, era de noche cuando Sissy hizo su escapada, pero al recordar Richmond Sur es facil

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