niebla pulverizada Rocio y polvo pulverizado Yoni Yum, asi pues solia enviar a su fotografo al lugar adecuado, aunque fuese Venecia o el Taj Mahal. No reparaba en gastos con tal de conseguir la imagen deseada, y aprendio a esperar pacientemente a que Sissy llegase a dedo a sus citas.

Nunca retrato sus manos.

Pero, en fin, en los tiempos en que los cigarrillos Lucky Strike patrocinaban «Su desfile de exitos» en television, el programa presento a una cantante llamada Dorothy Collins. La senorita Collins aparecia invariablemente con blusas o vestidos de cuello alto. Llego un momento en que aquellos cuellos altos provocaron el rumor de que la senorita Collins ocultaba algo. Se hablaba de una cicatriz, de bocio, de un lunar gigantesco en la base del cuello. Quizas un vampiro le hubiese atizado a Dorothy Collins un mordisco indeleble. Corrian toda clase de bulos. Tras varios anos, sin embargo, la vocalista aparecio subitamente en «Su desfile de exitos» (cantando «Llegan las barcas camaroneras» o algo asi) con un traje de noche muy escotado… y su cuello era tan normal como el tuyo o el mio. Por supuesto, alguien de la profesion del doctor Dreyfus podia haber obrado un milagrito plastico. Seguramente nunca lo sabremos.

Y asimismo, el que Sissy Hankshaw posara en tantos pintorescos anuncios de Rocio y Yoni Ytim, hizo que al cabo de aproximadamente un ano, ojos agudos advirtieran que jamas se veian sus manos en la foto. O estaban a la espalda, o cortadas, o el follaje tropical o la proa de una gondola las obscurecian. Y rumores a lo Dorothy Collins se propagaron por Madison Avenue. Las historias de siempre (tenia verrugas o marcas de nacimiento o tatuajes, o seis dedos donde deberia haber cinco) iban y venian. Pero una version, la de que cuando habia aceptado un anillo de compromiso de otro, un amante celoso le habia despachado las manos con un cuchillo de cortar pescado, fue la que persistio. No iba a decirlo La Condesa, claro. El mantuvo la identidad de Sissy en secreto y pago a su fotografo un extra para que no abriera la boca. Era el tipo de juego que emocionaba a La Condesa. Cuando escuchaba los rumores sobre su misteriosa modelo, el sondeaba su repugnante sonrisa con la boquilla de marfil y sus dientes claqueaban como pato comiendo fichas de domino.

Anos mas tarde, cuando no utilizaba ya a Sissy en exclusiva, introdujo La Condesa una doble suya en un anuncio de Rocio. Era muy capaz de hacer cosas asi. Pero realmente estaba prendado de Sissy Hankshaw. La creia entre otras cosas responsable del interes por los monos de cremalleras que se apodero de la femeneidad occidental a finales de los anos sesenta. Y la situaba a la vanguardia de la moda. En fin, cierto es que Sissy vistio monos de cremallera mucho antes que ningun director de Vague, pero es tambien cierto que siguio vistiendolos despues de que se pasaran de moda. La prenda de cremallera era, en realidad, la unica que Sissy podia usar… porque no podia abotonar la ropa. Sissy jamas se quejo porque censuraran sus manos, aunque por cuestion de orgullo las habria preferido bien visibles. Hay que admitir en honor de La Condesa que expreso a menudo deseos de introducir los pulgares de Sissy en la foto, simplemente por su contrapunto falico, pero temio que el publico norteamericano no estuviese preparado para ello.

Quiza lanzase como prueba una foto empulgarada en el Japon, decia, pues su empresa ya habia sacado a los japoneses sustanciosos millones con un anuncio que parafraseaba un haiku de Buson, poeta del siglo xvIII:

Paso la noche breve:

sobre el peludo gusano

perlitas de Rocio.

Intermedio de Vaquera (luna sobre Dakota)

Parecia la luna la cabeza de un payaso banada en miel.

Cabeceaba danzarina en el cielo, goteando una mezcla de blanco payaso y jarabe de abeja sobre las lomas de Dakota.

Aullidos de coyote (?o serian grullas chilladoras?) zigzagueban a traves del maquillaje celestial como si fueran arrugas auditivas.

La luz de la luna caia sobre Bonanza Jellybean que inclinada sobre el abrevadero de las caballerias restregaba aun sus bragas. (Un dia caluroso en una silla saltarina puede manchar de veras la ropa interior de una chica.)

Inundaba la luz de la luna las ventanas de los barracones, compitiendo con la luz de la lampara que iluminaba las paginas de la Santa Biblia de Mary, Amores rancheros de Big Red y El Camino del Zen de Debbie,

Espectraba la luz de la luna las mejillas de las chicas que dormian y de las que pretendian dormir.

Un solo rayo de luna temblaba timido sobre la masa del latigo de piel de serpiente de Delores del Ruby, donde la masa sobresalia por debajo del saco de brotes de peyote que nocturnamente le servian de almohada.

La luz de la luna atrajo al exterior a Kym y a Linda en camison, a apoyarse en la valla del corral en pasmo silencioso.

Nuestra luna, claro, no ha rendido nada de su suave hechizo a la tecnologia. El rumor de las pequenas naves espaciales no ha disminuido en modo alguno su misterio.

En realidad, las exploraciones de los mecanicos del Apolo casi nada revelaron de autentica importancia que no insinuase ya la carta Luna de la baraja del Tarot.

Casi nada. Hubo un descubrimiento interesante. Algunas de las rocas de la Luna transmiten ondas energeticas. Temiose al principio que pudieran ser radiactivas. Los instrumentos probaron enseguida que las emisiones eran limpias, pero a la NASA le desconcertaba aun el origen y el caracter de las vibraciones. Trajeron los astronautas muestras de roca a la Tierra para amplias pruebas de laboratorio.

Y mientras las propiedades electromagneticas concretas de las rocas lunares continuaron desconcertando a los investigadores, un cientifico decidio, simplemente por hacer algo, convertir las ondas en sonido. Es un proceso facil.

Cuando se canalizaron las vibraciones lunares por un amplificador, los sonidos que palpitaron en este sonaron exactamente asi: «queso, queso, queso».

20

– SIENTATE QUERIDA, vamos, sientate. Come unos dulces, estan deliciosos. Si, sientate ahi mismo. ?Te apetece un jerez?

La jarra que La Condesa alzo estaba polvorienta por fuera, penosamente vacia por dentro; tenia una mosca tiesa, patas arriba en el borde.

– Cono, no tengo jerez; ?que te parece un Ripple rojo?

Busco en la nevera miniatura a un lado de la mesa y saco una botella de vino pop. Tras un vergonzoso despliegue de esfuerzos, logro abrirla y lleno dos vasos de jerez.

– Sabes lo que es el Ripple, ?no? Gaseosa empalmada. Jiji.

Sissy consiguio una cortes sonrisa. Timidamente, contemplo su vaso. Estaba empastado con tantas huellas dactilares que deberian haberlo enterrado con J. Edward Hoover. (En las oficinas centrales del FBI de Washington, hay un agente que puede recorrer los archivos de huellas dactilares y senalar las de todos los trompetistas. Quiza sea el misino agente que devolvio la ficha de Sissy a la oficina regional de Richmond exigiendo saber por que no habia huellas de pulgares. Estaba en buena forma y no lo sabia. Hubo una vez una familia en Philadelphia que se paso cuatro generaciones sin huellas dactilares: Nacieron sin huellas dactilares, el unico caso conocido en la historia. «Esto podria plantear todo un problema a las autoridades», dijo un funcionario publico. «Ni hablar», contesto otro. «Si la policia encuentra alguna vez un arma asesina en Philadelphia sin huellas dactilares, sabremos inmediatamente que lo hizo uno de ellos».)

Alzo La Condesa su vaso en un brindis.

– A mi propia y especial Sissy -brindo-. ?Alegria! Y bienvenida. Asi que mi carta te trajo volando, eh. Bueno, quiza tenga una sorpresilla para ti. Pero primero, cuentame, que es de tu vida. Han sido seis meses, ?no? Y en ciertos circulos eso es medio ano. ?Como estas?

– Cansada -dijo Sissy.

La miro comprensiva.

– Esta ha sido la primerisima vez en los eones que hace que te conozco que te oigo quejarte.

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