juntas, si me necesita de nuevo.
Pero su descenso por la estrecha escalera se vio obstaculizado. Se oyo un rumor de voces masculinas, de pasos rapidos y ligeros. Al cabo de unos segundos, Daniel Aaron entro apresuradamente en la habitacion, seguido de dos policias del departamento de investigacion de la escena del crimen, Charlie Ferris y su ayudante.
– Siento llegar tarde, senor. Estaba muy mal el trafico en Whitechapel Road.
Su mirada se cruzo con la de Kate y Daniel le dedico un encogimiento de hombros y una fugaz sonrisa apesadumbrada. Kate lo apreciaba y lo respetaba. No le resultaba dificil trabajar con el. Comparado con Massingham, era una mejora desde cualquier punto de vista, pero, al igual que a Massingham, nunca le complacia descubrir que Kate habia llegado a la escena del crimen antes que el.
21
Los cuatro socios se habian congregado en la sala de juntas del primer piso menos por un designio deliberado que por la sensacion no formulada de que era mas prudente permanecer juntos, oir que palabras pronunciaban los demas, sentir al menos el solaz espurio de la camaraderia humana, no retirarse a un aislamiento sospechoso. Pero alli no tenian nada que hacer y ninguno estaba dispuesto a ordenar que le trajesen expedientes, documentos o material de lectura, por miedo a que el gesto se interpretara como una muestra de encallecida indiferencia. La casa parecia curiosamente silenciosa. En algun lugar, lo sabian, los escasos empleados que aun seguian en el edificio debian de estar conferenciando, discutiendo, conjeturando. Ellos tambien teman que discutir asuntos, acordar una redistribucion provisional del trabajo, pero hacerlo en aquellos momentos les parecia una falta de sensibilidad tan brutal como robarle a un muerto.
Al principio, sin embargo, su espera no fue larga. A los diez minutos de su llegada a la casa, aparecio el comandante Dalgliesh con la inspectora Miskin. Mientras la alta y oscura figura se acercaba a la mesa en silencio, cuatro pares de ojos se volvieron y lo contemplaron con expresion seria, como si su presencia, deseada y medio temida al mismo tiempo, fuera una intrusion en su afliccion compartida. Permanecieron inmoviles mientras el apartaba una silla para la inspectora y tomaba asiento a su vez, las manos apoyadas sobre la mesa.
– Lamento haberles hecho esperar, pero me temo que tras una muerte sin explicacion es inevitable que haya esperas y molestias -comenzo-. Tendre que hablar con cada uno de ustedes por separado, pero confio en no tardar demasiado en concluir estas entrevistas. ?Hay algun cuarto en la casa con un telefono que pueda utilizar sin causar demasiados trastornos? Solo lo necesitare para el resto del dia. Instalaremos el centro de operaciones en la comisaria de policia de Wapping.
Fue Claudia quien respondio:
– Si ocupara toda la casa durante un mes, los trastornos serian leves en comparacion con el trastorno de un asesinato.
– Si es un asesinato -intervino De Witt con voz queda, y parecio que la habitacion, ya en silencio, se volvia mas silenciosa aun mientras aguardaban su respuesta.
– No conoceremos con certeza la causa de la muerte hasta despues de la autopsia. El patologo forense estara aqui dentro de poco y entonces sabre cuando es probable que disponga de esa informacion. Es posible que ademas haya que realizar algunos analisis de laboratorio, que tambien llevan su tiempo.
– Puede utilizar el despacho de mi hermano -dijo Claudia-. Parece lo mas adecuado. Esta en la planta baja, entrando a la derecha. Para llegar alli hay que pasar por el despacho de su secretaria, pero la senorita Blackett puede dejarlo libre si eso plantea algun inconveniente. ?Necesita algo mas?
– Querria, por favor, una lista de todos los empleados actuales y los despachos que ocupan, asi como el nombre de cualquiera que haya dejado la empresa, pero estuviera trabajando en ella durante todo el periodo de actuacion del bromista. Tengo entendido que han realizado ustedes una investigacion sobre estos incidentes. Necesito conocer los detalles y todo lo que hayan podido descubrir sobre ellos.
– Asi que esta usted enterado -senalo De Witt.
– Se informo a la policia. Tambien me seria util disponer de un plano del edificio.
– Hay uno en los archivos -dijo Claudia-. Hace un par de anos hicimos algunas reformas interiores y el arquitecto trazo planos nuevos del interior y el exterior. Los dibujos originales de la casa y la decoracion estan en los archivos, pero supongo que su interes no es puramente arquitectonico.
– En estos momentos, no. ?Con que medidas de seguridad cuenta el edificio? ?Quien tiene las llaves?
Respondio de nuevo la senorita Etienne:
– Cada uno de los socios tiene un juego de llaves de todas las puertas. La entrada principal da a la terraza y al rio, pero solo se utiliza ya en las grandes ocasiones, cuando la mayoria de los invitados llega en lancha. No suelen ser muy frecuentes, en estos tiempos. La ultima fue el diez de julio, cuando combinamos la fiesta anual de verano con la celebracion del compromiso de mi hermano. La puerta de Innocent Walk es la principal que da a la calle, pero apenas se utiliza. Debido a la peculiar distribucion de la casa, obliga a pasar por los aposentos del servicio y la cocina. Siempre esta cerrada con llave y cerrojo. Ahora lo esta; lord Stilgoe examino las puertas antes de que llegaran ustedes. -Dio la impresion de que iba a hacer algun comentario sobre las actividades de lord Stilgoe, pero se contuvo y prosiguio-: Normalmente utilizamos la puerta lateral que da a Innocent Lane, por donde han entrado ustedes. Por lo general permanece abierta durante el dia, mientras George Copeland esta en la centralita. George tiene llave de esa puerta, pero no de la puerta de atras ni de la que da al rio. La alarma antirrobo se controla desde un cuadro de mandos que hay junto a la centralita. Las puertas y las ventanas de los tres pisos estan cerradas. Es un sistema bastante rudimentario, me temo, pero en realidad nunca hemos tenido problemas de robo. La casa en si, naturalmente, posee un valor casi inestimable, pero pocos de los cuadros son originales, por ejemplo. En el despacho de Gerard hay una gran caja fuerte y, despues de un incidente en el que alguien manipulo las pruebas de imprenta del libro de lord Stilgoe, hicimos instalar armarios con cerradura en tres despachos y bajo el mostrador de recepcion, para poder guardar bajo llave los manuscritos y papeles importantes cuando cerramos por la noche.
– Y normalmente, ?quien llega primero por la manana y abre el edificio?
– Suele ser George Copeland -respondio Gabriel Dauntsey-. Empieza la jornada a las nueve y a esa hora ya suele estar ante la centralita. Es una persona de confianza. Si se retrasa, como alguna vez puede ocurrir ya que vive al sur del rio, lo mas probable es que seamos la senorita Peverell o yo. Tenemos apartamentos independientes en el numero doce, es decir, el edificio que hay a la izquierda de Innocent House. Es un poco aleatorio. Quien llega primero, abre la puerta y desconecta la alarma. La puerta de Innocent Lane tiene una cerradura Yale y otra de seguridad. Esta manana el primero en llegar ha sido George, como de costumbre, y ha podido entrar utilizando unicamente la llave de la Yale. El sistema de alarma tambien estaba desconectado, asi que, naturalmente, supuso que ya habia llegado alguno de nosotros.
– ?Quien de ustedes cuatro fue el ultimo en ver al senor Etienne? -inquirio Dalgliesh.
– Yo -respondio Claudia-. Antes de salir fui a su despacho para hablar con el, justo antes de las seis y media. Normalmente los jueves solia quedarse trabajando. Aun estaba sentado ante su escritorio. Quizas hubiera alguien mas en el edificio a aquella hora, pero creo que ya se habian marchado todos. Evidentemente, no lo comprobe ni registre la casa.
– ?Era de dominio publico que su hermano se quedaba a trabajar todos los jueves?
– Se sabia en la oficina. Seguramente otras personas tambien lo sabian.
– ?Lo encontro como de costumbre? -prosiguio Dalgliesh-. ?No le dijo que tuviera intencion de trabajar en el despachito de los archivos?
– Lo encontre exactamente igual que de costumbre y no menciono para nada el despachito de los archivos. Por lo que yo se, no creo que visitara nunca esa habitacion. No tengo la menor idea de por que subio alli ni por que murio alli, si es que realmente murio alli.
Los cuatro pares de ojos se clavaron otra vez en el rostro de Dalgliesh. El no hizo ningun comentario. Tras plantear formalmente la esperada pregunta de si conocian a alguien que pudiera desear la muerte de Etienne y recibir sus breves e igualmente esperadas respuestas, se levanto de la silla y la mujer policia, que no habia dicho nada en todo el rato, tambien se levanto. A continuacion, Dalgliesh les dio las gracias calmadamente y ella se hizo un poco a un lado para que el fuera el primero en pasar por la puerta.
Cuando se hubieron marchado reino el silencio durante medio minuto, hasta que De Witt comento: